Etapa 1 (IV)

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Como Enji había predicho, los primeros días fueron un caos, especialmente en redes. Era increíble el aglomerado de mierda aún cuando ni siquiera habían sacado todo a la luz.

Montón de comentarios respecto al tema, divididos entre los que podía catalogar en personas conmovidas y sensibles que le deseaban lo mejor a los afectados y otras... que solo sabían tirar mierda. Sabían que ocurriría, pero eso no evitaba el desagrado que provocaba el mínimo comentario trataba a las víctimas, bebés incluidos, de forma despectiva.

Claro, les preocupaba más unos niños que no hacían daño al mundo que la cara de un idiota que actualmente estaba siendo buscado por ser cómplice de todos los mismos cargos que el científico sin identificar.

El retrato hablado mostraba a un hombre de no más de treinta años, cabello negro y ojos rojos. No era mucho, pero no tenían nada más que eso, y era frustrante. Y los medios no es que ayudaran que digamos. Preferían especular sobre el caso que hablar del posible degenerado que rondaba por las calles. No le sorprendía, pero igualmente era lamentable.

Bueno, el mundo hacia algo bueno por una vez en su vida y luego la cagaban aún más.

Katsuki se repente tenía muchas notificaciones en Twitter de personas audaces y bastante estúpidas que creían que tenían el derecho a sacarle información que no les iba a proporcionar, así que simplemente publicó que no hablaría del tema más allá de lo que se ha hablado en la rueda de prensa de la semana pasada. Ese fue uno de los consejos de su suegro: no hablar del tema. Decidió no mirar sus redes por un tiempo hasta que se calmaran.

También debido a ello tuvieron muchos retrasos con el traslado de los pacientes del hospital y los bebés. Al menos, ya tenían un hospital mental que se ofreció a colaborar con el caso y un par de orfanatos dentro y fuera de Musutafu a donde irían los infantes que no regresarían con sus padres. Con suerte harían un seguimiento cada cierto tiempo para asegurarse de que los bebés estén bien y que no tengan problemas. Y al menos la casa de acogida acordó de hacer que a los futuros padres interesados reciban información adicional en caso de que que deseen, siempre y cuando se mantenga la discreción hasta nuevo aviso. Que si bien, la naturaleza del nacimiento de estos era de carácter confidencial (de momento), no quitaba la preocupación de su desarrollo.

Ah, cierto. Hablando de bebés.

—¿De verdad iremos todos a la sección de bebés?

Siete pares de ojos lo miraron mientras que su supuesto mejor amigo agachaba la cabeza con pena.

—¡Blasty, esto es importante! ¡El pequeño Subaru no va a vestir como su padre, me niego!

—¡Tampoco tengo tan mal gusto, Mina!

—¡Usas crocs! ¡No tienes derecho a decir que no tienes mal gusto!— Kariage y Shinso reían de los comentarios de la pelirosa.

—¿Podrían dejar de hacer mucha bulla? Están llamando la atención de media tienda...— Kyoka, quien parecía adoptar la voz de la razón, intervino en el par.

—Si, de todas formas es un hecho de que como Kirishima no sabe nada de ropa, sabrá menos de ropa de bebé.

—¡Kariage!

—Vamos, Kiribro, prometimos comprar cosas para nuestro sobrino, deja de pelear con Mina— ahora Hanta decide hablar, pasando su brazo en los hombros de Ashido—. Mi vida, por favor, hoy estamos reunidos por el pequeño Subaru, tendrás otro día para discutir del sentido de la moda de Kirishima.

—¡Hmp! Traeré a Camie la próxima vez.

La noticia de que Eijirō pensaba adoptar a uno de los bebés fue lo único bueno que escucharon durante esa semana. Ya tenía todos los papeles hechos y habían aprobado a Kirishima para ser padre hacía un par de días. Fue sorpresa para todos, en parte porque Kirishima nunca dio señales de querer tener un hijo hasta ahora, pero no lo tomaron para mal. En cambio, fue como una bendición.

Call me fatherDonde viven las historias. Descúbrelo ahora