Etapa 1

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▪︎Advertencia de mención de contenido desagradable, gore o violento▪︎

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Su semana de reposo no fue tan mala como lo pensó en un inicio. Shōto dejó de ser tan sobreprotector como lo fue en un inicio, que en realidad, fue la principal fuente de su estrés de tener que estar en casa. No dejaba de preocuparse claro esta, pero al menos podía poner los pies en el suelo sin que a este le diera un ataque de pánico. Fuera de aquel inconveniente ridículo pasaron todo el tiempo que les quedaba para estar juntos. De todas las formas posibles cabe añadir.

Ahora estaba mejor, el dolor de su abdomen y espalda habían finalmente desaparecido, así como la incomodidad en sus entrañas. No sabía si era la magia de su cuerpo, el cual siempre supo curarse con cierta facilidad, pero estar de nuevo capacitado para ejercer su trabajo era lo que necesitaba.

Shōto estaba sentado en la barra que separaba su cocina del comedor. Se notaba que no estaba acostumbrado a estar despierto tan temprano: tenía los ojos entrecerrados y cabeceaba de vez en cuando. Katsuki le tomó una foto sin que en ese estado, mirando con ternura como su esposo trataba de no quedarse dormido de nuevo. El olor a café y el desayuno estilo americano que Katsuki decidió preparar lo ayudaba de cierta forma. Su estómago tenía más poder que sus ganas de dormir, como siempre.

—¿Kirishima te dejará ir a trabajar?

—Tiene que. Soy también el jefe así que si por mis santos huevos quiero ir a trabajar lo haré— Katsuki probó del tocino en su plato, mirando como el bicolor alzaba una ceja—. De todas formas, no pensaba patrullar en los próximos días, si tanto te preocupa.

—Me alivia, supongo— Shōto siente la amargura del café pasar por su garganta antes de continuar—. Sabes que si necesitas algo estoy disponible solo para ti, ¿verdad?

—Pequeño bebé, voy a llamarte, lo prometo— rió al ver el puchero de su marido por el ridículo apodo—. Tengo todo un día y una enorme pila de hojas para eso.

Aunque primero era la reunión que habían estado atrasando los últimos días. Pero bueno, Shōto estaba al tanto de ello solo que realmente no quería meter su nariz tan profundo. No era como Midoriya en ese aspecto, de quien sabe estará allí para conocer los detalles.

Maldita sea Deku y su necesidad de saberlo todo. Luego llamaría a cara redonda para que ella se encargue de su molesto marido.

Lo divertido de verla molesta por culpa de Izuku es que el puede verlo sufrir sin tener que mover un dedo. Aunque el enojo de Ochako no es ni por asomo parecido a cuando él lo está, es por las contadas ocasiones en las que la castaña esta verdaderamente furiosa lo que la hace intimidante. Katsuki no duda por ese tipo de cosas que Midoriya se enamoró de una mujer fuerte y respetable, capaz de darle un paro cuando lo necesita al igual que él.

Algo así como lo era Shōto con él y viceversa, solo que de una forma diferente.

Divagar sobre ese tipo de cosas que su yo más joven en su vida hubiese considerado lo mantenía con la mente lo suficientemente ocupada como para terminar su desayuno escuchando el tarareo de Shōto y la leve bulla de las noticias por la televisión encendida. Camie y Ashido hicieron un buen trabajo en mantener al mínimo cualquier tipo de nota sobre su caso, directamente negando información hasta nuevo aviso y reduciendo el número de entrevistas a cero. La mayoría de cosas que oía eran sobre burdos chismes sobre si Froppy y Tsukuyomi estaban a vísperas de tener un nuevo miembro en su familia o si Nejire-chan volvió a ganar otro concurso de belleza contra Bibimi. Tonterías que distraen a la población de temas serios e importantes.

Call me fatherDonde viven las historias. Descúbrelo ahora