-¡Newt, Newt, Newt -la pequeña Elith sale gritando del bosque, horrorizada y agitando los brazos. Divisa al chico enseguida, que nada más oír sus chillidos ha corrido hacia la niña, para arrodillarse a su lado.
-¡Elith! ¿Qué pasa? ¿Estás bien? -preg...
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d í a t r e s c i e n t o s d i e c i s i e t e
Está amaneciendo.
Están apunto de salir al laberinto. No queda mucho hasta que se abran las puertas. Alice y Minho se preparan en el filo de la apertura y Elith les lleva una bolsita con algo de comida. Un déjà vu.
La chica se ha despertado por fin, a primerísima hora de la mañana, de muy mal humor, así que Newt le ha pedido a Thomas que se quede, por razones evidentes. Pese a lo fascinado que esté el muchacho por el laberinto, la chica nueva parece haber despertado más interés en él. No ha opuesto mucha resistencia en quedarse.
—No te metas en ningún lío en mi ausencia —le ha dicho Alice antes de irse.
—Sólo si vuelves de una sola pieza.
Una semana después, Thomas y ella mantienen una relación cordial, mucho más sincera y respetuosa, aunque no tan cercana como solía ser. Alice ha redirigido todo su interés a recomponer los pedazos del rostro que le sonríe desde un rincón perdido de su mente, un recuerdo al que no había podido acceder hasta ahora.
Cada vez que cierra los ojos trata de imaginárselo, pero las líneas son endebles y temblorosas y se desdibujan constantemente. Los ojos, en cambio, le sonríen, le devuelven la mirada desde un lejano eco, azules y plenos como el mismísimo cielo.
Una punzada de dolor le encoge el pecho cada vez que se lo imagina. Puede que hayan jugado con su mente, la hayan vaciado, extirpado sus recuerdos, pero el corazón, el corazón es diferente. Él corazón siempre recuerda.
Minho le sonríe.
—Las damas primero —y le hace una reverencia.
Entran al laberinto. Minho está apuntando los puntos exactos en los que están atacando los penitentes y le pide a Alice que lo guíe hasta el encuentro de la semana anterior. Avanzan con cautela. Explorar el laberinto ya no es como solía ser, como cuando los ataques solían ser hechos aislados.
Es un mensaje. Los creadores los están presionando.
Hay una salpicadura de sangre seca en el suelo. No, no es sangre. Es un líquido negro y brillante, denso, como aceite, abriéndose paso por el cemento, trazando una clara línea de acción.
