Baby Don't Cry ➵ BTS +18

039

"Soobin.."

"Dime MinHo"

"Siempre te quedarás aquí ¿Conmigo?"

"¿Y eso a que viene?"

"Tu, eres mi familia. Desde que pelee con mamá y ella me dió por muerto, no tengo a nadie."

Solo porque decidió cambiar de carrera. La mujer monto un espectáculo a las afueras de la universidad.

"Tambien te considero familia." No decían que si a tu amigo lo conocías hace más de seis años ya se consideraban familia. Mis padres lo querían como un hijo.

Aunque sabía que su madre lo extrañaba, era su único hijo. Solo necesitan tiempo.

"Quiero que siempre estés a mi lado.¿Soy egoísta? ¿Crees que lo soy?"

"No.."

"Hasta si eso implica envejecer sola y con gatos"

¿Sola? Por qué mejor no con él.

"No te pases"

"Prometo que si ninguno de los dos encuentra pareja hasta los treinta. Te pediré ser mi esposa ¿No es una tentadora oferta?"

Sonrío porque él también lo hace.

"Que pereza tener que aguantarte hasta mi vejez."

"¡Yah! ¡Si es un ofertón!"

"Esta bien. Me sacrificaré si llegamos a esa edad"

Esperar. Esperar a que pase eso era como intentar atrapar la lluvia con las manos.

Aunque realmente desee que eso sucediera algún día.

"Ya verás. Me encargaré de que vivas una vida tranquila y feliz."

- ¿Podemos hablar?

Soobin, parpadea intentando limpiar las lágrimas con sus temblorosas manos al recordar a MinHo. Era doloroso pero a la vez la hacía feliz. Por un pequeño momento y tan rápido como esa alegría la invadió también la abandona al escuchar la voz de JongJae.

Dos semanas desde lo ocurrido y ella no ha salido de la habitación. Es su lugar seguro, el lugar donde solo es ella y su soledad. Nadie más. Donde por un momento se sumerge en los recuerdos más añorables que tiene y puede olvidar lo sucedido.

JongJae siempre le dió su espacio, aunque le propuso cenar con ella siempre declinó la invitación. Ya no podía ser lo mismo, porque Soobin era consiente de una cosa.

Dolía.

Dolía ver al hombre. Era doloroso no conversar con él como antes lo hacía, hasta verle fumar porque algo lo estresaba para luego proponerle hacer algo para distraerse. Verle sonreír por algún comentario mordaz de ella. Hasta las pesadillas eran más frecuentes y ahora él era el protagonista de cada una.

En algún momento llegarían a ese punto. Pero esperaba que eso jamás sucediera.

Soobin solo deseaba dejar ir todo lo malo, todo aquello que le altere su salud mental.

- Ahora salgo, deme unos minutos.

No quería que la viera llorar.

Haría preguntas, o hasta pensaría que era por su culpa. Y era lo que menos quería.

Su voz fue suave y un tanto apagada. No era el hombre animado que siempre hablaba con una voz fuerte y alegre.

- Te espero en el jardín.