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Sentada en el frío suelo, Soobin miró la puerta con detenimiento por donde el pelinegro salió, estaba así hace más de diez minutos. Su respiración era lenta, con desinterés movió su brazo sintiendo un pequeño piquete, como lo suponía, el dolor era casi nulo.

No sabía por qué, o como así, vino un día Jin y le dijo que curaría su brazo. Le pareció gracioso, ya que después de tres días luego de la visita de Jungkook. Jin le habló sin el menor interés diciéndole que se recueste en la cama, su primer pensamiento fue que abusaría de ella. Con una crema froto su brazo a pesar de su silencioso llanto y de un momento a otro sin decir absolutamente nada, enderezó su hueso sin ningún asco.

Soobin gritó, lloró creyendo que se lo había fracturado aún más, no le dio las gracias, peor, le insulto obteniendo ningúna reacción del pelinegro.

“No lo hago porque me interese o sea amable contigo, no te confundas linda. No servirías de nada, ni siquiera para escapar”

Fueron sus palabras. Le confundieron, a qué se refería. No deseaba que una pequeña esperanza se formara en su pecho, creyendo cosas erróneas, las cuales eran simplemente mentira. ¿Jin intentando decirle que escaparía? ¿Qué él le ayudaría? ¿Qué alguna vez saldría de allí? Todo le parecía absurdo.

Ella lo sabía perfectamente, una persona como él, jamás le ayudaría. Eran crueles, esperar algo bueno aunque sea de uno; era imposible y si lo hacían, era porque querían algo a cambio. Cobrándose aún más de lo que te ofrecían.

Alzó un poco la mirada cuando escuchó la puerta abrirse; clavó las uñas en sus muslos con fuerza asustándose por la escandalosa entrada de Jin. Le vió caminar unos pasos en su dirección con prisa, no le dio ni tiempo de reaccionar ya que el pelinegro tomó con fuerza sus hombros poniendola de pie.

– Debes darte una ducha. – dijo con rapidez. La empujó directo al pequeño baño ya que Soobin no acató sus órdenes. — Rápido joder, Nam viene para acá y debes estar dispuesta para él.

Su cuerpo se paralizó al escuchar aquel nombre. Nam.

No...

Se giró abruptamente logrando que los empujones del pelinegro cesen.
Le miró con miedo acumulándose algunas lágrimas en sus ojos; mordió con fuerza su labio temiendo porque Jin estuviera bromeando.

– No es verdad... dime que estas jugando. – al no ver ninguna reacción de él, negó repetidas veces retrocediendo algunos centímetros. – No... No por favor. Él, é-el va a romperme. Amo no quiero verle de nuevo.

Se rompió a llorar frente a Jin sintiendo su sangre helar por ver nuevamente a ese hombre. No mentía en ninguna de sus palabras. Él acabaría de romper los pocos pedazos que con mucho esfuerzo logró juntar. Por otro lado Jin, frunció el ceño. No le importaba en lo absoluto lo que dijo por último ni le escuchó. Solo sabía y tenía tocándole los cojones que si no la metía a la puta ducha antes que Nam llegué, estaría en problemas y ella en muchos más.

Rodó los ojos al verle llorar como si fuese el fin del mundo. Ya se había acostumbrado ver como cada noche Soobin se hundía más y más en pozo profundo del que nadie le podía salvar.

– Me interesa un rábano lo que dices, métete a la jodida ducha o le diré a Nam lo desobediente que has sido y créeme linda que no sólo te romperá como dices, hará terribles cosas con tu cuerpo. Muévete de una puta vez.

Bramó perdiendo la paciencia, Soobin sorbio su nariz, calando sus huesos las palabras del pelinegro. No quería que suceda nada de lo que dijo.
No se lo permitiría, así que arrastrando los pies se metió al pequeño espacio, sin poder prepararse física ni psicológicamente para lo que vendría a continuación.

Baby Don't Cry ➵ BTS +18Donde viven las historias. Descúbrelo ahora