Baby Don't Cry ➵ BTS +18

033

¿Cómo era que algo tan irrelevante lograba hacerle sentir así?

Ese peluche, para no ser algo del otro mundo resultó ser reconfortante. En un principio creyó que era algo infantil. Pero con el pasar de los días, ese oso de peluche, se volvió un pequeño lugar seguro en sus sueños.

Aunque sería considerado algo ridículo, Soobin sintió eso, algo suyo.

Nini. Así le había puesto.

Tenía pesadillas continuas, no era algo normal. Por momentos podía recordar la sensación de las manos de ellos en su cuello. Asfixiante y doloroso. Sin poder defenderse, sin poder gritar o pedir ayuda.

Despertaba sudorosa y el pecho le dolía mucho hasta al punto que pensó y explotaría.

–¿Estas bien? –JongJae en algunas ocasiones aparecía en la madrugada, por los gritos o jadeos de ella. Su habitación quedaba en el primer piso, y Soobin sintió vergüenza porque al hombre no le dejaba tranquilo. Pero cuando veía en su rostro una expresión de preocupación en lugar de una molesta, aminoraba un poco ese dolor. –¿Pesadillas?

Habían lágrimas en sus mejillas. Un nudo doloroso en la garganta. Su garganta ardía, parecía como si tuviera fiebre. Era sofocante.

– No se preocupe, solo.. deme unos minutos. Necesito respirar.

Tomar inhalaciones profundas de aire por un corto tiempo, la calmaron la mayor parte del proceso. Arroparse hasta la barbilla para sentirse protegida era lo único que lograba no hacerle sentir vulnerable.

Recordarse que ya no estaba ahí varias veces en su mente la tranquilizaron, no del todo pero por ese momento, en el poso donde se ahogaba podía salir a la superficie. Respirar y sentirse aliviada.

– Sabes que puedes llamarme si me necesitas.

Deseo no tener ideas equivocadas por esa respuesta.

Dios, Soobin no quería aferrarse a una persona que recién conocía. No iba a ser tan estúpida y confiada. Por ahora. –No será necesario. –fue un tanto seca al decirlo. Vio que algo en la mirada del hombre mostró un poco de incomodidad. Asi que decidió bajar el tono brusco a uno más calmado. – Pero.. gracias por preocuparse.

Algo dentro de ella la obligó a mostrarse agradecida y menos hostil. Era lo mínimo que podía hacer. Debía darse cuenta de cuál era ahora su nueva realidad.

–Esta bien. Dejaré la luz del pasillo encendido por si acaso.

********

Era extraño.

En ese lugar, Soobin sentía que el tiempo no existía.

Pasaba tan rápido que; se levantaba, desayunaba algo, iba al jardín y la tarde ya cubría el cielo dejando un frío fresco, hasta la noche regresaba a la habitación y volvía a dormir. No se quejaba, estaba bien con eso, era más que suficiente pero no podía evitar comparar su antigua situación.

Ahí el tiempo corría tan lento. Demasiado para soportarlo. No sabias cuando era de noche o si se levantaba en la madrugada o solo si llovía allá afuera.

No es que eso la pusiera triste, al contrario. La volvía realmente ansiosa, más si JongJae no pasaba nada de tiempo en la casa, raras veces le veía por la noche.

Prácticamente estaba todo el día sola. Sin nadie, encerrada en la enorme habitación porque así lo quiso ella. JongJae dijo que podía salir al jardín, que podía mirar y tocar todo lo que quisiera.

Pero Soobin descubrió que no había ningún cuchillo en la casa, ningún espejo o algún teléfono. Menos Internet. Era irónico, ya que quiso hasta reír.