seis

169 31 4
                                    

— cariño, ¿abres la puerta? — volteó hacia donde la voz de su madre provenía, y dejó el control del televisor sobre el sofá antes de dirigirse hacia la puerta.

suspiró. ojalá su plan funcione.

— hola, beomgyu. — le sonrió con dulzura, con toda la que pudo fingir.

— ¿cómo está, hyung? — él también le sonrió. y yeonjun tragó en seco.

de repente, se sentía avergonzado. luego de llegar a casa, decidió no bañarse y todo lo que se dejó fue una pijama vieja con un buzo encima. beomgyu, a diferencia suya, tenía puesta una ropa diferente; con un suéter de lana de ositos y un pantalón claro.

incluso olía a lavanda y la maraña larga que tenía sobre la cabeza parecía estar peinada. maldición, ¿de cuándo acá le importaba tanto verse bien frente a beomgyu?

— pasa. — se hizo a un lado y el menor hizo lo que le dijo, adentrándose tímidamente al departamento. — mamá, beomgyu llegó.

— ¡hola, beomgyu! uhm... si quieren pueden esperar en tu habitación, jun. aún no está listo esto. — yeonjun rodó los ojos, preguntándose por qué su madre lo odiaba tanto.

— claro, no te tardes tanto. — farfulló caminando despreocupado a su habitación con beomgyu siguiéndole los pasos. — siéntate.

aún algo tímido, tomó asiento en el borde de la cama de yeonjun, quien sólo lo miró por un momento.

se había dado cuenta que, al conocer a las personas o verse en una situación nueva, beomgyu no era tan molesto como lo era siempre.

— hm... me gusta su suéter. — el menor fue el primero en romper el silencio entre ellos.

— a mí me gusta el tuyo. — de nuevo, nada. ninguno volvió a decir una palabra.

qué incómodo.

— beomgyu, ¿puedo preguntarte algo? — el mencionado levantó la mirada de sus manos y la llevó a él, curioso.

— sí, claro. ¿qué cosa?

— ¿por qué le pediste mi número a taehyun? — yeonjun quiso reír por la manera en la que abrió sus ojos de par en par, casi asustado, pero se contuvo y simplemente esperó una respuesta de su parte.

— uhm... ¿por qué me pregunta eso? — se removió sobre la cama, nervioso. y el pelinegro dejó su celular a un lado.

— él me lo dijo. — a taehyun no le molestaría, ¿cierto? de todas formas, él y beomgyu eran amigos y no se metería en problemas con él.

— él se lo dijo...— repitió en voz baja, pensando que debió habérselo pedido a huening kai mejor.

— sí... ¿me dices por qué? — beomgyu vaciló, sin saber bien qué responderle.

— sólo quería tenerlo.

— ¿y por qué no me lo pediste a mí? — de nuevo, el menor se quedó callado, preguntándose mentalmente qué razón tendría taehyun para contarle aquello a yeonjun.

— ¿quiere que le diga la verdad? — yeonjun asintió, algo confundido. — es porque siento que yo no le agrado.

— ya te he dicho que no es así como setenta veces. — replicó y el castaño frunció los labios.

— sí... pero sus palabras dicen una cosa y sus acciones dicen otra. — confesó jugando con las mangas de su suéter. — ¿podría serme sincero por una vez, hyung?

no supo qué decirle. en realidad, lo único que yeonjun quería hacer en ese momento era tomar su guitarra, sacarla del estuche y rompérsela en los dientes a beomgyu. ¿qué tantas consecuencias podría tener eso?

— ¿desde hace cuánto te conozco, hm? — beomgyu no contestó y yeonjun se calló de repente al darse cuenta de lo tosca que había sonado su pregunta. — perdona... no me refería a eso, sino que...

— está bien, hyung. tiene razón. usted y yo... no somos amigos. — suspiró con suavidad, y el contrario estaba a punto de decir algo más cuando la voz de su madre llamándolos lo interrumpió antes de siquiera empezar. — ya está la comida, vamos.

bueno... está bien, no eran amigos. eso era lo que quería escuchar, ¿o no?

pero entonces... ¿por qué se sintió tan mal cuando beomgyu le habló tan secamente?

fases ☆ yeongyuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora