fases ☆ yeongyu

1. tres

la cena había ido bastante bien... dentro de lo que cabía resaltar. ni soobin ni huening kai habían podido asistir por lo que los únicos que estuvieron en la mesa esa noche fueron taehyun, yeonjun y beomgyu.

hace poco habían terminado de comer y los dos menores se habían ofrecido a lavar los platos usados mientras el pelinegro estaba en el baño.

— es una lástima que soobin y kai no pudiesen venir...— el mayor murmuró terminando de enjuagar un plato y tendiéndoselo al pelirrojo, quien quitó el jabón de este.

— sí... lo es. — el tono melancólico en la voz del más pequeño llamó la atención de beomgyu.

— hm... taehyun, ¿a ti... te gusta alguien? — él, aterrado por su pregunta, tragó seco y casi deja caer una taza al piso.

— no... no... ¿qué te hace pensar eso? — se encogió de hombros, como si ese tema no le importara nada en realidad.

— me parece que tú y yeonjun son muy unidos. — agregó. — cuando llegué creí que eran novios.

— ¿acaso estás celoso? — ahora el que se quedó helado por su pregunta fue el castaño, quien sí dejó caer un plato, afortunadamente dentro del fregadero.

bufó. como si sus acciones no lo delataran ya.

— no, ¿de dónde sacas eso? — los papeles se invirtieron, y esta vez fue taehyun quien se encogió de hombros, "desinteresado".

— me parece que has querido pasar tiempo junto a yeonjun a como dé lugar. — admitió. — ya sabes... las clases de guitarra, la cena de hoy, el lugar en el club...

— ni se te ocurra mencionar lo del club frente a él. — apenas lo escuchó, sintió como sus nervios llegaban al tope.

— ¿hm? ¿lo del puesto libre? — bromeó, recordando aquel día con suma claridad. — quizás a él le guste saber que me suplicaste que dejara una vacante especial para él, ¿no crees?

— ¡cállate! — gritó bajito, sabiendo que en cualquier momento yeonjun saldría del baño y podría oírlos. — por favor, no se lo digas.

el menor rió.

— no se lo diré. sólo te estaba molestando. — beomgyu chasqueó la lengua y le empujó suave, molesto. — beom, ¿podría preguntarte algo yo?

—...claro. ¿qué cosa? — estuvo un momento en silencio antes de contestar.

— ¿yeonjun te gusta? — una vez más, otro plato que se resbaló de sus manos. — ya, no debería preguntarte cosas mientras estamos haciendo la loza. vas a romper algo.

— ¿por qué me preguntas eso? — ignorando por completo su comentario, le cuestionó de vuelta.

— ¿bromeas? ¿tengo que enumerarte lo que he dicho ya? — el mayor no dijo nada. — además... lo que pasó esa noche en las escaleras.

— no pasó nada. — se apresuró a decir.

— porque yo llegué. — una vez más, beomgyu se mantuvo en silencio, frunciendo sus labios. — no te has preguntado; ¿qué habría pasado entre ustedes si yo no hubiera estado ahí?

— no...— mintió. claro que lo había pensado, ¿cómo no hacerlo? el recuerdo del tenue resplandor de la luz reflejado en los ojitos de yeonjun y la forma dulce en que lo miraba era algo que simplemente no lograba sacarse de la cabeza. ¡estaba enfermo!

— ¿te gusta yeonjun? — preguntó de nuevo, su insistencia comenzando a ejercer presión sobre el más alto.

— pues... quizás... tal vez él me guste un poquito. — finalmente, admitió, casi aterrado. — ¡pero promete no contárselo a nadie!

— lo prometo. tu secreto está a salvo en mis manos. — beomgyu suspiró. había algo en sus palabras que le provocaba desconfianza, pero decidió ignorarlo cuando una tercera voz le interrumpió cuando estaba a punto de decir algo más.

— ¿qué secreto? — la presencia repentina del pelinegro asustó a ambos, quienes se miraron por un momento, buscando una excusa... cualquier excusa.

— que... beomgyu no ha cocinado la cena de hoy... él la compró. — el mencionado sintió como le volvía el alma al cuerpo. prefería que yeonjun pensase que era mal cocinero a que se enterara de... la otra cosa.

— ya... igual no estaba tan buena. — se encogió de hombros, yendo a sentarse tranquilamente en el sofá del salón.

— ¿ha dicho que no estaba tan buena?