Ratos tormentosos. La eterna molestia de continuar incluso si no es el camino que quieres seguir y encontrar una manera de hacerlo.
Un joven de casi 18 años se encontraba estudiando antes de su examen de admisión a su soñada universidad, sin embargo...
La nada, un vacío oscuro salvó por el que ahora se encontraba ahí que poco a poco, empezaba a dormir.
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Un hermoso bosque verde, casas que parecían ser talladas en troncos, una zona de entrenamiento, un pequeño lago con cascada y muy a lo lejos dos extraños arcos de madera, un lugar lleno de vida, con niños jugando por todos lados junto con pequeñas y raras luces voladoras, los niño eran Kokiri, una especie que solo habita en el Bosque encantado.
Pero, entre tantos pequeños divirtiéndose, dos niños estaban separados del resto, la mayoría de los niños tenían rasgos finos, piel blanca, ojos azules o verdes y cabello verde de diferentes tonalidades. Pero habían dos apartados del resto al igual que entre ellos mismos, uno era rubio dorado y era muy ágil, el otro tenia el cabello azulado en algunas partes, se veía torpe y tenían grandes ojeras.
A pesar de estar alejados del resto, una niña estaba jugando con el rubio mientras que el peliazul se mantenía un poco lejos de ambos.
Saria. - Eres muy bueno en ello Link, ¿Sabes Henkis?- dijo y una de las luces voladores empezó a rodear a Henkis.
Saria. - Tu también deberías intentarlo, de seguro también puedes hacerlo. Dijo mientras link hacia coronas de flores.
Ambos se quedaron callados, link no quería perder la concentración y Henkis no quería participar y cuando finalmente acabo de hacer la corona, se la entrego a Saria quien felizmente se la puso.
Saria. - Gracias, me queda perfecta.
Pero la corona se rompió, solo quedó un pequeño anillo de flores, rápidamente se la quito y la puso en su mano como si fuera un brazalete.
Saria. - Jaja, creo que me queda mejor así.
Saria termino sonriendo de una manera tan curiosa, que incluso Henkis quien no les estaba prestando mucha atención se alegro. Pero había alguien que si les estaba poniendo mucha atención.
- ¡¿Qué están haciendo los SIN HADA con esas flores?! ¡Saria, alejate de ellos!
Link y Henkis agacharon la cabeza, siempre era así, cada vez que alguien se acercaba a ellos terminaba regañado por Mido.
Solo que está vez, arranco el brazalete y lo pisoteo dejándole irreparable. De alguna manera, Saria fue jalada por Mido y se alejaron.
Mido. - Aún no entiendo porque al Gran Árbol Deku les deja estar aquí.
Otra vez, los niños se encontraban solos. Link, cuando ya no pudo ver a Saria volteo a no ver el brazalete destruido en el piso.
- vamos, el solo necesita reafirmar que es: EL GrAn JeFe KOKokiri... Intentemos juntos, talvez a Saria le gustó tanto como el otro.
Link asintió y ambos empezaron a juntar flores.
Henkis. - Y ¿Todavía tienes problemas con los sueños?
Link volvió a asentir.
Henkis. - Entiendo, yo no he podido dormir últimamente, en mis sueños estoy en una larga habitación y no importa lo que haga, no puedo salir de ahí - dijo, quedándose viendo las flores que tenían ya apiladas.
De repente, link empezó a hacer trenzas con las flores, haciendo el inicio de una corona.
.- ¿De nuevo quieres hacer un corona? ¿No quieres mejor hacer otro brazalete?
Link apunto al suelo, al lugar donde había terminado el anterior brazalete.
Henkis.- creo que entiendo- dijo mientras empezaba a hacer su propia corona.
Una tarde tranquila, cuando llegó la hora de descansar, Henkis se despidió de Link mientras se iba a casa de los gemelos, quienes salvó por Fonk está vez pasarían a una "reunión" en la casa de Mido.
En la cómoda casa con chimenea empezó a quedarse dormido, y rezaba, por no volver a seguir ese sueño, pero no fue así.
Un vacío oscuro, el mismo vacío que había estado recorriendo en sus sueños, solo que está vez, había alguien más ahí, tenía la misma ropa que el pero era más grande, parecía ser un adulto nunca había visto a uno, pensó que era un Hyliano dormido, Henkis intento despertarlo y lo logró.
Conforme ese sujeto empezaba a despertar, Henkis empezaba a dormir, sus párpados se cerraban y suspiró aliviado, parece que descansaría finalmente.
Sin embargo, su compañero de vivienda, no dejaba de verlo, pues Henkis tenía una alta fiebre y estaba murmurando.
