De un brinco se levantó intentando quitarse el insecto de la cara, rápidamente miro buscando a aquel gigante, sin embargo no había nadie ahí dentro, no sabía el porque, y no sería la primera vez que se preguntaría ello.
Poco a poco, salió de ese extraño tronco, observando en todo momento su alrededor pero se llevó un espectáculo, y también la razón por la cual no había nadie en la casa.
Decenas, cientos de pequeñas luces iluminaban el bosque atrayendo a los Kokiri a salir de sus casas, estaban tranquilos parecían felices, las gemelas, los gemelos, los trillizos, las trillizas, Saria y Mido.
Incluso él, estaba hipnotizado por lo que veía, pero no podía quedarse ahí, necesitaba saber que estaba pasando y cuando nadie observaba empezo a alejarse del lugar.
Se dirigió a la salida del bosque pero se detuvo al ver que un Kokiri servía como guardian de uno de los arcos de madera.
.- ¡Maldición!- Dijo, mientras empezaba a idear que hacer, no podía tomar otro camino y el otro arco de madera estaba al otro lado del festival de luces, no habria forma de pasar inadvertido.
No tenía nada con que distraer al guardia del camino principal, ni pasto ni ramas ni rocas por lo que al ver que la gente regresaba a sus casas, cambio rápido de plan, se escondería.
Saltando las cercas de la zona de entrenamiento, arrastrando sus pies, empezó a salir de la zona alta del bosque y cayó en una cama de flores. Lo que amortiguó su caída.
Empezó a salir pecho a tierra, hacia la casa del árbol rodeandola para evitar ser visto, subió un desnivel y continúo su camino hasta detrás de una casa extraña con forma de resortera.
.- Cara-jo, eso fue difícil- dijo, empapado de sudor.
.- ¡Hermana, ven a ver esto!- Grito una voz cercana.
Su corazón empezó a bombear rápidamente, no quiso voltear a ver a quien había dicho eso, no quería, pero volteo de inmediato sin soltar un solo sonido.
.- tienes razón, ¡Es hermoso!- dijo una chica tomada de la mano de su hermana.
De nuevo, pudo volver a respirar.
.- espera, creo que hay unos frascos atrás, eran para la miel, pero servirá mejor para ellas.
Una de esas niñas camino hacia donde estaba el prófugo, quien no tenía donde esconderse más allá de esa casa.
La Kokiri empezó a buscar detrás de la casa y el peliazul se mantenía lejos de su punto de visión rodeando la casa, pero estaba demasiado cerca para ser visto por el resto de Kokiri.
.- ¡No hay nada!- grito la Kokiri.
.- ¡Están en la izquierda de la casa!- grito su hermana.
.- ¡¿Tu izquierda o mi izquierda?!- grito
El chico había chocado con algo, unos frascos empezaron a rodar en el suelo.
.- ¡Olvídalo, creo que ya los ví! -- grito, caminando hacia donde se encontraban los frascos.
.- ¡Apresúrate!
La Kokiri recogió unos frascos del suelo, pero algunos seguían moviéndose. Empezó a revisar su alrededor y se acercó a una pequeña cerca.
.- ¡Qué te apresures!
.- ¡Ya voy!- grito, y salio en busca de su hermana en aquel festival de luces.
Del otro lado de la cerca, un empapado niño salía del agua y se alejó lo más que pudo de las luces.
Sin saberlo, llegó a un pasillo de tierra que recorrió intentando encontrar una zona donde poder escalar y rodear el lugar, siempre revisando que nadie le siguiera.
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Un Estudiante desesperado en un juego. En Tloz.
FanfictionRatos tormentosos. La eterna molestia de continuar incluso si no es el camino que quieres seguir y encontrar una manera de hacerlo. Un joven de casi 18 años se encontraba estudiando antes de su examen de admisión a su soñada universidad, sin embargo...