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La mañana había llegado y ni siquiera estaba segura de cuándo me había dormido.
Estaba en el auto, mi mamá nuevamente quejandose del olor que no se había desprendido de mí después de toda una noche. Ella no parecía comprender por qué y yo no pensaba decirle que me dormí usando una prenda de otra loba.
En ese momento la tenía en la mochila, había varios motivos. No podía llevarla puesta sin que todo el mundo sospechara más cosas y tenía que devolvérsela a Ryu. Sin embargo, estaba muy tentada en ponérmela y no dar explicaciones.
Era imposible.
Aunque lo cierto es que ni yo misma tenía las respuestas a las posibles preguntas que se pudieran formular al respecto, así que simplemente la tenía guardada.
Habíamos llegado a la escuela y yo seguía sumida en mis pensamientos, Eunji intentó llamarme la atención y comenzar conversaciones a lo largo del camino, como siempre solía pasar. Hasta que llegado un punto se dió cuenta que ninguna de mis respuestas superaban los monosílabos, decidió simplemente poner la radio y dedicarse a cantar mientras manejaba.
Abrí la puerta, haciendo que al instante mi mamá soltara algo así como "cuidado con esa alfa, nos vemos más tarde".
Entré al colegio inmediatamente, no tenía intenciones de quedarme en el patio escuchando a la gente nuevamente hablar de mí. ¿No podían superarlo ya?
Fui a mi casillero, cambié algunos cuadernos para que cuadraran con las materias que se suponía que debía rendir ese día, guardé la campera para devolvérsela a Ryu durante el almuerzo y me dirigí al aula, sin mirar a nadie, sin prestar atención.
Unos pasos apurados me siguieron y pude reconocer el olor al instante. Mi única amiga estaba ahí. Tocó mi hombro para frenarme y yo me dí vuelta, sonriéndole. No pensé que en cuanto entrara la encontraría, debería haber dejado su abrigo en la mochila en vez de guardarlo. Era demasiado tarde para eso.
Ryujin
Llegué al colegio un poco más temprano de lo normal, de todos modos no era la primera en el establecimiento.
Me encontré con Yeji y su omega, Lia. Hablamos un poco de la práctica que tendríamos ese día hasta que ví a __ entrar al colegio como si le fuera la vida en ello.
Me disculpé con mis acompañantes, quienes parecieron darse cuenta de lo ocurrido, y me fuí a buscarla.
Cuando la encontré estaba cerrando su casillero. Ahora que me ponía a mirarla más a detalle estaba increíblemente bien vestida. Llevaba puestos unos pantalones de vestir que enmarcaban su figura en color camel, una camisa blanca manga larga adentro de estos y unos tacos de sandalia con tira fina, más altos que los que llevaba el día anterior, a juego. No soy especialista en ropa y no me sé explicar, pero le quedaba hermoso.
Intenté igualar su velocidad, parecía que tener doce centímetros más en el talón no modificaban su velocidad. Cuando llegué le toqué ligeramente el hombro y se giró para verme mientras sonreía. Esperaba que fuera por mí, no tenía idea del motivo de mis pensamientos, sólo lo deseaba.
Me repasó con la mirada, rápido, como si con eso evitara que me diera cuenta. Cuando volvió su vista a mis ojos sonreí de lado, quería demostrarle que lo había notado.
Inmediatamente noté que se había puesto un tanto tímida, si su acción la avergonzaba a ella más me avergonzaba a mí. No me había arreglado para nada ese día, un buso y unos jeans negros, un poco rotos.
―Buen día, ratón de biblioteca―. Fue lo primero que pronuncié, logrando que se irritara. Eso sólo la hacía parecer más tierna.
―Hola, algodón de azúcar.
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High heels - Ryujin y tú [Omegaverse]
Fanfiction"Los tacos altos pueden ser mortales para la indiferencia y el autocontrol de algunos alfas. Con un olor particular es imposible que no caigan por vos, mi niña, vas a tener que aprender a cuidarte." Todos los derechos reservados. No se aceptan adapt...