Encuentro en el lagar

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Capítulo tres

Encuentro en el lagar

Maca


Vuelvo a despertar de un salto con los golpes de la puerta, estoy sobre la cama con ropa, me levanto y sé que es ella. Abro la puerta y entra con más suavidad que ayer.

Bueno' día' señorita, veo que esta lista oiga - me dice sin gesticular ni media sonrisa pero su voz es más amable.

Hola Rubí, me dormí vestida. Tenías razón, no pude ni ponerme pijama. Esta vez necesito ducharme por favor. ¿me das cinco minutos? - le ruego.

Pero cinco minutos pue' no podemos esperar más ¡Vaya vaya! - da vueltas en la habitación y me intimida su presencia mientras camino al baño para ducharme. Estando en la ducha mi teléfono suena.

La están llamando aquí oiga - grita desde la puerta del baño.

¡Ya voy! - le grito de vuelta.

Salgo de la ducha envuelta en la toalla, salgo del baño y su mirada es muy fuerte, casi no puedo preguntar por qué.

¿Qué pasa Rubí?

Na' es que sonó su teléfono y yo lo miré pue - apunta a la cama.

¿Y? - me acerco al teléfono y veo dos llamadas perdidas de Jacinta a quien registrada como "amor" y creo entender que es lo que pasa - ¿Viste la foto de la persona que me estaba llamando? - le pregunto y asiente con la cabeza, incómoda.

Ute, - titubea por primera vez - en el teléfono decía "amor" y había una foto de una mujer.

Si Rubí, es mi novia. Yo soy lesbiana - le digo mientras saco ropa para vestirme.

¿Entonce' a ute no le gustan na' los hombres? - me dice sin entender, como si yo fuese algo extraño para ella. Pero no me mira con desagrado.

No, no me gustan los hombres, me gustan las mujeres. Pero no todas - le digo para tranquilizarla. A pesar de que ella... ¡Ay!

¡Ah! es mejor que nadie sepa aquí po' oiga – me dice preocupada.

¿Te molesta Rubí? No te sentirías igual si tuvieras un patrón al que le gustan las mujeres con el que tienes que trabajar? - pregunto sin juzgarla.

No pue', no me sentiría igual.

¿Y por qué? Es lo mismo Rubí, sólo soy una persona a quien le gustan las mujeres al igual que todos los hombres con los que trabajas.

Bueno, si lo pone así oiga, suena fácil la lesera pue' - sonrie.

Tranquila, yo entiendo que puede ser algo dificil de entender para ti.

No oiga, no es difícil e' que a ute no se le nota na' - me dice como lanzando un piropo.

No sé como responder a eso pero está bien, me voy a vestir al baño, dame unos minutos por favor - le digo para terminar la conversación.

Salimos de la casa. La fiesta es hoy y toda la gente parece alborotada, es más que nada una tradición. Se abre la época de vendimia con esta fiesta pero es más trabajo que nunca.

Pasan las horas y está todo dispuesto para la fiesta. Nos hemos separado hace rato con Rubí, ella se fue a preparar para la vendimia y yo también, me puse un vestido para ser parte de la tradición.

La recolección ha comenzado, el ambiente es grotesco, el calor no ayuda, los hombres del lugar beben constantemente y las mujeres están encargadas de todas las labores de la cocina. El machismo que se respira me molesta un poco, hasta que la veo llegar con un vestido muy corto, su piel tostada, descalza y con el sombrero. Ella me aturde. Rubí es un espejismo.

Mujer de mi tierraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora