El tiempo que no pasa

472 40 14
                                    

Capítulo veintitrés

El tiempo que no pasa

Rubí 

Cinco meses atrás 

Estoy en nuestro lugar secreto una vez más. Hace cuatro días se fue. Miro mi teléfono y no tengo mensajes de ella. Reviso las pocas palabras que nos dijimos y vuelvo a llorar. Fue tan corto todo y en un mes mi vida cambió para siempre. Hay una foto de ella aquí donde hablamos y la miro con lágrimas en los ojos. 

No me puedo resignar a qué todo terminó de esa manera, no puedo entender como una persona puede mentir tanto. Ni como yo pude creer todo lo que dijo.

Cierro los ojos para sentir su piel en mis manos, sus besos, su voz. Esa mirada, la mirada de mi señorita. 

Siento que mi cuerpo se desgarra por dentro, que no hay parte de mí que no la extrañe. No hay consuelo, así que me quedo ahí en ese lugar, esperando algo, no sé que, esperando a que ella me hable, alguna señal de que lo que vivimos no fue una mentira. Espero algo que me diga la verdad y tanto pensar comienzo a delirar. La veo reír sobre mí, apoyada en mi pecho, mordiendo mi piel. 

No he comido nada y vuelvo al campo. Voy a ver a mi 'amita y me echo en sus piernas junto al brasero. 

¿Qué pasa mi Rubí? Mi niña más linda, ¿Qué le duele oiga?- me pregunta. 

Na'amita, na'- respondo.

Eso parece mal de amor - me dice mientras acaricia mi pelo.

No 'amita, ¡No invente oiga! - respondo.

No sabré na' yo cuando una cabra llora por un hombre - repite 

¿Amita? 

¿Diga mija?

¿Qué opina ute'...? - me acomodo para mirar su cara - de los hombres que le gustan los hombres y las mujeres que le gustan las mujeres? - dejo la pregunta ahí.

¿Quién es colipato oiga? 

Nadie 'amita, solo le pregunto.

No sé mijita pero eso no es na' natural oiga, ¿Acaso a visto ute' dos gallos enamoraos o dos gallinas enamoras? ¿Dos vacas o dos yeguas? No pue' yo no sé na' de esas cosas, pero, ¿Cómo a una mujer le va a gustar otra pue'? - me dice - si son tan ricos los hombres pues - ríe - ¿O no?

Si 'amita, son ricos - río también pensando en que ella tenía razón.

Pasa la tarde y me voy a mi casa con el Miguel. Llega tarde el negro y me pilla durmiendo en un sillón, no me quiero ir a la cama con él, no quiero que me toque estas noches. Quiero guardar lo que más pueda el recuerdo de mi amor en mi piel. 

Me voy tarde a la cama todas las noches, durante diez días, diez días en qué no he estado con el Miguel y todas las noches miro su foto y pienso que está durmiendo con otra persona tan lejos de mí y así será para siempre. Me pregunto si me recuerda, si piensa en mí cómo yo la pienso a ella, 'toito el día, hasta en las cosas que nunca hicimos juntas, porque siempre quise hacerlas con ella. 

Así pasa un mes, llego a la casa y el Miguel me está esperando bien arreglao' y con una comida.

Hola mi negra - me besa.

¿Qué es esta lesera negro?

Una sorpresa pa' ute mi negrita, es que andamos tan re distanciaos' pue'. Quiero juntarnos de nuevo.

Me toma por la cintura y saca mi ropa. Me dejo pero está vez cierro los ojos y la recuerdo en mi cuerpo, sus besos, como recorría todo mi cuerpo con su boca y le digo al Miguel que lo haga. Me mira raro.

Mujer de mi tierraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora