El silencio del olvido

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El silencio del olvido

Maca

No entiendo nada, solo puedo seguir el juego hasta tener alguna respuesta.

Hola Rubí, un gusto - le doy la mano y tiemblo.

Ella sonríe y entran todos a la casona. Miguel la lleva de la cintura, y me mira hacia atrás. Camino observando todo, un tanto feliz de que esté aquí y un tanto triste por no entender su actitud.

Todos celebran y ella ríe, la veo sin el peso del mundo sobre su espalda como cuando comenzamos esta historia de amor. Pienso en los pequeños momentos que hemos tenido, tan prestados, tan nuestros pero lejanos. Ella sonríe y abraza a Miguel, de pronto su mirada se fija en mí, un brillo en sus ojos me hace tener esperanzas pero desaparece al instante. Pasan las horas, mi Rubí esta lejos, soy una desconocida para ella y ella es el amor de mi vida. Rubí tiene conciencia de que perdió la memoria de los últimos meses y mientras hablan voy entendiendo todo. Yo soy parte de su vida "nueva", vida que no recuerda, por ese motivo no sabe lo que pasó entre nosotras y tampoco siente nada por mí. Esta wea es para volverse loca. 

En cierta forma creo que es lo mejor que le pudo ocurrir. La veo feliz, tranquila, disfrutando sin estar pendiente de mí y de lo que hago o de cómo disimular lo que pasa entre nosotras.

Me voy a la cocina para hacerme un té antes de irme a acostar y siento que alguien entra.

Me volteo y la veo. Es tanto lo que siento que doy dos pasos hacia ella por inercia. Es este cuerpo que se mueve ante su presencia, encontrando a su dueña.

Me dijeron que no nos llevabamos muy bien oiga - me dice con una sonrisa hermosa.

Fue difícil al comienzo, no te lo voy a negar. Pero luego pudimos llevarnos mejor - sonrío al hablarle pero quito mis ojos de los de ella.

Chita si yo soy re difícil oiga - me dice y se acerca - ¿Le ayudo con el tecito,? Pare' que no sabe na' cómo prepararse algo ute oiga.

¿Me lo quieres preparar tú? - le pregunto.

Si pue', yo se lo hago - responde y me prepara el té. Solo puedo mirarla y disfrutar ese momento, sabiendo que ya no puedo acercarme a ella, nunca más.

¿Y ya me maneja en el campo oiga? ¿No necesita mi ayuda? - me pregunta mientras termina de prepararme el té.

Siempre necesito ayuda pero ya es más fácil para mí. Gracias por tu ayuda - le hablo formal y entra Miguel.

¿Qué hace negra? Todos la estamos esperando oiga - le habla y se acerca para tomarla de la mano.

Ya voy negro, no ve que le preparo un té a la señorita oiga - ella responde y el me mira desafiante.

Está bien así Rubí - le digo para que se vaya.

No, deje así pue. Ya negro esperame allá, yo voy al tiro oiga - lo echa del lugar y él se va porque no es hueon y no quiere despertar sospechas.

Termina de hacerme una bandeja y me la pasa. La verdad es que nunca vi un lado tan gentil de Rubí, sólo cuando estuvimos juntas hacia este tipo de cosas.

Tomo la bandeja y nos miramos un instante. Ella esta frente a mi y sonríe amistosa.

Gracias Rubí - le digo escueta y me retiro.

Buenas noches señorita - Siento que su mirada me sigue.

Buenas noches, que descanses Rubí.

Me voy a la habitación y me desarmo al momento de cerrar la puerta. Me llega un mensaje de Agnes. En estos dos meses nos hemos acercado bastante, debido a la condición de Rubí y también porque ella es la única que puede entender lo que pasa. No siento miedo de hablarle.

Mujer de mi tierraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora