Cuando Dante ... abrazó a Beatriz

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Cuando Dante ... abrazó a Beatriz

Maca

Llego a la casa, no pudimos almorzar juntas porque hubo un problema en el campo que requería que Rubí lo solucionara. Es un tema con los animales del campo y una enfermedad que está presente en más de la mitad de ellos.

Entro y veo la mesa puesta con una cena para dos. Tiene un mantel a cuadros blancos con rojo, unas flores al medio y dos platos, es algo simple pero es lo único que necesito.

¡Mi amor! - me abraza por la espalda y besa la base de mi cuello por donde cuelga mi pelo.

¡Cosita rica oye! ¿Me tení' comida? - Le hablo con su cuerpo completo en mi espalda.

Yo soy su comida - escucho una carcajada, algo extraño en ella y en encanta. Me doy vuelta y la beso completa - ¡La extrañé tanto oiga!

¡Ay Rubí! ¿Qué voy a hacer contigo? ¡Entre más tiempo estamos juntas, más tiempo me falta a tu lado! - la beso y como siempre me busca la piel debajo de la polera. Con Rubí siempre es igual, antes de llegar debajo de mi ropa es una carrera, cuando llega a su lugar de destino, ella pone marcha lenta y comienza su recorrido, ya conocido pero la intensidad con la que me toca es como aquella primera vez.

¡Oiga, venga que le hice comida por no poder prepararle almuerzo! - me lleva a una silla sin sacarme las manos de debajo de la polera, me sienta en una silla, me quedo ahí y no lo puedo creer, ella se va a la cocina y escondo mi llanto de emoción porque esto es más de lo que yo podía imaginar.

¿Sabe algo? Nunca me gustó cocinar - grita desde la cocina - pero pucha que me hace feliz cocinarle a uste' oiga - viene con los platos. Es charquicán y no me gusta porque es muy pesado para mí, sobre todo por la noche, además es una cantidad exorbitante de comida y sin embargo, me parece una belleza insólita.

Igual no tienes que cocinarme, podemos ver que hacer entre las dos y yo también sé preparar algunas cosas - se sienta a mi lado con un plato más grande que el mío y come, ¡Cómo me fascina esta mujer! ¡Cada detalle!

¡Ya pue, coma! - me dice

Rubí tu sabes que yo como poquito ¿Ya?- le digo para que no se sienta mal.

Bueno, ¡coma lo que quiera pue! Y si no le gusta me dice y vemos que le gusta oiga que yo no me voy a poner a llorar - sigue comiendo - ¿Por qué me mira? ¿Como muy mal pa uste? Sabe que yo trato re harto de educarme y por eso estoy estudiando pero me cuesta pue, si yo soy nacía y cría a pleno campo. Yo comía al lado de mi amita mientras pelaba los pollos, sentá a sus pies y con las manos y no por no tener mesa, es que era muy regalona ¿sabe? - sigue comiendo.

No me molesta como comes Rubí, no quiero que cambies. Yo te amo así, así te conocí y me encanta mirarte. No sé, me gusta percibir el mundo de la forma que tú lo haces, me gustan estas diferencias.

Yo no quiero que te sientas menos ¿Nunca ya? Hay cosas que quizás no entiendas mi amor pero yo tampoco - ríe - hay tantas cosas que uno no sabe, yo sé de algo que tú no y tú de algo que yo no y así es la vida amor - le doy un besito.

¡Yo no quiero na' que se avergüence de mí pue!

Es que eso es imposible ¡Yo te admiro Rubí! No pienses esas cosa ¿ya? Vamos a organizarnos y me vas a acompañar a Santiago para presentarte a mis amigos. - cuando digo eso, su ojitos brillan tanto que creo haber dicho algo correcto.

¡Me gusta hartazo esa idea! ¿Sabe? Ya le dije que quiero que todas las peucas sepan que uste' tiene dueña aquí.

¡Tengo dueña y me encanta! ¿Verdad que quieres ir a Santiago conmigo?

Mujer de mi tierraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora