Rubí tecnológica

507 41 15
                                    

Capítulo 18

Rubí tecnologica

Maca

Veo el teléfono, son las 17:03. La extraño a morir, Anto se fue durante el día y solo me dejó como consejo un "alejate de ahí" pero no puedo, no puedo alejarme de Rubí, no quiero en realidad.

Decidí dejar una habitación pequeña de la casa como oficina porque tengo todo en mi habitación y no quiero trabajar en el mismo lugar donde duermo, así que le pido ayuda a Miguel que anda por ahí, aunque me da un poco de pudor verlo, pero no siento culpa. Quizás estoy siendo demasiado egoista, pero aunque él se casó con Rubí yo siento que ella es mi mujer. Miguel me consigue un escritorio viejo que había en una bodega y una silla, malísima pero me sirve mientras. Dejamos mi oficina lo más decente posible y me siento a trabajar. Pienso en que necesito una cafetera urgente aquí mismo porque las horas que tengo que pasar despierta son muchas, además de un aire acondicionado. Creo que estoy pidiendo demasiado.

Tocan la puerta.

Adelante - digo sin despegar la vista de mi computador.

Hola patroncita - dice la voz más hermosa del mundo y siento mi cara de boba al instante.

Me levanto enseguida y la abrazo. Ella me besa.

La eche tanto de menos oiga - me dice colgada a mi cuello con su sombrero casi por caerse.

Y yo a ti preciosa - la vuelvo a besar.

Mire lo que tengo aquí - me muestra un celular.

¡Rubí, te lo compraste! - le digo.

Si pue', fui al pueblo y me lo compré, pero no se na' como usarlo - me explica.

Le pongo candado a la puerta, me siento en la silla y ella en mis piernas. Le descargo las aplicaciones más importantes y le enseño a usarlo. No deja de acariciarme. Mete sus manos en mis rulos y me besa la frente, la cara completa. Se queda pegada a mi cuello y me muerde suavecito, se ríe mientras lo hace. Cierro los ojos y mi cuerpo quiere hacer lo que no debo.

Rubí, no empieces por favor - le ruego entre risas.

Es que no puedo parar oiga, ¿le digo una cosa? - se acomoda sobre mis piernas para quedar frente a mí - Fui al pueblo y me daba tantas vueltas oiga, lo que hicimos esta mañana. Yo quiero probar toito' con ute' oiga.

Yo tampoco puedo dejar de pensar en lo que pasó, no puedo dejar de pensar en tí Rubí - le respondo - Ya mira, aquí está listo el teléfono.

Le explico como funciona Whatsapp y las llamadas, lo esencial para nosotras.

Tocan la puerta y me levanto rápidamente. Rubí corre a sentarse donde debería estar sentada la capataz en una reunión con la patrona. Es Miguel

Disculpe patroncita - me habla desde la puerta - estoy buscando a la negra.

Aquí está Miguel - le indico a Rubí.

Negrita yo me voy pa la casa oiga, llegue lueguito pue - le dice y le da un beso en la boca. Bajo la vista y me siento frente al computador.

Si negro, no voy a llegar tarde - Le responde muy distante.

Es que no hay na' pa comer negrita - le sigue hablando tan cerca que me dan ganas de...me tengo que ubicar, la amante soy yo.

Aprende a cocinar Miguel - le digo.

No pue patroncita, que eso es labor de la mujer de la casa oiga - responde simpático como siempre.

Muere de hambre entonces - le sonrío sarcástica pero no lo nota y se ríe de mi super "chiste". Soy una mala persona.

Ya, las dejo trabajare oiga - se despide y vuelve a besarla.

Mujer de mi tierraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora