C A P I T U L O ¹¹

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—Mierda —me quejé.

—¿Qué pasa? —preguntó volteandome a ver.

—Olvidé echar ropa de cambio —busqué bien en mi mochila —solo traje esta maldita blusa —me quejé.

—O sea que...

—No traigo pantaloncillos —nos miramos.

Nos quedamos viendo por un momento si hacer nada.

—Pero el que traías antes de meterte, ¿Dónde está?.

—Se lo presté a Bev —me dí un pequeño golpe en la frente.

—Yo traigo un short, pero es mío, así que te puede quedar grande —trató de dar una solución.

—¿Podrías prestarmelo? —asintió.

—Obvio, no dejaré que te vallas con tu ropa mojada.

—Gracias Richie —me dió el short. —Me voy a poner allá—señalé atrás del árbol —para cambiarme.

—Oh... sí está bien.

Hice lo que dije y comencé a cambiarme.

—Oye nena, antes de que anochezca... ¿Quieres ir por un helado o... algo? —sonreí al escucharlo.

—Sí, me encantaría —contesté con una sonrisa atontada.

—Podremos ver el atardecer juntos... Sería lindo verlo contigo.

—Claro Richie, amaría verlo contigo —salí —No me veas que estoy muy mal vestida.

—No lo estás —opinó.

—No mientas, ambos sabemos que este short está muy grande para mi, si tan solo pudiera ajustarlo más a mi cintura estaría un poco mejor —tomé mis tenis y comencé a ponermelos.

—Creo que tienen unos botones para ajustarlo —dijo esperándome parado.

—¿Enserio? Ahorita me enseñas —me puse el último teni, tomé mis cosas y me paré.

—Creo que está por la cadera —dejó caer su mochila y vino hacia mi. —Voy a levantar un poco tu camisa, nena.

Se agachó a la altura de mi cintura.

Levanté mi camisa —No te preocupes —comenzó a buscar los botones, y justo los encontró en la cintura.

—Mira aquí están, pensé que estaban más abajo, tu me dices hasta donde ¿De acuerdo? —asentí.

Me ajustó el short a mi medida.

—Listo —bajó mi blusa —Se te vé muy....—con su mano hizo un "👌".

—Gracias.

No te creo nada gafotas.

—Salgamos de aquí —estiró su mano y la tomé.

Richie me iba guiando a la salida, pudimos salir de la cantera y nos dirigimos al centro del pueblo.

Íbamos tomados de la mano, los dos llevábamos una mochila en nuestros hombros, era un momento romántico.

Volteó a verme y después yo a él, sonreímos.

—Me haces tener un momento de felicidad —soltó.

No supe que responder al respecto y me quedé callada.

—Eres una niña muy bonita, tus ojos me gustan, y más ver ese brillo en ellos—sentí mi cara arder —esque eres tan simple y bonita... que me quedo pensando en ti todo el tiempo.

—Aww, que lindo eres, gracias... —coloqué una de mis manos en su mejilla.

Juntamos nuestros labios, formando un beso pequeño y tierno.

Nos separamos sin decir absolutamente nada y seguimos caminando.

El sol estaba por meterse, tal ves ya era un poco tarde para comer helado pero no me importó tanto.

—Cuando lleguemos a la nevería ya estará obscuro —dijo.

—Cierto —asentí.

—¿Aún quieres ir? —Negué.

—Nop, sin helado o con... realmente no me importa, tendremos otro día para comer muchos —me vió y sonrió.

¡Ay Dios! ¡Es que es muy atractivoo!.

—¿Entonces ya te llevo a tu casa? —negué.

—Hay que sentarnos un ratito —señalé una banca.

Ya saben, suelen poner bancas en el centro para que te puedas sentar un cuando quieras.

—Okay —dicho y hecho.

El silencio se apoderó del momento, pero pronto "rompí el hielo".

—Richie...

—¿Sí?.

—¿Puedo saber por qué llegaste tan tarde? —evité el contacto visual.

—No estaba con otras chicas —confesó.

No pensé eso Rich...

—No, ni tampoco te la estabas jalando —dije esperando a que me respondiera.

—Tuve... otra discusión con mi madre —soltó.

Pude ver como la facción de su cara cambió a una de enojado.

—¿De nuevo? —asintió, recargue mi cabeza en su hombro.

—Y no me dejó salir, así que me escapé, hasta ahora no sabe que no estoy en casa, creo —negué.

—¿Por qué no le obedeciste? —negué de nuevo.

—Quería verte, verlos también a ellos, son mis mejores amigos más que nada, y también lo hice por coraje —tomé su mano y la entrelacé con la mía.

—Deberías hablar con ella...

—No se puede hacer, nunca me escucha —lo volteé a ver.

—Claro que te escucha —solté mi mano de la suya y la llevé a su cabello.

—No hay pruebas para que confirmes eso...

Sentí su respiración pesada.

—Deberías hablar con ella.. es... lo que te recomiendo.

Sentí sus brazos rodearme, me abrazó.

—Lo haré, ¿Okey? —confesó...?.

—De acuerdo —sonreí.

—Por ahora... hay que pasar el tiempo juntos, no quiero que mi madre arruine esto...

Asentí.

Volví a sentir sus labios en los míos, solo me dejé llevar por el, una de sus manos se posó en mi muslo y la otra en mi mejilla, al parecer tenía muchas ganas de besarme...

—Que hermosa —dijo entre el beso.

—Que hermosa —dijo entre el beso

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Hola. !!

Espero y les valla gustando ♡

Si no te gusta la historia simplemente puedes salir y POR FAVOR evita los malos comentarios, ya que puede quitarme la inspiración a seguir escribiendo.

–ferfloo.

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