Troublemaker. © ( HanmaxKisaki | Omegaverse )

I Knew You Were Trouble

Ni siquiera pudo estar una hora en casa que la ansiedad empezó en Kisaki. Daba vueltas de un lado a otro, siendo observado por Izana de forma preocupante.

─ Kisaki, estás mal. Mira yo no quiero problemas contigo pero creo que deberías ir con Hanma. ─

Kisaki le detuvo, colocando índice en labios propios enseguida que la libre la pasaba por los cabellos.

─ Te juro que no lo entiendo, lo odio, no lo soporto, me tiene harto su presencia y sólo verle la cara me hace enojar ¿Por qué me siento así? ─ Habló en voz alta.

Podía sentir una opresión en el pecho, teniendo que colocar sus manos sobre el respaldo del sofá, intentando calmarse al respirar de forma tranquila y honda.

─ Te lo digo, no sé de esos temas porque yo no tengo ni la más mínima oportunidad de pasar por eso pero un estudio de la universidad decía que si un alfa marcaba a su pareja ya destinada esta última aunque no tuviera sentimientos por el otro también se sentiría mal. ─ Explicó Izana.

Era lo que le faltaba a Kisaki ¿Esa era la dichosa señal que había pedido? Realmente no esperaba algo como eso ¿Por qué su pareja de toda la vida tendría que ser un alfa mujeriego idiota? Estaba tan molesto.

Tomó asiento, sentía que el aire se le iba, buscaba por todos lados algo que le calmara pero no lo conseguía. Izana incluso ya se sentía igual de inquieto. El peliblanco se levantó de su lugar a buscar algún objeto que Hanma pudiese haber tocado aunque fuese un poco para que Kisaki pudiera tener su aroma, pero en casa no había nada.

Vista volvió a dirigir a Kisaki; realmente se veía terrible. Salió de la sala hacia la cocina, lugar donde marcó a Rindō con rapidez.

ㅤㅤㅤHey, Izana.

─ ¿Sabes dónde está Hanma ahora? Hay un problema enorme. ─

Del otro lado del teléfono se escuchaba mucho alboroto, enseguida que pasos siguieron hasta que una puerta se escuchó cerrar.

ㅤㅤㅤListo, mi familia hizo una especie de reunión con los Kawata. Ahora si ¿Qué hizo Hanma?

Un bufido se escuchó por parte de Izana; le parecía gracioso que incluso Rindō supiera que la culpa era de él.

─ No se lo digas a Kazutora ¿Escuchaste? Hanma marcó a Kisaki y ahora Kisaki está muy mal, debo llevarlo a la fuerza con Hanma o estoy seguro que tendré que conseguirme un nuevo compañero de departamento para mañana. ─

No hubo sonido del otro lado. Segundos después un suspiro se escuchó, enseguida de algunas maldiciones que Izana no podía distinguir.

ㅤㅤㅤㅤEse imbécil no sabe cuando quedarse quieto. Espera ahí, sé dónde vive Hanma, voy para allá y lo llevamos.

─ De acuerdo, te espero aquí. ─ Exclamó Izana, colgando el teléfono.

Volvió de nueva cuenta hacia la sala. Se seguía mirando mal. Izana se acercó a tocar su frente; era como si tuviera fiebre. De inmediato Izana fue por un trapo húmedo, mismo que colocó en la frente del chico con cuidado.

Rogaba por que Rindō no tardara, aunque era innevitable si antes le había dicho que tenía una reunión con los Kawata. Vaya que tardó, pasaron alrededor de dos horas más para cuando Rindō llegó.

Entró en el departamento; tenía una copia de llaves del lugar que Izana le había dado ya que por lo regular el Haitani cuando tenía clases libres solía ir a descansar ahí sin problema. Al entrar se encontró con Izana que sujetaba a Kisaki entre sus brazos, a punto del llanto puesto que Kisaki ni siquiera atendía a su llamado.

─ ¡R-Rápido Rindō, debemos llevarlo! ─ Grito el peliblanco.

El de hebras azules y rubias entró enseguida, cargando consigo el cuerpo de Kisaki hacia el automóvil mientras que detrás de ambos iba Izana.

Los tres subieron al automóvil, Izana yendo en el asiento trasero para sujetar a Kisaki mientras el blonde conducía como un loco por la calles en dirección a la casa de los Hanma.

Tardaron alrededor de cuarenta minutos más en llegar. Rindō sabía que si entraba por la puerta delantera y los veían la familia de Shuuji se meterían en problemas. Recordó una antigua entrada que solía usar cuando Hanma escapaba de casa para ir a fiestas.

Se colocó en esa entrada, de forma rápida Izana abrió la puerta para dejar que Rindō cargara de Kisaki, y este en tanto le daba instrucciones.

─ Escucha Izana. Iremos por enmedio de los arbustos, ahí adelante hay una puerta: es un sótano, el sótano tiene unas escaleras que dirigen directo al cuarto de Hanma, así que apresurate para ir por él. ─

Izana asintió a lo dicho echándose a correr para poder llegar primero. Tal y cómo se lo había explicado, ahí había una puerta y dentro un sótano. Se dirigió a las escaleras subiendo las mismas con rapidez hasta llegar a la puerta final.

Abrió esta de golpe: estaba dentro de lo que parecía un armario. Siguió avanzando hasta salir, buscando en la habitación a Hanma. Pudo escuchar sonidos en el cuarto de baño, corriendo allá y deteniendose en la entrada.

Ahí, con una toalla sobre la nuca y sentado en el suelo con la espalda sobre la pared estaba Shuuji. Al igual que Kisaki se veía horrible. Izana frunció el ceño molesto.

─ Ojalá seguir viéndote de esa forma por hacerle eso a Kisaki, pero si te sigo teniendo así también él moriría. ─ Exclamó.

Hanma apenas y podía sostenerle la mirada, estaba confundido con ello pero, pronto, pudo oler el aroma familiar. Como si fuera agua en el desierto Hanma se incorporó, desorientado, caminando hacia la entrada del armario. Ahí, con esfuerzo, estaba Rindō subiendo con Kisaki en brazos.