Ya que acudir con la policia no era opción al no tener un renombre de peso, Hanma fue a la casa de su abuelo y no con intenciones de pedir ayuda; fue para encararlo y reclamar el por qué había hecho eso.
Dejó el automóvil en la entrada y como si aún fuese su hogar entró sin aviso ni permiso. Con paso firme se dirigió a la oficina de su abuelo, interrumpiendo abruptamente encontrándose con el cenil en su escritorio, quien de inmediato mostró un rostro de sorpresa.
─ ¡Hanma!
─ Antes que digas cualquier cosa, viejo, no vine a disculparme, vine a que tú te disculparas. ─ Exclamó furioso, se notaba en su rostro y en los musculos de su cuello el hecho de que Hanma no había hablado más enserio en su vida.
El mayor aclaró la garganta, levantándose de su asiento con brazos cruzados y mirando a quien alguna vez cargó en brazos.
─ De haber sabido que tenías un amorío con el hijo de Tetta, quizá hubiera replanteado el compromiso con Kazutora.
Aquello no hizo más que enfurecer al alfa, señalandose con el pulgar.
─ ¡Yo no soy una maldita moneda de cambio, Kisaki no es una maldita moneda de cambio! ¡Y lo que hiciste diciéndole al padre de Kisaki dónde estaba no tiene ningún maldito perdón!
─ ¡No me hables así, Hanma!
─ ¡Voy a hablar como se me dé en gana que ya no tengo nada más que perder que sea tuyo!
En ese momento aquél adulto se sujetó de la orilla del escritorio azotando las palmas de las manos en el mismo. Hanma ni siquiera se inmutó al sonido, más que eso levantó el mentón en señal de desprecio y no quitó la mirada de su abuelo.
─ Sólo quiero lo mejor para ti, Hanma.
─ Y yo solo quiero que me dejes en paz. ─ Añadió el chico antes de dirigirse a la puerta, echando un vistazo al más grande y deteniéndose justo en el marco de la puerta. ─ Lo dije antes y lo vuelvo a repetir: ya no soy parte de esta familia, así que deja a mi pequeña familia en paz ¿No tanto querías que fuera independiente y que hiciera mi vida? Pues adivina, lo estoy haciendo, y sin necesitarte.
Dichas aquellas palabras salió de ahí. Aprovechó un momento para ir a su antíguo cuarto; le impresionaba que todo siguiera ahí, o eran masoquistas o tenían demasiado trabajo como para ordenar a alguien que tirara todo.
Con rapidez tomó una maleta y tomó algunas de sus cosas, entre ellas, un álbum de fotografías que tenías de él y su madre y sin nada más dejó la habitación saliendo de la casa.
Se fue directo a donde Kisaki, llegando al domicilio pudo ver que todo andaba en orden; los hombres de Rindō se localizaban en todos los lugares resguardando que nadie entrara, cosa que en definitiva le hacía sentir mejor.
Entrando en la casa pudo escuchar las risas tanto de Kisaki como de Izana y, al caminar a donde se originaban estas, encontró a Kisaki portando una de sus chaquetas. Si había cosa que amaba más que a nada era mirar a Kisaki usar su ropa. Kisaki usaba la ropa de Hanma en su ausencia, ya que el mismo bebé ocasionaba en el omega que sintiera una enorme ansiedad de no tenerlo cerca y ya teniendo su aroma en una prenda ayudaba a que se sintiera calmado.
─ Más les vale no estén hablando de mi. ─ Exclamó Hanma.
─ Ni quien quisiera hablar de ti, niño mimado. ─ Respondió Izana levantándole el dedo medio.
─ ¿Con esas manos tocas a Kakucho?
Izana en esos momentos sintió sus mejillas arder dando una palmada en cada mejilla para no dejar que la pena le inundara.
─ Eheh, atiné~. ─ Canturreó el alfa mientras se acercaba al omega a dejar un beso. ─ Tenemos que hablar.
Las palabras de Hanma sacaron de onda a Kisaki, provocando que levantara una ceja y ocasionando curiosidad en Izana. El alfa no tenía problema con que el beta escuchara también, de hecho, le servía para tener más testigos en caso de que algo malo pasara así que les contó lo que pasó en la oficina.
Kisaki se sintió abrumado en esos momentos. A pesar de que antes ya había hecho frente a su padre las marcas del abuso hacia él no se borraban; odiaba que con sólo palabras su progenitor tuviera tanto control emocional en él.
─ Vayamos mañana.
─ ¿Si irán? Kisaki...
─ Izana, tengo que ir, no quiero averiguar que es lo que hará, la orden de restricción ya no me salva porque ha caducado hace unos años y tuve suerte que por esos años no me encontrara; debo ir.
Izana sintió una enorme preocupación, pero por otro lado si Hanma iría con él suponía que estaría seguro.
─ Asegúrate de llamarme en cuanto acabes con tu indeseable reunión familiar ¿Ok?
─ Si, te llamaré.
Izana asintió. Unos cuantos minutos uno de los choferes de Kakucho fue por Izana para llevarlo a casa dejando a la pareja de nuevo a solas. Durante la noche Kisaki no pudo conciliar el sueño, se sentía inquieto, giraba en la cama en busca de conciliar el sueño pero nada. En medio de la madrugada se acercó a Hanma y lo abrazó, pegando su frente en la espalda ajena quedándose quieto.
Hanma al sentir aquello coló sus manos sobre las del chico, acariciando el par volteándose un poco para verlo.
─ No puedo dormir. ─ Susurró el moreno.
─ No podemos dormir. ─ Fue la respuesta de Hanma. No podía dormir plácidamente y dejar al omega despierto durante la noche y así solo.
Se volteó, acomodándose en su lugar de tal forma de que quedara sentado y con la espalda recargada en el respaldo de la cama, invitó al chico a acurrucarse entre sus piernas.
Kisaki accedió, se colocó entre Hanma haciendo que este cubriera a ambos con las cobijas y lo abrazara a la altura del vientre donde dejó sus manos descansar ahí.
─ Quiero una vida en paz Hanma. No quiero que me sigan persiguiendo, estoy cansado de escapar, es tan... ─ En esos momentos la voz de Kisaki se acalló. Hanma no dijo nada, dejó un beso en una de las orejas del chico y enseguida otro en su cabeza, recargando en este último lugar su mentón.
─ Estaremos bien, conseguiremos que te deje en paz. ─ Añadió el alfa, aferrándose mejor al moreno y dando suaves caricias de arriba a abajo.
Debía buscar una forma de tranquilizarlo, alguna cosa que lo dejara dormir. Una idea se le cruzó por la cabeza formulando así una pregunta.
─ ¿Te parece si decidimos en este tiempo como llamaremos al bebé?
El de lentes esperaba todo menos eso, pero le era importante por lo que asintió suavemente.
─ ¿Tienes ya alguno?
Kisaki volvió a asentir en respuesta y colocando sus manos sobre las del alfa añadió.
─ Kosei. Si es niño quiero que sea Kosei.
─ Bien ¿Y si es niña?.
─ Megumi.
Le parecían buenos nombres al chico, parecía que Kisaki ya los tenía planeados desde hacía ya un tiempo y él estaba de acuerdo. Lo único que hizo fue esconder su rostro en el cuello de Kisaki, asintiendo suavemente.
─ Kosei o Megumi, está bien.
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Troublemaker. © ( HanmaxKisaki | Omegaverse )
FanfictionHanma Shūji es el alfa más codiciado de la Universidad de Tokio. Es un mujeriego, hijo de una familia importante y que sólo le importa ir de fiesta y pasarla bien. Sin embargo, ha tenido una llamada de atención de sus familiares al tener materias re...