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Par de semanas habían pasado desde el drama de la boda. Ahora, mientras miraba la ventana, Kisaki daba un sorbo a su taza de café. Se encontraba en un pequeño departamento, algo que no llamaba para nada la atención, en un barrio de clase media que era lo que habían acordado Hanma y él.
El dinero no era problema por ahora, la madre de Hanma se encargaba de ambos a escondidas del abuelo del alfa, por lo que podían pagar por ese lugar y tenían lo suficiente para otros gastos, pero aquello no dejaba de inquietar a Kisaki; no iba a dejar que vivieran así el resto de su vida, ni siquiera le llamaba vida.
La picazón en sus brazos aún continuaba, por lo que por debajo de su suéter mantenía vendas enredadas alrededor de estos, como una "medida" para evitar rascar más. En esas dos semanas evitó a toda costa el mostrar de más con Hanma, comportándose un poco agresivo si el alfa intentaba tentar más allá dé, pero no le parecía extraño ya que Kisaki siempre había sido muy pesado con él.
Orbes del omega pasaron a ver el líquido café en su taza, sintiéndose de nueva cuenta triste, y aún más al no tener con quien hablarlo realmente ya que sentía que quizá sería juzgado de más, además que la culpa seguía consumiendolo en grandes cantidades, tan grandes que sentía que se ahogaba.
Sus pensamientos fueron interrumpidos por el sonido de la puerta, avistando a Shuuji entrar con un par de bolsas en ambas manos y con sus gafas de sol puestas.
"Qué ridículo" pensó el de lentes, pero no iba a hacer reclamos por aquella presentación que, según Hanma, era para distraer a las personas. Se acercó a mirar con curiosidad lo que había traído consigo, dando un vistazo dentro de las bolsas encontrando yakisoba, carne asada y varios encurtidos de verdura.
─ Logré encontrar el desayuno ya listo, ahora a comer. ─ Añadió el alfa.
Kisaki asintió, colocando platos para ambos y sirviendo el arroz que previamente se había encargado de hacer. Mientras tomaba un bocado de arroz miraba a Shuuji de reojo con atención; cada detalle empezaba a memorizarlo, cosa que antes no se lo habría imaginado.
Desde el como tomaba los palillos hasta el orden por el que comía las cosas. Usualmente Hanma prefería comer el arroz con algo de carne, y era lo último que comía porque era su cosa favorita. Apartaba las cosas verdes de las rojas de la ensalada y solía comerse primero las verdes.
Otra cosa que tenía en cuenta era el tipo de expresiones que hacía. Su expresión se denotaba llena de calma y paz cada que comía, y se notaba a simple vista que la comida era algo que disfrutaba mucho, siendo cuidadoso en no hacer tanto ruido pero si el suficiente para expresar lo satisfecho que se sentía.
Algo que comenzaba a admitir como un gusto culposo era la expresión física que adoptaba. Se mantenía siempre erguido, la comida la sujetaba entre los palillos con el máximo cuidado de no derramar nada, le gustaba la mueca disimulada que hacía al ver como el plato se vaciaba y más aún lo elegantes que se miraban los dedos de sus manos.
Empezar a notar esas cosas era difícil para él, difícil ya que nunca se había visto envuelto en un sentimiento por alguien, o preocupado por alguien que no fuera él, y en esos momento el seguir con su comida le era demasiado complicado.
Como pudo decidió a poner atención a su comida, bajando su vista a su plato y comiendo tranquilamente lo que tenía frente a él. Volviendo con los pequeños bocados pudo sentir de mamera penetrante los ojos del alfa encima suyo. Como una presa frente a su acechador, no iba a levantar la mirada, no iba a caer en el juego de Hanma tan fácil.
─ Llevas varios días viendo cómo como, ¿Qué tengo? ─
Se estremeció al ser descubierto y es que admitir algo tan vergonzoso como lo que pasaba por su mente en esos instantes no le permitía dar palabra alguna. Frunció el ceño en una respuesta de evasión, consiguiente a que su mirada apenas y se levantó un poco para toparse con los profundos ojos del mayor.
─ Nada, no es nada. ─ Habló volviendo a comer.
La picazón en sus brazos comenzaba a molestarse, de una forma medio disimulada y haciendo uso de la orilla de la mesa quiso rascarse un poco, pero sólo muy poco para que Shuuji no le viera. El mayor no era idiota, o quizá un poco pero no lo suficiente como para no notar eso. Llevaba algunos días mirando a Kisaki también, y es que le era demasiado extraño que cuando dormían juntos y querían pasar a algo más Kisaki siempre lo rechazaba y lo hacía a un lado sabiendo lo ansioso que estaba el otro y le prometía protegerse a el moreno pero este simplemente continuaba rechazandolo
Así también, otra cosa que le parecía extraña era ver a Kisaki estar con suéteres dentro del apartamento; por lo regular siempre lo había visto andar con prendas de manga corta, además de que aún no hacía el frío suficiente como para ameritar llevar prendas calientitas o de manga larga como en esos momentos vestía el de lentes.
Algo en lo que era bueno Hanma era en ser muy insistente. Habia estado conteniendose después de todas las tonterías que había hecho y como disculpa para Hanma, pero la intriga se lo comía vivo y ya no estaba dispuesto a seguir esperando y callando, por lo que preguntaría sin mayor relevancia en su voz.
─ ¿Ahora te gustan las playeras de manga larga? Te veo vestir con ellas desde hace un tiempo. ─
Sus palabras llamaron la atención de Tetta, quien por su expresión parecía que era un tema del que había estado evitando. Esperaba tranquilo una respuesta, muy tranquilo para ser él, a la par que lo hacía pensando en que tendría una buena explicación o historia del porqué usaba eso. La respuesta que esperaba no fue más que el apartar de la vista del chico, seguido un una mueca y de una contestación den voz baja.
─ Eso no te importa. ─
¿Que no le iba a importar? Por supuesto que le importaba, le importaba demasiado porque el hombre al que amaba tenía todo ese comportamiento extraño que él no podía justificar. Se levantó de su asiento caminando hacia Kisaki. Sin decir más tomó uno de los brazos del moreno quien enseguida puso resistencia.
Claramente de nada sirvió eso debido a la diferencia de fuerzas, ya que a los segundos la manga de ese brazo fue levantada y los vendajes fueron deshechos. Al tener la piel al descubierto Hanma no podía creer lo que estaba viendo: la piel de Kisaki tenía varias pequeñas y delgadas llagas, mismas que se ponían una encima de la otra, unas cuantas que ya cicatrizaban pero otras más que con un pequeño toque y algo de sangre se asomaba entre ellas.
Su atención no se detuvo en eso; tenía una especie de sarpullido extraño que se miraba como una acumulación de varios granitos que se veían arrancados y dejaban un desastre, cosa que en el tiempo que llevaba con Kisaki nunca había visto.
─ ¿Qué te pasó? ¿Desde cuándo es que tienes esto? ─ Preguntó severo Hanma.
El brazo que sujetaba fue arrebatado por Kisaki, mismo que abrazó contra su pecho dirigiéndole una mirada de odio al mayor.
─ No es de tu incumbencia, estoy bien. ─
Hanma no podía creer lo idiota que podía ser el moreno. Negó algunas veces con la cabeza y enseguida le jaló consigo; lo llevaría a revisar quisiera o no. En cuanto este le jaló pudo sentir la resistencia, volviendo a voltear para verle ahora con enfado.
─ ¡No te quedes ahí, iremos a que te den un chequeo! ─
─ ¡Sueltame maldita sea, estoy bien, no necesito nada! ─
¿Que no necesitaba nada? Aquella frase hizo enfurecer al alfa, mismo que encaró con mayor enfado al omega; ya estaba cansado de que minimizara las cosas.
─ Deja de decir que no necesitas nada, dime ¡¿Qué demonios es lo que necesitas?! ─
─ ¡Nada, no quiero nada!
─ Si lo quieres ¡Dime de una puta vez lo que quieres, que clase de hombre no accedería a lo que quiere el chico al que ama, dime! ─
Kisaki se calló unos segundos, frunciendo los labios al saberse un mal mentiroso para esa ocasión, al saberse su secreto y ser descubierto en una de sus mentiras. Con voz temblorosa, casi rota y casi rompiendo en llanto en voz alta mencionó su deseo que ni a Izana pudo decirle por miedo a que le llamaran loco.
─ ¡Quiero un bebé, quiero un bebé Hanma! ─
No pudo aguantar más, en esos momentos Kisaki se quebró y al sentir las piernas sin fuerzas resbaló lentamente al piso, quedando arrodillado en el lugar cubriéndose el rostro con ambos brazos; su actuación se había desmoronado.
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Troublemaker. © ( HanmaxKisaki | Omegaverse )
FanfictionHanma Shūji es el alfa más codiciado de la Universidad de Tokio. Es un mujeriego, hijo de una familia importante y que sólo le importa ir de fiesta y pasarla bien. Sin embargo, ha tenido una llamada de atención de sus familiares al tener materias re...