Lost in Japan

1K 175 43
                                    

La boda de Hanma se realizaría nada más y nada menos que en uno de los salones de fiesta de su familia. El lugar contaba con su propia capilla además de que era más como una casa vacacional, por lo que también tenía cuartos para el disfrute de quien quisiera.

Hanma se hallaba dentro de uno, repasando en su cabeza lo que le había costado hacer y esperando no arruinar aquello al menos. Se mantenía frente al espejo, con una mirada solemne, ajustándose a la par el moño que lucía y el pequeño detalle de flores amarillas que llevaba en el saco.

Escuchó el sonar de la puerta y justo después el sonido que hacía la manija cuando era movida. De ahí entró Ran, quién fue a él junto con su madre a los únicos que dió el permiso de entrar y salir cuando quisieran.

─ Quién lo diría, si puedes lucir como alguien que ha sido un santo. ─ Habló el beta.

─ Si sólo viniste a burlarte de mi aspecto, mejor lárgate. ─

Risilla escapó de labios del de cabello largo, colocándose a un lado y tomando su teléfono celular de dentro de su saco. Desbloqueó el mismo para así enseñar al.alfa un mensaje de su hermano: era una fotografía, donde se apreciaba a Rindō haciendo una señal de paz y de espaldas se podía ver el edificio del departamento donde habitaba.

─ ¿Hace cuanto envió eso? ─

─ Hace unos veinte minutos. Me parece realmente increíble que me hayas obligado a usar el mejor traje que tengo para lo que vas a hacer. ─

─ Tenía que ser convincente, igual creo que el gastar el dinero de este traje es patético. ─ Espetó al final el chico, dando media vuelta y mirando el reloj de su muñeca; tan sólo quedaban quince minutos para que empezara la ceremonia, así que más le valía ir caminando a la pequeña capilla del lugar.

Hanma hizo un ademán con la cabeza a Ran para que lo siguiera, y el beta sin ninguna negación más accedió a ello.

─ ¿Llevas todo? ¿Estás listo? ─ Le preguntó el Haitani.

─ Nunca estuve más listo, dime que también tienes tu lado listo. ─ Exclamó Hanma recibiendo como única respuesta el asentamiento del chico.

Salieron del lugar, teniendo a primera vista toda la preparación: los invitados estando por todas partes, ahí en primeras se veían a las familias importantes como era la de Hanma y la de Kazutora con ellos, la de los Haitani quienes estaban con la de los Kawata así como a los amigos de Hanma y Kazutora.

Hanma no podía no ocultar una sonrisa, pero no por el hecho del matrimonio, sino al imaginar el tipo de reacciones que tendrían todos; el mayor espectáculo que iba a montar en toda su vida sería precisamente ese.

Entró a la capilla donde se encontraban sus padres y los de Kazutora terminando con los detalles, y así también a su abuelo en primera fila quien conversaba con sujetos de negocios que claramente conocía. Se colocó a un costado del altar, seguido de Ran que le hacía compañía y que también mantenía una sonrisa en complicidad.

La capilla de inmediato comenzó a ser llenada por todos los invitados, ya casi era la hora, sólo faltaban algunos minutos más para empezar. Shuuji se mantenía firme, con ambas manos al frente de sí y mirando a la entrada. En esos instantes el tiempo le parecía de lo más eterno, y escuchó solamente en sonido del vibrar del celular de Ran, mismo que aprovechó para saber de quien se trataba.

Sólo unos segundo le bastaron, el alfa se volteó a mirarle con un rostro en búsqueda de la respuesta a quién era. ─ Ya llegó ─ Dijo Ran.

En esos momentos la música de la orquesta se hizo presente, anunciando con ella que el novio estaba próximo a la entrada. Aquello desvío su atención ya que no sólo anunciaba la llegada del novio, sino la puesta en marcha de su plan.

Las personas comenzaron a acomodarse en las bancas, de pie mirando hacia la entrada en espera de que Kazutora hiciera su aparición. Hanma se acomodó el traje, elevando un poco la mirada con orgullo y Ran dando un par de pasos hacia atrás.

No fue tardío el tiempo: del brazo de su padre se acercaba el chico de hebras rubias, vistiendo un traje blanco que deslumbraba debido a los detalles de satín con brillantina que tenía. De su saco, una especie de cola salía simulando el largo de un velo y de su cabeza había una especie de corona con incrustaciones de diamante. Cualquiera que pudiera verlo se podría convencer de que era el novio perfecto, el omega más hermoso antes visto, pero para Hanma sólo era un omega bien arreglado ya.

Hanma extendió su mano a Kazutora, en búsqueda de que este también la tomara, cosa que claramente sucedió. Su padre se hizo a un lado, haciendo que Kazutora subiera el par de peldaños que faltaban para estar a la altura. Ahí, ambos miraron hacia el altar, dando inicio a la ceremonia más esperada.

Rindō, afuera y entre escondido, esperaba al volante en espera de la gran señal. Se hallaba a una cuadra de distancia, si lo veían cerca seguro que arruinaría todo, y era por eso mismo que necesitaba mantener su distancia. Un suspiro largo dió: seguro sus padres lo matarían al no haberse presentado como el futuro heredero, pero aún más cuando todo el caos se hiciera presente, porque ahí se darían cuenta que él también tuvo algo que ver.

Esperaba la respuesta de su hermano o de Souya, pero ninguno de los dos contestaba; suponía que la boda había empezado, así que era momento en que se debía poner más atento. En el asiento de copiloto se mantenía Kakucho, quien se mantenía espectador y en los asientos de atrás estaba Izana con Kisaki, este último con la cabeza recostada en el regazo del peliblanco, profundamente dormido.

La ceremonia en la iglesia marchaba viento en popa, empezando con el intercambio de anillos. El encargado de cargar con ellos era Mitsuya, hombre encargado por Kazutora y quien los portaba en un pequeño cojín.

Hanma sujetó la mano de Kazutora, exclamando sus votos introdujo el pequeño objeto en el delgado y delicado dedo del alfa. Kazutora arremedó la acción ajena, y al terminar se sujetaron de las manos escuchando las palabras del padre.

─ Kazutora Hanemiya, ¿Aceptas a Shuuji Hanma en la salud y en la enfermedad, hasta que la muerte kos separe? ─

─ Acepto. ─ Pronunció firmemente.

El padre dirigió su vista a Hanma, mismo que apenas dió un reojo a Ran; ahí estaba la señal. Ran de inmediato miró rápidamente a un hombre que estaba al fondo, era uno de sus tantos sirvientes. El beta levantó un poco el mentón y eso fue suficiente para que aquél trabajador entendiera todo, poniéndose en marcha al salir sigilosamente del lugar.

─ Shuuji Hanma, ¿Aceptas a Kazutora Hanemiya en la salud y en la enfermedad, hasta que la muerte los separe? ─

En esos instantes, Hanma fijó bien su vista el Kazutora. Soltó las manos ajenas pasando a tomar las mejillas del omega, acariciando el par con los pulgares. Aquello enterneció al mundo, por lo que con una sonrisa de oreja a oreja y con voz fuerte y clara Hanma pronunció las palabras que había esperado decir desde hace tiempo.

No. No me casaré con Kazutora. ─

Aquello desconcertó a todos. La cara de Kazutora pasó de feliz a molestía, confusión, pánico, toda una serie de emociones que ni Hanma ni nadie podrían descifrar.

Hanma sin más se giró a su abuelo, levantando los dedos de su mano derecha se quitó el anillo familiar, anillo que era dado a los siguientes cabeza de la familia y mismo que dejó sobre el piso.

─ A partir de ahora, sólo soy Hanma. ─ Añadió, así como en ese instante se quitó el anillo que antes le habían puesto echándose a correr.

Una vez en la entrada se detuvo de golpe a mirar a todos, y sobre todo a los guardias de su abuelo que se veían listos en su persecución, cosa que había previsto ya. Con anillo en mano lanzó este lejos de si.

─ ¡La persona a la que siempre he amado y amaré no es Kazutora, su nombre es Kisaki Tetta! ─

Enseguida de ello se echó a correr. Ran miró el espectáculo con una sonrisa divertida. Él no podría correr porque alguien debía limpiar el desorden, y nadie era mejor candidato a ello que él.

Tal y como lo planearon, los hombres de Ran ya mantenían las puertas enrejadas del recinto abiertas, y justo afuera ya estaba Rindō con el auto listo. Un hombre mantenía la puerta abierta del vehículo abierta, por lo que Hanma simplemente entró, cerró esta y todos salieron de prisa del lugar.

Troublemaker. © ( HanmaxKisaki | Omegaverse )Donde viven las historias. Descúbrelo ahora