Capítulo 9

460 59 8
                                    

En la habitación de Takemichi reinaba el silencio, ninguno sabía qué decir. Cada uno estaba metido en su pensamientos hasta que la puerta de la habitación fue abierta por unas enfermeras que llevaban consigo una camilla. El cuarteto se encontraba confundido ante la intrusión hasta que un pelinegro de salvaje melena se fijó en el nuevo paciente.

-Kazutora!- El rostro de Baji se deformó en preocupación y confusión, según Shinichiro el se había ido a casa.- ¿Qué ha pasado?

-El joven Hanemiya ha recibido una brutal paliza en el parking del hospital. Ya ha sido revisado y curado, ahora necesita descansar.- informó una de las enfermeras mientras colocaba todo en su sitio.- El médico pasará para revisarlos a ambos.- dicho eso se marchó de la habitación.

Baji se acercó a su amigo inconsciente en la cama, tenía el rostro lleno de moratones, un ojo inflamado y varias vendas alrededor de su cuerpo. Solo con verlo sabía lo que había pasado y no era el único, para el comandante y comandante de la Toman era evidente quien había sido, pues conocían la situación familiar del oji ámbar.

-¿Quién haría algo así en un hospital?- Takemichi se sentía bastante furioso y triste por su nuevo amigo, no entendía cómo pudieron hacer algo así en un hospital.

-No lo se.- Mikey observaba fijamente al ojiazul.- puede que haya sido mala suerte.- sabía perfectamente que era mentira, pero dentro de Toman muchos viven en una situación familiar complicada, era algo normal.

-Nadie golpea de esta manera porque si, tiene que haber una razón.- razonó Takemichi con el ceño fruncido por la evidente falta de interés por parte del más bajo.

-Insinuas que es culpa de Kazutora.- la voz de Baji se escuchó baja y peligrosa.

-No me refiero a eso pero igual pasa algo más grande que una paliza. Igual Tora-kun está en problemas.- El corazón de Takemichi se encogió al recordar sus primeros días en el orfanato.-Como sus amigos nuestro deber es ayudarlo.- La convicción en la voz del azabache estremeció a los presentes.

-Porque lo quieres ayudar si lo acabas de conocer, no es lógico.- Draken no entendía al menor enfrente suyo, porque ayudar a quien no conoces, no tiene sentido.

-Porque él no dudó ni un minuto en ayudarme cuando yo se lo pedí y él tampoco me conocía.- su respuesta fue seria y contundente.- Sin él ahora estaría muerto, eso es algo que se muy bien, le debo mi vida.

Nadie más se atrevió a decir nada más pues tenía razón.

-¿Sabéis quién podría haberle hecho eso o si tenía problemas con alguien?

-Nosotros no sabemos nada, ¿verdad Kenchin?- con su habitual comportamiento infantil hablo Mikey, no quería que el menor indagara más.

Draken miro a Mikey intentando entender qué pensaba el más bajo.-Si, nosotros no sabemos nada.

-Y una mierda, vosotros lo sabéis tan bien como yo.- Baji intento aguantar pero no podía más, demasiadas emociones en pocas horas.- Todos nosotros sabemos quién le ha hecho esto a Tora, incluso sabemos cuanta mierda hay en su casa.- la furia en sus palabra era palpable.

-Baji, cállate.- La voz de Mikey fue seria y tranquila.

-No. No me voy a callar, mira donde estamos.- la furia paso a desesperación.- Casi matamos a alguien, casi acabamos presos y todo porque somos incapaces de pedir ayuda. Que nos cuesta pedir ayuda, somos niños joder.- a este punto Baji era un mar de lágrimas ahogándose en desesperación.- Por tanto tiempo hemos ignorado el dolor y sufrimiento de los demás, pensando que con estar juntos bastaba.- se giró a ver a sus dos amigos.-No basta Mikey, no basta Draken. Llega un punto donde explotamos y cosas como estas pasan.

Amor entre costurasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora