Capítulo 17

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La semana transcurrió con relativa calma, desde su discusión con Mikey no se había vuelto a encontrar con ninguno de la Toman, a pesar de que buscó encontrarse con cierto oji lila no tuvo éxito. No sabía nada más que su nombre y que pertenecía a La Toman y con los miembros evitándolo por Mikey no había manera de localizarlo.

Por otro lado, su casa se volvió más silenciosa y misteriosa. Desde que Kazutora no paraba de saltarse clases por culpa de Hanma, su hermano mayor junto con Noa habían intervenido, pero la cosa no mejoraba, ahora los cuatro se encierran durante horas en el despacho o desaparecen en las tardes. Por mucho que Takemichi y Kakucho pregunten, ninguno dice nada y evitan el tema dejando más confundidos a los menores.

Izana por otro lado desconfía completamente de Hanma y le molesta más que haya sido capaz de llegar hasta su hermano mayor y a Tora.

Entre preguntas, dudas y frustraciones llegó el fin de semana y con ella su presentación oficial a los miembros de los Black Dragons. Tanto Takemichi como Chifuyu saben que no va a ser fácil la situación a la que se enfrentan pero van a demostrar que con coraje y confianza todo se puede superar.

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En otro país a medianoche, en un despacho se volvían a reunir una mujer y un hombre, ambos se encontraban impacientes esperando por una tercera persona. Esa noche después de casi dos semanas iban a poder descubrir si su plan había resultado o no.

La mujer se impacientaba a cada minuto que pasaba, era consciente de que si el plan fallaba habrían desperdiciado su mejor oportunidad para quitar de en medio a los hermanos Hanagaki. A partir de ahora Kenta no bajaría la guardia y obviamente la seguridad a su alrededor se haría más estricta, sin un hueco para realizar ningún otro movimiento a corto plazo. Estaba harta de esperar, era momento de llevar la vida que ella se merecía, no había llegado hasta donde estaba solo para mirar como unos mocosos con suerte se quedaban con todo lo que ella merecía.

La puerta se abrió dejando ver al tercer integrante ingresar en aquel despacho.

-Habla de una vez muchacho, el plan resultó o no?- el hombre fue quien habló primero que a pesar de su semblante tranquilo no podía esperar para escuchar los resultados. La mujer en cambio se mantuvo en silencio exigiendo con la mirada los resultados.

-Lo siento señor, señora pero el plan falló.- Nada más acabar de hablar sintió cómo algo se rompía contra su cabeza provocando que cayera.

-Todos vosotros sois una panda de inútiles.- la poca calma que portaba aquella mujer desapareció.- Acabamos de perder la mejor oportunidad de deshacernos de esos insectos. Era un plan sencillo, atacarlos cuando no lo esperaban. ¿Qué cojones falló?

-El más joven de su sobrino huyó y consiguió ayuda y de alguna manera el mayor sobrevivió al ataque. No tengo más detalle.- A pesar del sangrado en la cabeza mantuvo la calma y la compostura, su vida dependía de las personas frente a él.

-Contacta con quienes hicieron el trabajo, sabían lo que ocurriría si fallaban.- el hombre apretó con fuerza su bastón, jamás pensó que dos mocosos le darían tanta guerra.

-Hay un problema señor.- con todo el cuerpo tembloroso reunió fuerzas para continuar.- Los hombres que se hicieron cargo han sido arrestados y condenados. Pasado mañana serán trasladados a una prisión federal.

Un silencio sepulcral inundó el despacho apenas iluminado por dos lámparas de escritorio. La penumbra del lugar le impidió ver a nuestro joven mensajero el arma en la mano de aquel hombre. El sonido de un disparo retumbó en la noche, la paciencia no era la mejor virtud de aquellos que anhelan dinero y poder.

Amor entre costurasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora