Capítulo 8

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Unos golpes en la puerta hicieron que ambos amigos se separarán y mirarán incrédulos hacia esta. Mikey está de pie junto a Draken mirándolos fijamente, se pudieron de pie inclinando la espalda 90 grados.

-Lo sentimos mucho.- ambos hablaron a la vez, no estaban seguros de lo que el par sabía respecto a lo sucedido esa noche, pero deben disculparse, estuvieron a punto de robar en la tienda del hermano de amigo y apunto de dañar a este.

Mikey solo los miro sin expresión alguna, no acababa de procesar las palabras de Kazutora pero lo que más le sorprendió fue la lealtad de Baji, sabía que este estaba dispuesto a todo por su amigo y eso le provocaba sentimientos contrarios.

-¿Quién eres tú?- con una voz carente de emoción preguntó. De manera indirecta el ojiazul había salvado a su hermano.

-Hanagaki Takemichi, un gusto.- Intentó inclinarse, pero el dolor punzante del hombro se lo impidió.

-Takemichy?- Draken no podía creer que era el mismo chico que conocieron perdido por el distrito de Shibuya.

-Draken-kun? Mikey-kun?- la confusión estaba escrita en la cara de Takemichi.

-¡Takemichy!- volviendo a su actitud caprichosa Mikey se lanzó a abrazar al azabache herido.

Un gemido de dolor escapó de los labios de Take al sentir el peso contrario justo en la herida. De manera inconsciente empujó al causante del dolor, apartándolo.

-No seas idiota Mikey, si esta en un hospital es porque esta herido. No puedes lanzarte así, solo le harás daño.- levantó a su amigo y lo puso a su lado.

-Perdón Michy.- con un mohín se disculpó por su estupidez.

-No pasa nada. Yo siento haberte empujado, fue grosero de mi parte.

-¿Se conocen?- Kazutora estaba bastante confundido.

-Nos conocimos hace un par de meses pero no volvimos a vernos. ¿Vosotros los conocéis Tora-kun?

-Claro que sí, somos parte de la misma pandilla.- Baji estaba muy orgulloso de formar una pandilla con sus amigos y eso se notaba en sus palabras.

-Escuchamos que intentaron matarte y este par de aquí te salvo.- el ambiente se tenso ante lo dicho por Draken.

-En realidad quien me salvó fue Tora-kun, sin él no sé qué hubiera pasado.- Un suspiro escapó de sus labios, aun se sentía inútil por no haber podido ayudar a su hermano.

La habitación quedó en silencio, cada uno se centró en sus pensamientos hasta que unos golpes en la puerta llamaron la atención de todos los presentes. La puerta se abrió dejando entrar a Shinichiro junto con Noa.

-Noa, me alegro de.- Takemichi fue interrumpido por el mayor que lo abrazó.- Estoy bien.-Trato de tranquilizar al mayor con una sonrisa.

-No sabes lo preocupados que estábamos, cuando despertamos y no te vimos nos asustamos mucho, sobre todo cierto albino.- dijo refiriéndose a Izana.- Esta que no soporta ni a su sombra.

-¿Dónde están ahora?- Intentó reprimir una risita, sabia como era Izana cuando algo les pasaba.

-Ahora mismo están en casa, ya nos tomaron declaración y nos hicieron un chequeo médico. Solo faltaban tu y Kenta.- Se separó un poco del ojiazul para cerciorarse que estuviera bien.- Kenta salió hace 10 minutos del quirófano, el médico ha dicho que se recuperara.

Por fin pudo respirar tranquilo, ninguno de sus hermanos estaba en peligro, quería llorar pero se aguantó, él era un chico fuerte. Los demás estaban hablando con Shinichiro, sabía que esto dañaría a su hermano pero necesitaba contárselo, eran sus amigos al fin y al cabo.

-Chicos necesito que contactéis con alguien de vuestra familia. La policía os tiene que interrogar, sobre todo a ti Kazutora.- el mencionado se aferró a Baji asustado.- Tranquilo, no pasara nada malo. Por obvias razones no mencionaremos por que entrasteis tan tarde a mi tienda, diremos que estabais conmigo en todo momento. Cuando escuchamos un ruido Kazutora fue el primero en salir y luego nosotros.- ambos asintieron a lo dicho por el mayor.

Primero salieron Shinichiro junto a Baji para que este llame a su madre y el mayor le explique la situación y asustarla. En frente de la puerta de la habitación quedaron solo Mikey, Draken y Kazutora, el trío no sabía qué decir ni como afrontar el problema que tenían.

-Kazutora, alguna vez yo te he pedido algo extraordinario.-no le miraba mientras hablaba.

-No.- Kazutora solo bajó la cabeza.

-Entonces porque pensaste en robar?

-Yo solo quería agradecerte por todo lo que has hecho, solo quería hacerte feliz.- Lágrimas amargas adornaban el rostro del oji ámbar.

-Eres consciente que esto pudo salir muy mal, tu, Baji o mi hermano pudieron salir lastimados.- A este punto Mikey ya estaba gritando olvidándose que estaba en un hospital.- Esto no puede quedar así. Como amigo te perdono y me alegro que estés bien.- más calmado dijo, abrazando por los hombros a Kazutora. Luego se separó y se puso serio.- Pero como comandante de la Tokyo Manji esto tendrá consecuencias.

Kazutora sabía que las cosas no serían fáciles, pero estaba dispuesto a aceptar cualquier castigo. Mikey le sonrió cuando lo vio asentir con determinación, a pesar de ser imprudente era uno de sus amigos cercanos y lo quería mucho. A los pocos minutos Baji volvió, ahora era el turno de Kazutora. Muy nervioso se acercó a Shinichiro.

-Bien, dime el numero de tu casa.

Cuando estaba por decirlo sintió como tiraban de su brazo. Tanto Kazutora como Shinichiro se asustaron.

-Disculpe las molestias, la policía me llamó porque hubo un problema con mi hijo. Le pido disculpas por cualquier problema ocasionado.

El hombre de unos cuarenta años con el pelo oscuro y los ojos marrones se inclinó enfrente del moreno.

-No hay problema pero ha habido.- no puedo continuar porque el hombre se llevó arrastras a Kazutora.- Bueno, un problema menos.- A paso lento volvió con su abuelo y Emma.

Por otro lado, Kazutora y su padre se encontraban en el estacionamiento del hospital, solo se podían escuchar gritos y golpes.

-Te dije que no causaras mas problemas.- un puñetazo le partió el labio al oji ámbar.- Y mucho menos con la policía. Se nota que la inútil de tu madre no sabe educarte. A partir de ahora yo me encargaré de eso.

Cada palabra del mayor iba acompañada de golpes hacia el cuerpo de Kazutora, no podía defenderse, se sentía impotente y muy asustado. Su vida familiar era un infierno con un padre borracho y abusivo y con una madre sumisa y evasiva. Lo único que lo consolaba eran sus amigos, sobre todo Baji y su nuevo ángel; Takemichi. Estaba apunto de perder la conciencia cuando escucho un grito.

-¿Se puede saber qué hace?- Un joven de cabello azul y ojos verdes se acercó.- No puede tratar así a nadie.

-Usted no se meta, este asunto es entre mi hijo y yo.- Escupió enfadado por la interrupción.

-Usted es una bestia, como puede tratar así a su propio hijo. Voy a llamar a la policía.

El peli azul sacó su móvil dispuesto a llamar cuando sintió como le arrebataba el móvil. El hombre se asustó, no podía permitirse perder a su familia, sólo él podía hacerse cargo de ella. Con un puñetazo directo a la cara pensaba asustar a aquel joven, pero este le realizó una llave paralizante y lo dejó inconsciente. Noa sabía todo tipo de artes marciales, pero no quería alargar esto demasiado por lo que optó por acabar rápido. Una vez acabó con el mayor se dirigió al adolescente en el suelo.

-Oye estás bien?- fijándose mejor se dio cuenta que era uno de los chicos en la habitación de su Take-chan.- Eres uno de los amigos de Take-chan?

-Si.- es lo único que pudo pronunciar Kazutora antes de perder el sentido.

Amor entre costurasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora