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Si le hubieran contado meses atrás que Yeonjun era un hermoso Omega no lo hubiera creído de ninguna manera.
No porque el pequeño Omega no tenía nada en particular, si bien su sonrisa y ojos eran encantadores, su apariencia no era la mejor.
Su vestimenta un poco antigua y de tonalidades marrones solo le daban el toque y apariencia de ser un viejo anciano atrapado en el cuerpo de un joven Omega.
Pero con el paso del tiempo y los encuentros casuales que llegaron hasta el final, soobin pudo aprecias que el omega no era lo que parentaba.
No era un chico simple, no era un beta y sobre todo no era para nada simplemente.
Yeonjun poseía un hermoso cuerpo con curvas bien definidas, su rostro parecía haber sido tallado por el mejor escultor y su voz que parecía estar todo el tiempo entonada en tonalidades bajas le daban un toque aún más encantador.
Pero como había llegado a la conclusión de que aquel pequeño ser era una persona magnífica y la única que en verdad valía la pena
Fue de la manera más simple
Fue cuando su único amigo había traído a su pareja para ser presentado ante el, pero no solo la pareja de su amigo había llegado, también un tímido chico que parecía ser un simple beta si no fuera por su encantadora fragancia natural que emanaba de su cuerpo.
Soobin había quedado flechado por aquel pequeño hombre, ¿Y Yeonjun?
Bueno él al igual que soobin había quedado flechado y totalmente impregnado por el gran hombre que estaba frente a él, el único que podría provocar suspiros enamorados en su persona y no hablar de los distintos sueños para nada tiernos que había tenido.
Porque sí, Yeonjun era tímido pero si imaginación era tan grande y demasiado pervertida para crear mas de un escenario donde el alfa terminaba por corromper su cuerpo en los distintos lugares de su apartamento.
Como olvidar la experiencia del cuarto de baño donde el agua que permanecía en la bañera se había desbordado por el constante movimiento, si bien dolió un poco al no estar bien lubricado gracias al agua, también lo había disfrutado demasiado pues las manos de soobin habían tocado de manera presiosa cada parte de su cuerpo y una bonita marca temporal había aparecido en la parte trasera de su cuello.
Aquella marca era sumamente especial pues normalmente los betas comparten anillos de promesa, pero los alfas y omegas comparten una marca temporal como signo de promesa y muestra de amor.
Y aunque para la sociedad le parezca tan curioso y gracioso la forma en la cual se mira la pareja junta, a Yeonjun no le importa nada, no cuando su alfa es el mejor.
Porque en un gran cuerpo solo puede haber un gran corazón y mucho amor para dar.