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El alfa se estaba debatiendo mentalmente si entrar o no, por un lado tenía todo el derecho de ingresar a la había ya que era suya, pero por otro lado quería darle su espacio a Yeonjun y respetar su privacidad.
Estaba tan pensativo sobre que hacer al respecto, que no se dió cuenta cuando Yeonjun volvió en su y se dió cuenta del gran error que había cometido, se había dejado guíar por su lobo y había hecho cosas imperdonables sobre la cama de su compañero de casa.
Yeonjun se sentía tan apenado que acomodo nuevamente todo como estaba o eso intento y salió corriendo del lugar aún sin sus pantalones o ropa interior.
Pero lo que no esperaba ver era a un Soobin con una cara de fastidio mirándolo fijamente.
¿Lo estaba mirando? En realidad no, simplemente sus ideas lo estaban atormentando, no era que estuviera viendo de mala gana al Omega el cual ahora estaba al borde del llanto.
Yeonjun estaba sumamente sensible y ver la reacción del alfa fue un total rechazo para él.
Un gemido lastimero salió se los pomposos labios de Yeonjun y atrajo toda la atención del alfa, ¿Porque lloraba?
No tenía la más mínima idea, pero si algo era la debilidad de Soobin eran los omegas y aún más, los omegas que lloran.
No supieron en qué momento terminaron sobre la cama del más alto, solo estaban concientes de que aquel momento sería el inicio de muchos otros.
No hubo sexo pero si mucha intimidad, una intimidad tan grande donde el alfa se dedicó completamente a mimar y adorar al Omega que aún parecía derramar lágrimas.
Yeonjun si estaba llorando, pero no por razones malas ahora, si no, porque por primera vez en toda su joven vida se sentía querido.
Ya no era más Yeonjun el feo y olvidado.
Ahora era Yeonjun el Omega de Soobin.
Porque ya son una pareja, ¿Verdad?.