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ʕ´•ᴥ•'ʔ
Había sido un día demasiado agotador para el Omega, no solo por su terrible encuentro con la alfa rubia y mucho menos por ser señalado por tener ayuda de un alfa tan importante como lo era Park jimin.
Había sido nuevamente molestado por todas y cada una de las alfas que rodeaban a la rubia, lisa, Jennie y nayeon lo habían estado acosando durante todo el día.
Lo habían seguido hasta el baño haciendo esto tan incómodo pues se burlaron de su diminuto pene.
Yeonjun se sentía tan pequeño y acomplejado y su ropa llena de diversos líquidos no ayudaba en nada, Taehyun lo había estado defendiendo durante todo el día pero habia tenido el mismo destino, también su ropa fue ensuciada con líquidos de dudosa procedencia, pero a diferencia de él, Taehyun era un Omega de muy poca paciencia, les había arrojado a las alfas su batido de fresas justamente a la hora de la salida, no era tonto, no lo haría en horario escolar ya que corría el riesgo de que las alfas se desquiten.
Las tomo por sorpresa justamente cuando las cuatro féminas estaban abordando el increíble convertible de la rubia, y con todas las fuerzas que un Omega podía poseer había lanzado el recipiente transparente de plástico sombre el lujoso convertible ensuciando sus preciosas cabelleras artificiales.
Taehyun tenía todo el coraje que Yeonjun necesitaba.
Necesitaba tanto amor propio y que le recuerden el ser hermoso que es, tanto en el exterior como en el interior, porque si, Yeonjun es una de las personas más hermosas del mundo.
Su mochila fue dejada sobre su escritorio, todas y cada una de sus prendas fue depositada en el cesto de la ropa sucia, tenía que tomar una ducha e intentar quitar el batido sobre su negro cabello.
Las gotas de la lluvia artificial caían sin tenido alguno cubriendo su delgado cuerpo el cual había sido maltratado, no solo lo habían agredido textualmente y con los líquidos, también lo habían lastimado en las tantas veces que sus manos lo sujetaron por los brazos y hombros y ni hablar de todas aquellas veces dónde lo había empujado contra la puerta del salón de clases.
Era tan patético que aún estubieran haciendo eso cuando se supone que ya eran unos adultos, ya no están en sus años de niñez dónde podrían tomarlo como una simple travesura, ahora eran adultos que estaban agrediendo, que estaban realizando violencia y estaban generando una marca tan grande y dolorosa sobre un simple inocente, uno que solo había tenido la cumpla de rechazar la propuesta amorosa de una alfa vengativa.
Sus lágrimas se detuvieron en el mismo momento que el agua de la regadera dejo de fluir, ya no tenía que llorar, ya no quería llorar, le dolía tanto, pero le dolía más el no tener a nadie que lo sujete y le diga que todo está bien.
Con pasos ligeros y perezosos había llegado hasta su habitación donde tomo su ropa limpia y se cambió dejando atrás la batalla de baño que lo había cubierto por un instante.
El reloj en la pared marcaba las 8:30pm era relativamente temprano pero lo único que el Omega quería era cerrar sus ojos y dejar todo atrás, olvidar su día de mierda e intentarlo nuevamente al día siguiente.
Pero lo que lo esperaba es que Soobin había llegado desde hace un par de horas, incluso antes que el, había escuchado en silencio el dolor del pelinegro y se había mantenido alejado dándole un poco de espacio.
Pero no podía seguir ignorando el dolor de su Omega así que en la primera oportunidad que tubo lo sujeto con fuerza en un abrazo que lo reconfortará.
— ¿Qué te paso?
— Nada
— En realidad no pasó nada o simplemente no quieres decirle
Acunó las mejillas de Yeonjun entre sus largas manos intentando disipar las lágrimas que habían comenzado a salir nuevamente.
Y por primera ves en mucho tiempo Yeonjun sería honesto con el y con alguien más.
Le había contado a Soobin y por la expresión que el alfa había puesto no era para nada bueno
Habían lastimado a su Omega y esas alfas lo pagarían.
