Demasiado consentido y caprichoso

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Yoongi veía el estado de cuenta de su hija Sana de dieciocho años y su hijo, Junhyuk de dieciséis, le parecía mentira que hasta hace poco eran unos pequeñuelos, por suerte su hijo mayor era más sensato y estaba trabajando a su lado en la empresa. Tenía ya veintidós años de casado con su esposo Hoseok, un hombre hermoso y tan delicioso, cuarenta y dos años que le habían hecho más hermoso justo como el vino. Buscarle un adjetivo para todo lo que era su esposo era imposible, inteligente con una empresa espectacular y una fama mundial. Habían tenido muchos altibajos en su relación, pero algo que no cambiaba era lo consentido que era por su padre.

Si, Seo Joon a sus sesenta y dos  años estaba tan fuerte como a los cuarenta y solo bastaba que Hoseok medio sollozar para que su padre moviese el mundo por él. A pesar de tener cuatro hijos más, Hyungsik, Yeonjun y Tae-hyun, los mellizos y Jisoo la menor de quince años, no dejaba de consentir a su hijo mayor. Taehyung peleaba con él para que no consintiera a los tres chicos los cuales eran miembros activos de la mafia.

Beomgyu entró a la oficina de su padre y le sonrió, este lo vio cansado y melancólico. — Todo está listo, papá está llevando a Sana y a Jun a la capilla.

— Estoy listo, el viejo se merece una bonita despedida ¿No crees? — Beomgyu asintió y se levantó esperando a su padre quien dejó salir el aire y se levantó para ir al funeral de su padre.

Min Seung había fallecido de un infarto, siendo un hombre de avanzada edad estaba listo para ir a descansar. Yoongi lo había admirado toda su vida y gracias a él se había casado con su hermoso Hoseok. Cuando se despidió de Yoongi, Seung le había dicho lo feliz que había Sido gracias a la familia que había formado, recordó sus vacaciones en Jeju junto a sus nietos y su yerno, las fiestas de navidad y año nuevo con los Park y sobre todo la dicha de su hijo rodeado de amor.

Cuando llegaron a la capilla, Hoseok lo esperaba en la puerta, se acercó y tomó su mano, este le dio un corto beso en los labios y luego entraron tomados de la mano. — ¿Estás bien amor?

— Si mi pequeño mocoso.

Hoseok sonrió, pues pese a los años su esposo jamás dejaba de decirle mocoso, mimado o pequeño. Ambos llegaron hasta el altar donde el sacerdote empezó a decir el discurso de los funerales, hablando de la bondad y el destino de las justos. Desde luego su padre lo era, era un hombre que había luchado por él cuando su madre los había abandonado. Su padre había hecho de todo para darle un futuro y le había enseñado, a su modo, a ser fuerte.

— Mi padre no era perfecto, me enseñó a no depender de nadie más que de mi mismo, me enseñó que nadie merecía todo de mi, excepto aquel que me entregara lo mismo que yo o más. Me enseñó a rendirme ante el amor de alguien valioso, me enseñó a disfrutar de mi familia. Ahora el se ha ido, pero me dejó preparado para todo lo que es la vida, me dejó acompañado de mi hermosa familia. Por eso te digo adiós con la esperanza de que verás el hombre que has formado y un día nos encontraremos para brindar por nuestra victoria ante la soledad. Adiós Min Seung.

Hoseok lloraba abrazado a su hijo mayor quien se contenía para darle protección a su padre. De pronto Sana se levantó y se colocó en el podio, Yoongi solo la vio con el ceño fruncido pues su hija era un tanto extraña.

— ¡Chiao Abu! Eres un abu super genial, siempre me dabas más mesada que los tacaños de mis padres, bueno no más que el Abu Seo. — dijo señalándolo y guiñándole el ojo.  Este sonrió inflando el pecho orgulloso, pero se comportó cuando su esposo y su hijo mayor lo miraron con aquella mirada asesina. — Sabes que te re extrañaré, disfrutaba de las historias de mi padre siendo un bebé llorón en el kinder y de sus días de mojar la cama... — Sana reía limpiándose las lágrimas que se escapaban al recordar cómo de divertía con su abuelo mientras Yoongi quería matar a la cipota condenada. — Es un clásico, el Abu casi se caía de la risa, amabas sus historias de papá en sus días rebelde cuando se vestía al estilo Johnny Depp en los 90. Que chistoso, papá ya está viejo...

Blurry EyesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora