Prólogo

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Narrador Omnisciente:
Era una mañana tranquila y normal para los habitantes de Califork, ciudad apodada "Happily Ever After". Todo transcurría con normal en aquella ciudad que parecía sacada de un cuento de ciencia ficción, gracias a que era la base central de The Future XY, famosa empresa de tecnología e inteligencia artificial más avanzada del planeta. Sí, todo iba bien, o al menos eso parecía...

«¡RING, RING, RING!»

La alarma de emergencia de un banco se activó de inmediato, dando aviso de que se estaba efectuando un atraco en ese mismo instante dentro del lugar. Se abrieron las compuertas del banco y de adentro se escapó un denso humo verde apestoso, que se esparció rápidamente por los alrededores, y que hacía que todas las personas que se encontraban al interior y al exterior del banco salieran huyendo despavoridas de ahí. Entre el humo, aparecieron tres seres repugnantes a la vista: tenían una apariencia viscosa, como si estuvieran empapados de lodo espeso pero del color del musgo, cada uno tenía tres ojos amarillos dimuntos y una boca enorme llena de afilados colmillos llenos de baba. Eran seres horripilantes.

Aquellos tres seres en realidad se trataban de chernimutantes, individuos infectados por microorganismos de energía tóxica y extraterrestre mezclada, y que los otorgaba a los infectados dones especiales. Aquellos chernimutantes en especial eran conocidos como Los Stickys, una temida banda criminal asalta bancos.

Los Stickys iban hablando entre ellos tres, con gruñidos y siseos, mientras cargaban consigo grandes bolsas cargadas de dinero, dirigiéndose hacia la furgoneta en la cual se transportaban. Y ni por más que los policías ya hubieran llegado al lugar del crimen no podían detenerles, ya que el gas apestoso que los envolvía podía llegar a ser potencialmente tóxico para humanos normales.

Cuando todo ya se veía perdido, una fuerte ventisca cayó sobre el lugar y apartó aquel humo verdoso, dejando al descubierto a los Stickys, mismos que miraban hacia todos lados, desconcertados. Las personas que se aún se encontraban en los alrededores alzaron la vista al cielo y comenzaron a lanzar exclamaciones de alegría y alivio.

─¡Miren! ¡Es Miss. Cheryl! ¡Ha llegado a salvar el día!

En el cielo, una silueta femenina que contaba con alas de águila en su espalda descendía lentamente hasta que tocó suelo. Se trataba de una mujer de traje morado de tela sintética bien pegada a su cuerpo, y que estaba adornado con rayas amarillas que aparecían en las partes del abdomen, costillas y la parte superior de ambas piernas; por encima, llevaba una chaqueta de cuero gris, que así mismo contaba con dos rayas amarillas en los dos hombros; tenía puesto mitones especiales en ambas manos, que en la parte de la palma llevaban propulsores, y también llevaba unas botas enormes que la hacían lucir mucho más alta; tenía puesta una máscara gris, hecha de metal fino y con ojos grandes y rasgados de color azul, misma que le cubría el rostro en su totalidad.

Una vez sus pies tocaron suelo y guardó sus alas en su espalda, la gente a su alrededor (incluidos los Stickys) pudieron observar con mayor detalle a la gran superheroína: Miss. Cheryl. Su larga melana ondulada del color del fuego lanzaba destellos al aire y ondulada con toda libertad ya que la mujer se la había dejado totalmente suelta. En su chaqueta, la superheroína ostentaba con orgullo su placa distintiva, con el dibujo de una mariposa morada.

Haciendo su mejor pose de superheroína, colocando los brazos sobre su cadera e inflando el pecho, habló con voz autoritaria:

─¡Alto ahí, malhechores! ¡Cesen su mal actuar o tendrán que vérselas conmigo, la superheroína número uno de Califork, y probablemente del mundo entero, Miss. Cheryl!

Todos a su alrededor empezaron a murmurar, cuestionándose la frase de presentación de la recién estrenada superheroína.

─¿La superheroína número uno del mundo entero? Eso debe decidirse por voto popular.

La vida de una superheroínaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora