24. Enfermero personal

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Narrador Omnisciente:

─¡Oh no, el té de jengibre ya está hirviendo! ─exclamó Jhonny, corriendo a la cocina y se apresuró a apagar la olla─. Uff, está en su punto ─suspiró con alivio.

Jhonny sirvió el té en una taza, y de esta salía el vapor de la caliente bebida.

─Se lo llevaré a Dammy ─dijo Jhonny, cogiendo la taza de té entre sus manos, con guantes para no quemarse.

Jhonny se dirigió hacia las escaleras al segundo piso, y al subirlas entró de una vez a la habitación de Dammy.

─Hija, ya estoy aquí ─avisó Jhonny al abrir la puerta.

─Oh, papá... ─Dammy seguía recostada en su cama, con Micky sentado a sus pies.

─¿Cómo te sientes? ─le preguntó Jhonny, acercándose a la cama.

─Creo que la fiebre se me ha vuelto a subir, además, me duele un poco la garganta... ─balbuceó Dammy, colocándose la mano derecha sobre su frente.

─Ay, hijita... ─suspiró Jhonny, viendo que Dammy aún no daba señales de mejorar─. Mira, te traje un té de jengibre, para que te lo tomes ─dijo, estirándole la taza hacia Dammy.

─Ugh, ¿de jengibre? Eso no me gusta, sabe malo... ─se quejó Dammy.

─Tómalo, es por tu bien ─insistió Jhonny.

─Agh, bien ─Dammy cogió la taza entre sus manos, mientras veía aquel anaranjado con una mueca de asco.

─Bébetelo todo ─le advirtió Jhonny.

─Uff... ─Dammy lanzó un largo suspiro y, con una mano tapándose la nariz y la otra agarrando la taza de su oreja, se tomó todo el té─. ¡Ajj, está caliente! ─exclamó Dammy al terminar de tomárselo.

─¿Lo acabaste todo? ─preguntó Jhonny al coger la taza.

─Sí, todo... ─asintió Dammy, pesumbrosa.

─Muy bien ─Jhonny también asintió en gesto de aprobación─. En unos momentos tendré que salir a comprarte unos medicamentos, por lo que tendrás que quedarte aquí ─avisó, a lo que Dammy se alarmó:

─¿¿Sola??

─Te va a tocar ─dijo Jhonny, encogiéndose de hombros─. No me voy a demorar mucho, sí es que la farmacia de la esquina sigue abierta no me tomará más de cinco minutos comprártelos ─añadió─. Además, tú ya te haz quedado antes sola en casa, por lo que no debes asustarte.

─Pero es que ya es tarde... y me sigo sintiendo mal ─balbuceó Dammy.

─Por eso debo comprarte los medicamentos ─resaltó Jhonny.

Bueeeno ─suspiró Dammy─. Pero cuando vuelvas, ¿podremos ver una película juntos?

─Claro ─asintió Jhonny, reincorporándose.

─¡Podríamos ver una película de Thor! ─exclamó Dammy, entusiasmada.

─Suena bien ─sonrió Jhonny, dirigiéndose a la puerta de la habitación.

─Pero una donde salga el hermosísimo Tom Hiddleston ─añadió Dammy.

─¿Qué? ─Jhonny se giró a ver a su hija, pero el sonido del timbre de la casa le interrumpió:

«¡DING DONG, DING DONG!»

Jhonny y Dammy compartieron una mirada confusa.

─¿Esperábamos una visita? ─preguntó esta última.

La vida de una superheroínaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora