14. En la carretera

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Narrador Omnisciente:
Dammy y Jack se suben a la limusina de Willy, el chofer personal de Jack, a lo que el automóvil arranca y se pierde en la calle cercana. En cambio Maxi y Maritta recién salen del Instituto, conversando animadamente.

--¿Y cómo vas con las prácticas de violín? --le pregunta Maritta con mucha curiosidad a Maxi. Maritta es una de las pocas personas que saben sobre la pasión de Maxi por tocar violín.

--Oh, voy muy bien la verdad, mejorando --contestó Maxi rascándose un poco la nuca con cierto nerviosismo.

--¿Con qué canción estás practicando esta vez? --preguntó Maritta.

--Con la de Adele --dijo Maxi.

--¡¿"Rolling in the Deep"?! --exclamó Maritta, sin poder creerlo.

--Sip, esa misma --afirmó Maxi.

--Oh, ¡¡qué fantástico!! ¡¡De seguro la canción te ha de salir muy bonita en violín!! --chilló Maritta con mucha emoción.

--N-no te adelantes, ni siquiera la haz escuchado --tartamudeó Maxi con un notable rubor cubriendo sus mejillas.

--Pero ya te he escuchado antes, y eres un gran violinista, por lo que esta vez no será la excepción --exclamó Maritta con una radiante sonrisa, misma que hizo que el corazón de Maxi latiera a mil y logrando que este se pusiera rojo.

Maritta, al ver a Maxi tan sonrojado, le causó mucho ternura. La rubiecita nunca pensó que una persona como Maxi, así de grandulón e intimidante, podría llegar a ser un chico tan agradable y tímido. Eso es algo que a Maritta le gusta de Maxi. Mientras Maxi y Maritta seguían conversando la Aero-Vía #45G se vino acercando por los rieles, a punto de llegar a la parada donde se encuentran ambos jóvenes.

--¡¡Con permiso!! --pidió una voz detrás de Maxi, a lo que este se apartó--. ¡¡Lo siento!! --se disculpó la joven de cabello negro y ojos grises, Muriel.

--¡Muriel! ¿A dónde vas tan apurada? --preguntó Maritta.

--¡Esta es la Aero-Vía que me lleva a casa! --dijo Muriel agarrándose del poste y aplastando el botón de este para que la Aero-Vía la recoja--. Y le prometí a mi mamá que hoy llegaría temprano --agregó.

--Oh, ya veo --dijo Maritta.

La Aero-Vía #45G se detuvo en la parada y los discos flotantes formaron la conocida escalera para poder subir a el tren-lador.

--Bueno ¡nos vemos, chicos! --exclamó Muriel comenzando a subir por las escaleras flotantes.

--Adiós --dijeron Maxi y Maritta.

--¡¡Chaooo, Murieeel!! --exclamó Julián apareciendo de repente--. ¡¡Cuídate, amor mío!! ¡¡Nos veremos mañana!! --gritó poniendo su mano en el pecho como si estuviera interpretando un drama mientras ve como Muriel entra por la puerta de la Aero-Vía.

--¡¡Ya calla, Julián!! --grita Muriel desde la puerta de la Aero-Vía, muy avergonzada. Ya entrando a la Aero-Vía Muriel ve como todos la miran por la escenita--. Dios, que vergüenza --musitó ya sentándose en su puesto.

--¡¡Te amo, Muriel!! --gritó Julián, a lo que la mencionada solo cerró la ventanilla de su puesto--. Jeje, ella también me ama --dijo con una sonrisa mientras veía como el tren-lador se va por su camino, perdiéndose en la jungla de la ciudad.

--¡Hola, Julián! ¿cómo estás? --lo saludó Maritta, a lo que Julián cayó en la presencia de ambos chicos.

--Oh ¡hola! Yo estoy bien, aquí nomás, acompañando a Murielcita hasta la parada, como todo buen hombre enamorado hace --respondió Julián apoyándose en su muleta para girarse hacia los chicos y mostrándose orgulloso de portar el título de "enamorado".

La vida de una superheroínaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora