26. Una extraña energía oscura

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Narrador Omnisciente:
Al ir conversando animadamente, ni Jack ni Dammy cayeron en cuenta de en qué momento llegaron al salón de clases del 10mo "F" y entraron por la puerta.

─Y entonces tú y yo fuimos rodando por la colina hasta caer en un gran charco de lodo ─contaba Jack, mientras Dammy reía ante su relato.

─¿En serio recordaste aquello al levantarte esta mañana? ─preguntó Dammy, entre risas.

─Pues sí, así sucedió ─rió Jack, rascándose la nuca.

─Qué buenos tiempos esos, donde éramos tan solo unos niños sin preocupaciones ─dijo Dammy, poniéndose repentinamente melancólica.

─¡Va, ni que fuéramos viejos ya! ─bufó Jack─. Seguimos siendo unos niños prácticamente, tan solo tenemos quince.

─Pues yo ya me considero una joven madura hecha y derecha ─se jactó Dammy.

─¿Joven? Tal vez. ¿Madura? Lo dudo mucho ─se burló Jack.

─¡Oh, cállate Jack! ─Dammy le propinó un codazo a Jack, que ocasionó que el rubio se quejara un poco pero procediera a soltar una sonora carcajada.

─¡Auh, pegas fuerte! Para ser una chica ─dijo Jack, sin cesar su risa.

─Eres un tonto ─refunfuñó Dammy, apartando la mirada, sin poder evitar pensar en cuán lindo se veía Jack riendo.

Ambos jóvenes se dirigieron a sus respectivos puestos, pero aprovechando que aún faltaban unos minutos para que inicie la clase Jack se levantó de su puesto y se sentó en el puesto desocupado al frente de Dammy.

─¿Qué haces aquí? ─le preguntó Dammy.

─Sentado en mi puesto ─respondió Jack, acomodándose.

─Ese es el puesto de Tania, Jack ─obvió Dammy.

─¿Y? ─Jack se encogió de hombros─. No creo que venga hoy, de seguro que ha de fingir que está enferma para no venir a clase, ya que hoy toman prueba de español ─añadió.

─Pero si el español es de lo más fácil ─dijo Dammy─. Hoy justamente me vine escuchando una canción en español, por lo cual me siento de lo más preparada.

─Bien por ti ─respondió Jack─, no creo que a Tania le vaya mejor que tú.

─Hablando de Roma... ─dijo Dammy, a lo que Jack se giró a ver y se encontró con Tania entrando por la puerta.

Tania no lucía para nada bien, tenía grandes ojeras en los ojos y un color verdoso decoraba sus mejillas. Su semblante era de pereza total.

─Tch, no me sirvió maquillarme el rostro para lucir enferma, igual papá me mandó al colegio ─se quejó Tania─. No quiero dar la prueba de español... ─sollozó.

─¡Hey, Tania! ─El saludo animoso de Dammy hizo reaccionar a Tania y dirigió su mirada hacia donde se encontraban ella y Jack.

─¡Chicos! ─exclamó Tania, acercándose al par─. Justamente pensaba en hablar con ustedes dos al llegar a clase y- ─Tania se detuvo en seco al mirar detenidamente a Dammy─. ¡¿Dammy, qué rayos te pasó en la mejilla?! ─gritó, llamando la atención de todo el salón entero.

─Tania, no grites tanto ─le dijo Jack, mientras Dammy trataba de encojerse en su asiento.

─¿Que no grite? ¡Jack, Dammy tiene un parche enorme en su mejilla! ─vociferó, con los ojos desmesuradamente abiertos─. ¿Qué te pasó? ─volvió a preguntarle a Dammy.

─¿No es obvio? ─Una nueva voz entró en la conversación, todos giraron a ver a Ruby y Kim detrás entrando por la puerta del salón.

─Ruby... ─musitó Dammy, alzando la mirada y con voz temblorosa.

La vida de una superheroínaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora