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Las clases habían finalizado hace poco, Sasaki era la última persona del consejo en quedarse, igual que siempre, estaba sentado en el sillón bebiendo una taza de té, su padre ya le había indicado que tardaría en llegar por él por lo cual no se preocupaba por apresurarse. Revisó su celular cuando lo escuchó vibrar contra la mesa, era un mensaje de Idamu preguntándole por dónde estaba.

"En el salón del consejo ¿Quieres venir?"

La respuesta fue afirmativa en seguida, Sasaki sonrió terminando su té en cuestión de segundos ya que siempre que estaba con Isamu terminana dejando sus bebidas de lado por concentrarse en fumar un cigarrillo o simplemente su plática se torna en diversos temas que mantienen su mente demasiado ocupada como para recordar que se sirvió algo para beber.

Tocaron la puerta del salón.

—¿Sigues ahí?

—Solo pasaron dos minutos, claro que sigo aquí.

—Era para asegurarme.

Abrió la puerta, dejando ver el desastre que estaba vuelto, su cabello desalineado y su nariz con sangre seca, Sasaki cambió drásticamente sus facciones al notar el estado en el cual su novio se encontraba.

—¿¡Isamu qué cara-?! Dios, ni siquiera voy a sorprenderme —un suspiro escapó de sus labios con pesadez antes de levantarse y acercarse a su escritorio para buscar el botiquín.

—Lo siento —dijo alargando la "o" mientras cerraba la puerta detrás suyo y caminaba al sillón.

—Eres un desastre andando —comentó rodando los ojos, acercándose con lo necesario para limpiar y cubrir sus heridas.

—Lo sé, pero por suerte puedes ayudarme a recoger los pedazos ¿No?

—Supongo, aunque agradecería que no fuera a diario.

Comenzó a limpiar la sangre del rostro de Isamu, fue algo complicado hacerlo sin que le doliera pero lo importante es que no quedara indicio de que se había metido en una pelea.

—¿Quieres que cubra las marcas con maquillaje?

—No importa en realidad.

—Bien, pero al menos no dejes que los profesores te vean, puedo cubrirte pero no todo el tiempo.

Revolvió los cabellos de su novio antes de colocar el algodón con sangre de lado. Sasaki frunció el ceño, notando en cuestión de segundos algo peculiar en la ropa de Isamu, se acercó para levantarla y poder verla de cerca.

—¿Esto es sangre?

—Ah, creí que no lo notarías, es una camisa negra.

—Podré necesitar lentes pero tampoco es para tanto, dime que es sangre tuya.

—¿No deberías querer que sea del otro? —preguntó ligeramente ofendido.

—Lo querría si no fuera porque eso te meterá en más problemas.

Un suspiro escapó de los labios de Isamu, se deshizo de la camisa del uniforme para poder quitarse la que llevaba debajo, Sasaki hizo una ligera mueca al notar la venda que cubría sus pechos, le había repetido en incontables ocasiones el daño que eso causaría pero lo seguía haciendo.

—¿La escondes por mí? —preguntó dejando la camisa negra en el sillón.

—Ajá —Antes de que Isamu pudiera colocarse la del uniforme de vuelta él lo detuvo, inclinándose sobre Isamu tomándolo por sorpresa—. Te ves muy lindo así, Isamu.

—¿Qué diablos haces?

Sasaki dejó escapar una risa, besó los labios de su novio con rapidez paseando sus manos por su espalda hasta conseguir hallar el inicio de la venda, aprovechó para distraerlo, besando su cuello con cariño, teniendo consciencia de lo fácil que era estimular a Isamu.

—H-hey espera, estamos en la escuela, idiota.

—¿Y acaso nos vemos en otros lados? —preguntó levantando su mirada, aprovechando su distracción para comenzar a quitarle la venda de los pechos.

Isamu tomó con cuidado el cabello de Sasaki, enredandolo entre sus dedos sin darse cuenta en que momento la venda que usaba terminó quedando en el suelo. Al conseguirlo, Sasaki se alejó mostrando una sonrisa.

—¿Eh?

—Ya puedes ponerte la camisa.

—¿¡Eh?! —en ese instante fue cuando captó la situación, frunció el ceño con molestia—, no puedo creer que me emocionaras así solo para quitarme eso.

—Puedo seguir si eso quieres, tampoco me molestaría.

Isamu apretó sus labios tratando de ocultar la sonrisa que delataría un obvio sí, no tuvo que pensarlo demasiado de cualquier manera, terminó accediendo y Sasaki no lo hizo esperar, retomando los besos a lo largo de todo su cuerpo.

SWEETHEART | KOMI SHOUSUKEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora