Yo no soy tu hermana

Capítulo 14

Después de dos semanas de horror y desesperación. Después de horas sin dormir, de insufribles exámenes y de vivir a base de café y bebidas energéticas. Finalmente podría ver el resultado de los exámenes que tanto había esperado.
Mis ojeras eran la prueba de todo lo que había estudiado, estaba cansada y sin maquillaje parecía un jodido zombie. Era terrible, nunca me había tenido que echar encima tanto corrector como en estos momentos. Aún así aún me daba bastante miedo mirarme al espejo.
Estaba irreconocible. Tenía que descansar para poder pasar todo el tiempo del mundo al lado de Sasuke. Porque sí. Estaba segura de haber quedado en una gran posición, estaba casi segura de haber quedado incluso por encima de la tercera posición. Sin duda yo había quedado...

Observé con nerviosismo la lista de los resultados. Número uno, Shikamaru Nara, no era una novedad demasiado grande, número dos, Hinata Hyuga. Era obvio, su padre no le dejaría salir con Naruto si no tuviera notas excelentes; número tres Gaara no Sabaku...
Me froté los ojos ¿No era verdad, cierto? ¡Ese era mi sitio, era mi maldito puesto! Ese estúpido salido que estaba todo el día follándose a mi amiga me había jodido. ¿Por qué Gaara tenía el puesto número tres?, ¿dónde había quedado mis esfuerzos?

—Delante de mi. Frente —pronunció Ino haciendo una mueca— La séptima.

Séptima. Todos mis esfuerzos fueron en vano. Odiaba a ese estúpido Gaara, odiaba a Shikamaru y... bueno, a Hinata no, pero al resto si. Odiaba a los que me habían arrebatado mi sitio.
Sentí unas inmensas ganas de llorar. Lo había intentado, ni siquiera había dormido lo suficiente, estaba destrozada y no podría ir a solas con Sasuke al festival. Él se decepcionaría y no querría venir conmigo ¿Por qué se interesaría en una chica que hace promesas que no puede cumplir?

Mis ojos se empañaron e hice un mohín, estaba rota por dentro.
Alguien saltó a mi espalda y me abrazó con fuerza. Solo podía ser Naruto, al parecer estaba contento, eso es que, por una vez en toda su existencia, sus exámenes le habían salido bien. Me alegraba que con Hinata como tutora hubiera aprobado y quedado en buen lugar, pero desde luego, este no era el mejor momento para mí, estaba deprimida y necesitaba estar sola.

—Sakura, he quedado el número veinte seis, es todo un progreso ¿cierto? La ultima vez ni siquiera estaba entre los cien primeros —dijo con alegría— Hinata es una gran profesora.

—Me alegro por tí, Naruto. Yo sin embargo soy una fracasada —Naruto observó el papel y se dirigió a mí con aire interrogante.

—Yo no creo que el séptimo lugar sea de fracasados, Sakura —respondió con una mueca divertida— Más bien creo que eres increíble.

—Es bueno saber que alguien lo piensa —suspiré y negué con la cabeza, él me miró ceñudo y bufó. Tal vez Naruto supiera más de lo que aparentaba saber. Sí, seguramente sabía que tenía algo que ver con mi amor platónico— Gracias pero me encuentro mal. Voy a irme a casa ahora mismo.

—Sakura...

—Naruto kun —Hinata agarró el brazo de Naruto y negó con la cabeza— ¿Necesitas que te acompañemos?

—No, gracias, estaré bien —hice una pausa y recogí mi mochila del suelo— Nos vemos más tarde, ahora mismo no soy muy buena compañía.

Me dirigí hacia la puerta escuchando la voz de Ino llamarme a voces. Probablemente no querría dejarme sola en este momento.
En ese tipo de cosas, Naruto e Ino eran iguales, siempre querían estar a mi lado cuando tenía algún problema. En realidad todos, pero ellos eran los encargados de poner a escurrir a todas las personas que me hacían, directa o indirectamente, daño alguna vez. Hinata en ese aspecto era más callada. Se dedicaba a escucharme e intentaba sacar conclusiones racionales.
Ino y Naruto eran los mejores para animar. Hinata era sin duda alguna, la amiga comprensiva.