Capítulo 17

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Si alguien hace un mes me hubiera dicho que Sasuke de la nada iba a invitarme a una hermosa cena para los dos solos el día de víspera de Navidad, jamás le habría creído.

Quien hubiera dicho algo así se habría ganado mi odio absoluto.

Más que nada porque lo hubiera considerado una broma de muy mal gusto.

Pero ya no era así. Porque era una gran verdad.

Mi novio/hermano adoptivo mayor había decidido que ambos pasaríamos una hermosa velada como la pareja de enamorados que éramos. Y yo estaba tirada en el suelo alrededor de montones de ropa porque no encontraba exactamente lo que quería ponerme. Aunque si sabía que ropa interior llevar puesta. Afirmé con la cabeza satisfactoriamente.

Si Sasuke tenía que verme la ropa interior hoy no se reiría. Se quedaría boquiabierto.

Las cosas entre él y yo eran normales. Él era tan cariñoso como siempre.

Me trataba bien pero bajo mi punto de vista sentía que faltaba cierta chispa entre nosotros.

Tal vez esperaba demasiado de Sasuke o a lo mejor el fallo era mío. Nunca había tenido novio. Prefería sacar de mi mente a ese fracaso de hombre que había tenido como novio. El estúpido americano deformado. Bueno. Que Sasuke había deformado.  

El caso, es que sentía que yo era más cariñosa de lo que él lo era conmigo.  O tal vez yo estaba dispuesta a dar más de lo que él estaba dispuesto ¿Y si le estaba agobiando? Eso sería terrible. Cuando una persona agobiaba demasiado a otra el fracaso era inminente.

Negué con la cabeza.

Eso estaba fuera de discusión. Mi relación con Sasuke no estaba condenada al fracaso. Estaba comenzando. A paso de tortuga pero comenzaba. Y yo tenía que ser paciente.

—Pero no puedo esperar más —me tumbé sobre todos los vestidos desparramados por la cama— Diez años de amor correspondido pero negado creo que son demasiados.

Flexioné las piernas y suspiré mirando hacia el techo.

Si Sasuke no se mostraba más cariñoso me tiraría sobre su cuello y le explicaría un par de cositas.

Era una adolescente. A una adolescente no se le podía decir cosas como que se le iba a hacer el amor y luego pasar de ella. Las cosas no eran así. Desde ese día estuve muy receptiva a cualquier caricia por parte suya.  

Mordí el cojín y pataleé sobre la cama.

Quería sexo y lo quería ahora.

—¿Es necesario que te comas los cojines? —la voz de Sasuke se escuchó desde la puerta. Miré hacia mis manos. ¿Por qué me tenía que poner en ridículo yo solita?— Hay un refrigerador lleno de comida en la cocina.

Comenzó a reírse a carcajadas. Más aún cuando le miré ceñuda.

En ese aspecto no había cambiado nada. Le encantaba burlarse de mí.

¡Era su novia, no un estúpido mono de feria!

Caminó hacia mi lugar y moví la cabeza hacia un lateral con enfado cuando se sentó a mi lado.

Vi por el rabillo del ojo como rodaba los suyos y suspiraba sonoramente. ¿Acaso le parecía extraño que me molestara por eso? Tenía que respetarme un poco más si quería tener una relación conmigo. Sonreí tontamente. Eso sonaba tan bonito...

—Estás pensando... "Estoy enfadada. Respetame, no soy tu mono de circo" —le miré sorprendida— ¿O algo así, verdad?

—Más o menos —murmuré cabizbaja— No me gusta que te rías de mi.

Yo no soy tu hermanaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora