Analogías sobre elTeatro en Cuba (Parte 1)

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   ¿Alguna vez han sentido esa sensación maravillosa de mirar unos ojos?
   Esa extraña sensación de por ejemplo ir en un Girón ( "no es una girón" pensarán pero no le veo la feminidad a la molotera del sálvese quien pueda en esas piezas metálicas que forma el infierno de honrados y paraíso de ladrones) y vez a alguien atractivo y lo miras esperando que t devuelva la mirada y cuando t devuelve la mirada vuelas fuera de esa molotera, cañona, tumultuaria, cabrona atmósfera de ciudadano pobre para volar en primera clase, en clase romántica (¿o era clave?)

   Esa sensación fue la que sentí yo cuando me topé con aquellas curvas magistrales que formaban una botella de Habana Club Añejo no sé que tiempo. Fue hermoso.

  Con la botella en mano emprendí mi camino a caminar por la vida en esta ciudad colectiva. En una calle que se torcia de forma antinatural en esta ciudad que más que de parques es de calles rectas tuve la revelación de la actuación definitiva en esta nación caribeña.
        La vida es una utopía no socialista sino actoral y para un pintor que está enamorado de una chica poseedora de Ojos Color De Tiempo ver gente actuando tan natural como cuando respiran me lleva al siguiente análisis de alcohólico colorido pero no anónimo. Que culpa tengo si todo artista tiene su vicio (o todo vicio tiene su artista que viene siendo lo mismo)

  Primera Obra:
Las ovejas del lobo feroz.

Se abre el telón (puerta de una patrulla) y sale Papá Pitufo portando tonfa, balas y autoridad. Lleva un cigarro con filtro en su boca en señal de cáncer próximo y una gran barriga sugiriendo Bistec anterior. Se encamina a unas señoritas con la siguiente descripción: feas pero putas. Estas sirenas que la brava Mar desconchinflo contra los arrecifes están frente a la Flor de Holguin q es la begonia según dice. Papá pitufo les pide sus documentos y ellas no tienen, son menores de edad. Procede a arrestarlos bajo cargos que desde mi lugar (un palco de primera en el Gran Teatro de las Desgracias) no alcanzó a escuchar peor según mi análisis (ya saben que soy experto en arte dramático) pasó lo siguiente.

         —Buena tarde, ciudadáná. Deme aíh su documento— ordena el oficial.
         
       Dialogo interno en las sirenas.

     Sierna 1: ay dio mío ete hombre aquí, se me jodio el yuma
     Sirena 2: ay dio mío ete gordo singao, se me jodio el yuma palapinga nonono diomio poqe me pasa eto a mi.

    Dialogo externo.

    —Hay (de haber aunque no halla*) mire oficial es que no lo traigo arriba de mi digo conmigo— dice la sirena 1 mientras se le escapa su verdadera naturaleza.
   —No no no no no no no no no ni yo ni yo ni yo— es claro el nerviosismo de la sincera 2.
    —Bueno ¿se saben sus número de carnet?— pregunta calmado el oficial, la calma propia de a quien le está haciendo digestión un bistec.
    — Si si yo si me lo sé— expresa la sirena 2— es este 050422....
    —Eperate ahí un momentico— dice el oficial y toca la pistola— eres menor de edad tendrás que acompañarme.
    —pero oficial si no he hecho nada— grita la sirena 2 con lágrimas en los ojos.
      —La postiticion y guineterismo es ilegal— alza la voz el oficial.

La toma del brazo y la sube a la patrulla. Mira a la otra sirena que está impaciente por su futuro y le ordena que suba al carro y que ni hable porque se busca un arroconmango.

   Esta noche hay dos yumas que se van sin sexo, dos sirenas que se van con preso en su peso del alma cargada de sueños a billetes verdes y un oficial que aumentara de rango.

Así se cierra el telón y yo me examino como buen pintor, escritor, critico, borracho y todo eso a ver otras obras pala luego analizas si está mal la prostitución o el poco valor del ciudadano en su nación.

REFLEXIÓN:
  Si los caminos que tomamos nos conducen a un destino equivoco pues imaginate cuando no haya caminos para tomar en estas realidades que sufren las sirenas de mi isla sin peces. Cumplir la ley está bien pero a que costo hay que romperla cuando es un sueño el que ordena ropa para mamá, comida para mamá, todo para mamá.

Saqué usted sus propias conclusiones pues yo solo puedo sacar lo que el teatro ordena en el telón de la vida. La injusta vida.

   Fin.

    —Ves que soy un dramaturgo de primera— le digo a mi botellita mientras me encaminó a mi cuartico con mis ropita viejas y mi perra nota (que no hay diminutivo que disminuya).

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