¿Qué coño pintó yo ahora?
Estoy en la terraza, la ciudad que despierta esta bajo mis ojos, un amanecer hermoso digno de ser pintando, fotografiados e incluso serviría a algún fetichista mal medicado para una masturbación mañanera, esto aquí ante mis ojos pardos y yo que no pinto nada, no me puedo culpar yo solo pinto mujeres desnudas, vicios de esquina y tristezas del alma.
— Baby la vida es un ciclo, lo que no sirve yo no lo reciclo — me pongo a cantar para ver si la inspiración llega, necesito pintar algo, necesito vender este cuadro que no acabo de hacer o perderé mi lúgubre cuarto y vaya que en la calle no hay quien esté.Recuerdo aquel día en que fui a follarme a una española de unos 50 años y miles de euros, aw que tiempos. Era al otro lado de la ciudad un sábado de agosto y allí iba yo bien vestido y perfumado ¡Todo un cirujano del sexo vendido! un profesional en eso de hacer venir o como dicen en españa "correr" unas cuatro mil veces. Cuando termine con mi faena eran más de las 4 de la mañana, le di durante tremendo tiempo. En el preciso instante que iba cruzando un puente de esos que hay en las ciudades de Cuba para separar al hombre de la basura y la inconsciencia de los que "cagan donde comen" me salió un encapuchado al paso.
— Dame todo lo que tengas y cuidadito con equivocarte —me apuntaba con un cuchillo q fácilmente podía haber usado yo para afeitarme el escroto.
— ¿Erne? — mi agresor se quitó la capucha y pude ver esos cabellos enrollados, ese rostro amigo. Sus ojos lo habían delatado, solo yo podía reconocer esos ojos.
— Coño mi hermano — me abrazó y soltó el cuchillo- perdóname de verdad perdóname.Erne era mi amigo en la escuela de arte, siempre había sido mejor que yo en todo, estudiábamos juntos, comíamos juntos, hasta incluso una vez compartimos a una chica de pequeñas tetas que no sabía por cual de los 2 decidirce. Hacia 3 años que no lo veía y al parecer su vida había cambiado bastante desde aquellas lejanas tardes donde nos sentábamos en los balcones del ISA a fumarnos unos pasajes a la luna y hablar de lo mucho que follariamos cuando llegáramos a la fama. Ninguno de los 2 había llegando pero yo si que follaba bastante.
Nos sentamos en un parque que estaba cerca de donde casi por mala vibra del destino mi mejor amigo casi me quita una fosforera, una caja de cigarros mentolados que le había robado a la española y 80 euros ¡Los españoles son tacaños! Entonces entre lágrimas de pena y alegría me empezó a contar el rumbo de su vida y las curvas que ponen a un pintor a andar con cuchillos por el bajo mundo.
— ¿Recuerdas a Katherin, la chica de pelo rizo y cintura pequeña? Bueno pues resulta que desde nuestro último revolcón en la fiesta de graduación quedó embarazada de mellizos, si, como lo oyes, mellizos. Tuve dudas de que fueran míos pero cuando nacieron no tuve más dudas, esas niñas eran mías y las amaré con la vida hasta el día de mi muerte pero había un problema.
Ya por aquella parte de la conversación yo solo pensaba en conocer a esas niñas de las que nunca habia oido hablar y que me dijeran tío.— No podía mantenerlas —siguio—estuve un tiempo ganandome la vida pintando carros en cuero y vendiéndolos en la playa, todo iba bien. Katherin trabajaba de profesora de canto todo iba de maravilla hasta que conoció a Kyle, un alemán con mucho dinero que le prometió el cielo, la tierra y todas las joyas que hay en estos.
Ernesto era muy culto, incluso con aquella pinta de ladrón parecía el hombre más sabio de la tierra.— Entonces Kat me dejó y se fue para Alemania, me dejó asere y no solo a mi, dejó a las niñas. Al principio con frecuencia mandaba dinero pero dejó de hacerlo, pero yo seguía vendiendo mis carros pintados en cuero y todo iba bien. Hasta que los hijos de puta del Partido me quitaron la licencia para vender en la playa como artesano, todo para dercela a un tipo ahí que era hijo de no se quien, como si a esa gente le hiciera falta trabajar. Empece a vender mis carros o bueno intenté vender mis carros a los cubanos.
Yo era un mar de lágrimas y recuerdos por aquella parte de la historia, Erne era una buena persona ¿porqué le pasaba esto? Aunque yo también lo era y siempre me pasan cosas malas, las buenas personas lo tenemos muy jodido.
— Pero tu sabes como es eso —prodigio sin ser interrumpido —el cubano de a pie que no tiene casi ni para comer con lo poco que se les paga, nadie compraba nada. Estuve una temporada trabajando en la agricultura, dicen que no hay esclavitud pero yo era un esclavo, estudiar arte para terminar sembrando o bueno haciéndose uno el que siembra porque no había ni que sembrar, al final dejé eso y volví a pintar, ganaba una miseria vendiendo uno que otro cuadro pero bueno ahí más menos subsistía pero mantener a 2 niñas idénticas no es fácil, tuve que ponerme serio con las cosas, buscar algo q diera más. Así que ya me ves, me convertí en un ratero, robo aquí y allá a personas que parecen adineradas.
— ¿Acaso yo t parezco adinerado? — le pregunté riendo.
— Bueno no, tienes pinta de artista debí suponer que estas casi tan mal como yo.
Joder si que me había llegando con lo de tener pinta de artista, creo que en mi vida nadie me había dicho nada tan lindo, tan romántico, algo por lo que me sentía orgulloso. Era pobre si pero artista al fin.— Bueno Erne, todo pasa por algo o al menos eso me obligó a creer —meti la mano en mi bolsillo y saque los 80 euros, se los di.
— No no no no no, no puedo aceptarlos, gracias pero no.
— Pues resulta que yo no los quiero y si no los coges los lanzare al río.
— Pero es que... — intento decir algo pero lo corté.
— Venga imbecil —grite— esto es el tercer mundo, todos estamos jodidos pero tu estas un poco más jodido que yo y como no cojas estos 40 euros t denuncio y no solo t denuncio, t mato y luego me denuncio yo.
Estaba alterado, ya ni sabia lo que decía, un gran mal del cubano.— ¿Entendiste eso come mierda?
— No sabía que eras del DTI —me dijo riendo y los cogió.
Me hizo feliz ver esa sonrisa, ya no era tan bella como antes, ¡vaya! que antes esa sonrisa era mágica, no había chica que se le resistiera, ni chico tampoco. Erne era el ladrón más hermoso del mundo con su pelito de modelo, su 1.85 de estatura, su abdomen plano. Estaba algo flaco pero así le gustan más a las chicas.
— Me voy amigo mío, dile a las mellizas que su tío les mandan un beso.
— Gracias hermano — nos abrazamos y me fui, sin mucho romanticismo, solo di la espalda y caminé. Él se quedó allí llorando, nunca supe si fueron lágrimas de tristeza o de alegría, creo que eran ambas cosas.Erne se suicidó 4 meses después cuando la puta de Katherin vino y se llevó a las mellizas a Alemania, las niñas no sabían quién era aquella mujer bien vestida y con muchas prendas de oro. Fueron a tribunales y el tenía las de ganar pero ella tenía algo que vale más que la verdad, euros. Durante el juicio siempre pareció que el ganaría, yo estuve allí apoyándolo como hacen los buenos amigos y en un giro inesperado, uno de esos que el dinero lanza al mundo perdió a sus hijas, las niñas por las que había padecido, llorando y robado. Creo que entiendo porque se quitó la vida aunque lo odié por ello.
Ahora mismo estoy llorando, no se porqué lloro pero al menos es bueno pues ya se que debo pintar. Pintare a un hombre triste, un ahorcado, pintare algún parque y pintare al diablo. Será para Erne, el esta en alguna parte, seguro al lado de sus hijas cuidándolas en la muerte como lo hizo en vida. Que cosas digo si mi abuela me enseñó que los muertos no sale, aunque Ernesto no es un muerto cualquiera. Es el muerto más hermoso del mundo.
— Erne t amo — gritó y desde el balcón siguiente me dicen que me calle. Me pongo a pintar sin saber la hora. Necesito un reloj nuevo.
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Arte y Pobres
RandomEsta es nuestra historia contada de una forma peculiar, tan peculiar como lo fue conocernos, enamorarnos y olvidarnos. Esto no es una novela para que usted lloré o un cuento para que aprenda algo. Es un testamento de la eterna duda de si usted queri...