El ángel de la guarda. (bnha x male!reader)

cinco.

Tenshi estaba un poco nervioso, tenía que admitirlo. Tenía en mente que llamaría la atención nada más llegar, las alas le encadenaban a un tortuoso futuro que le enlazaba al héroe número dos. Después de la charla con el director, se dedicó a pedir perdón a ambos héroes por suponer tales cosas, pero que Endeavor lo amenazase al salir de los territorios de la escuela, aclaró varias cosas. La primera, no se equivocaba en que no era una buena persona y , la segunda, que Hawks tuviera la decencia de invitarle a un café para aclarar varias cosas, aclaró sus ideas. Él aceptaría entrenar y estudiar con él siempre y cuando se ganase en condiciones su confianza, una prueba de interés que el águila aceptó con gusto. También prometió pasarse por su pueblo algún día, esperaba verle pronto.

Sin embargo, al ver a aquella castaña y al bicolor entre tantos periodistas y nada cómodos, se vio en obligación de poner un rostro serio, extender sus alas e incendiarlas unos segundos para llamar la atención. Aclaró su garganta, recogiéndolas de nuevo, con las miradas asombradas encima de él, y se acercó a los muchachos con tranquilidad. Bajó la mirada, observando a la castaña que le llegaba al hombro, y sonrió cálidamente. Con parsimonia, se paró a mirar las mejillas sonrojadas de la chica y, al ver que no se movía, la sentó en el ala izquierda, la joven jadeó con sorpresa. Cogió al bicolor sorprendido por los hombros y sonrió a las cámaras.

- La U.A estará encantada de responder sus preguntas, pero creo, sinceramente, que irrumpir el primer día de los estudiantes solo provocará una declinación - entró dentro de la muralla que protegía la escuela con su carnet colgado al cuello -. Es un placer hablar con ustedes, tengan cuidado con las pruebas de la vida, sueñen bonito esta noche y no se excedan en su trabajo - alargó la última vocal, haciendo reír levemente a la castaña y sacar una pequeña sonrisa al bicolor. Las puertas se cerraron de nuevo y el chico dejó a la castaña en el suelo - ¿Están bien ambos? Eso parecía bastante agobiante - les sonrió amablemente, encogiendo las alas para no abarcar mucho espacio -. Soy Tenshi, de la 1A - sonrió breve el peliblanco, los otros dos hicieron una pequeña reverencia como agradecimiento y saludo.

- Uraraka Ochaco, de la 1A - la más baja de los tres, sonrió nerviosa por la presencia imponente del chico -. Muchas gracias por sacarme de ahí, estoy bien.

- Todoroki Shoto, de la 1A - el bicolor tenía una pequeña sonrisa y parecía recordar algo con gracia - Gracias  - imitó a la castaña -. Tú debes de ser el que le comió a la cabeza a Endeavor ayer.

- Genial, somos de la misma clase, vamos yendo - los tres comenzaron a andar con tranquilidad, ambos lo miraban con curiosidad -. ¿Es tu padre? - el bicolor asintió cortamente - No lo hubiera dicho de no ser por tu parte roja, eres bastante majo - tomó del café en su termo y aflojó la corbata, poniendo una mueca -. ¿Que le comí la cabeza? - preguntó entre divertido y confundido.

- Llegó a casa diciendo que un tal Tenshi no se qué - dijo elevando los hombros con indiferencia -. En la cena le preguntó a mi hermana que qué narices era una filosofía de vida y que si era mala persona - el peliblanco soltó una carcajada, haciendo reír brevemente a ambos, su risa era bastante contagiosa.

- Ay por Merlín - se limpió una lagrimilla falsa de la risa -, espero que no te haya dado la lata, Todoroki-san - este negó y sonrió breve.

- Natsuo y Fuyumi se estuvieron riendo después, fue agradable, quieren conocerte - el peliblanco rió de nuevo y miró a la castaña.

- ¿Qué tal? ¿Nerviosa? - preguntó con tranquilidad, abriendo la puerta de la entrada para que ambos pasaran, varios alumnos rondaban por allí ya, él los guió hasta el salón de clases. Ya que había venido ayer, aprovechó para no hacer el ridículo llegando a clases mal e investigó un poco con sus senpais.

La castaña, tiernamente, infló sus mejillas sonrojadas pensando un poco su respuesta, Tenshi la miró con una pequeña sonrisa amable, mientras que Shoto la observaba con su impasible tranquilidad de siempre, pensando también en su respuesta aunque no fuera una pregunta dirigida a él.