dieciséis.

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Tenshi estaba en el banco de clase, solo y con la tranquilidad emanando de su cuerpo. No tenía más clases, pero sus senpais le habían avisado que le esperasen en su clase porque ellos tenían un tiempo más de clase por una especie de entrenamiento especial con Trece y no sabía qué más.

Por lo tanto, se encontraba con los cascos puestos, Experience sonando a todo volumen en sus cascos y sentado mientras estaba frente a una libreta con varios diseños de dibujo.

Si bien su traje era de los más sencillo, lo había hecho de esa forma porque lo veía como lo más sencillo y menos molesto posible, con la utilidad de poder llevar los frascos de lágrimas curativas en los bolsillos. ¿Había algo que pudiese implementar? Quizás un cinturón con una Katana... podría probar a incendiarla, como hacía el viejo, y así luchar con ella y prevenir ataques como el de Eraser. Tenía un estilo propio de lucha, pero a veces un arma tampoco venía mal contando que no tuviera el don disponible. Después de todo, para él, el don de Aizawa le recogía las alas y le impedía su uso durante un tiempo, a pesar de ser físico.

Observó el teléfono con una pequeña sonrisa, mirando la foto con Kao que su madre le había enviado hace unos segundos. Ambos estaban en un lugar desconocido para él y con varias personas, no parecía un mal lugar y su madre sonreía mucho. Estaba feliz de que ella se estuviera recuperando, ya no tenía esas encías tan maltratadas ni los dientes tan podridos. Salía de casa, varías veces le había sorprendido junto a Kao al haber limpiado la casa entera salvo su habitación... Y esos días se había comportado extrañamente, soltando risitas y preguntando cosas sobre su vida en cenas junto al nuevo hombre de su día a día. No le disgustaba, estaba dispuesto a contestar si ella preguntaba, no dejaba de ser su madre. Además, agradecía que ellos se tomasen el tiempo de hacer las cosas de casa cuando él salía a trabajar, porque estaba notando a unos extremos muy grandes el cansancio en su cuerpo por las horas que pasaba trabajando y rellenando cosas de la U.A.

De su padre tampoco había querido investigar nada a pesar de las ganas que tenía. Nunca olvidaría cada castigo ni cada golpe, pero sabía muy bien quien era él y ese hombre que estuvo maltratándolo durante años no lo era. Pero se lo había prometido a Mic y Aizawa, así que debía actuar en correspondencia a lo que había prometido y esperar, por muy largos que fueran esos años estaba muy ocupado.

Su sonrisa no pudo evitar aparecer al ver una foto suya con Kaida en el teléfono, desde hacía años que la conocía y siempre había estado enamorado de ella, pero no se había podido permitir poner en riesgo su amistad ahora que estaban tan cercanos. Sin embargo y, con uno de sus amigos regañándolo porque a ella supuestamente también le gustaba él, había comenzado a prestar atención a sus reacciones cuando estaba con él y estaba casi seguro de ser correspondido. Por mucho que le gustase, quizás ella no se sentía preparada para una relación o algo por el estilo, nunca la había oído hablar de eso así que esa parte no la tenía muy clara, pero que se iba a declarar cuanto antes, eso seguro.

Lo que su sensei había dicho era cierto, las cosas alrededor de los héroes eran realmente complicadas, un día podías estar riéndote con tus amigos y otro a punto de morir, no podía perder el tiempo por nada del mundo, estaba demasiado claro que no era una opción quedarse callado. Si Kaida, por alguna casualidad, no quería nada con él, no la culparía y tampoco podría hacer nada para cambiarlo, pero necesitaba soltarlo porque odiaba más que nadie el sentimiento de arrepentimiento, no se podía permitir sentir eso de nuevo. 

Además, le preocupaba otra cosa. Últimamente, Midoriya y Aizawa le miraban mucho los antebrazos y no entendía el porqué de eso, no tenía nada grave ahí, ciertamente, así que estaba un poco paranoico con el tema.

Se sobresaltó cuando alguien le quitó los cascos y se los puso. Apagó el teléfono rápidamente con las mejillas un poco rojas para que no vieran la foto y se relajó al ver que había sido Nejire quien le quitó los cascos para ponérselos ella. Apagó la música divertido, comenzando a escuchar sus quejas por no dejarla escuchar lo que él hacía unos segundos.

El ángel de la guarda. (bnha x male!reader)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora