# HARD-HEARTED ! ✧
━━tokyo revengers; intelligence,
manipulation & criminality.
❪ tetta kisaki x fem!oc. ❫
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━━━━ SUMMARY . . . % ! ━━━━
UNA historia en la que el antagonista
cobra el papel y el punto de vista de
un personaje principal.
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MECHONES DE CABELLO caían por su rostro. Su imagen invertida estaba mostrándose en aquel panel reflectante frente al que su uniforme se entallaba en su cuerpo. Los luceros esmeralda se recorrían a sí misma en el espejo, rotándose cuarenta y cinco grados hacia su derecha para apreciar su propio lateral, comprobando que aquel traje de color carbón estuviera colocado bien sobre su cuerpo. Dejó escapar un largo suspiro, colocándose bien el cuello del uniforme y observando a través del espejo como el reloj incrustado en su pared marcaba las siete de la tarde.
Caminó hacia la puerta de aquel baño que se conectaba a su habitación, abriendo el pequeño armario que había junto al espejo y deslizando su mirada sobre las baldas de madera recubierta por una lámina blanca. Pese a perder su vista entre otros botes de medicamentos y ansiolíticos, encontró lo que buscaba, cuando sacó un rollo de vendas, discos de algodón y un pequeño bote de agua oxigenada.
Cerró el armario justo después, mirando las palmas de sus manos y retirando las vendas que se puso la noche anterior. Estiró las extremidades un par de veces, soltando un pequeño quejido por el dolor y comprendiendo que aún quedaba proceso de curación para las heridas que obtivo durante la tarde del treinta y uno de octubre. Agarró uno de los discos de algodón, empapándolo de agua oxigenada y pasándolo por las partes internas de sus extremidades. Aquel líquido ardía, más procuró no quejarse para que su madre, quien estaba pasando el rato en la habitación contigua, no se percatara de lo que hacía.
Tiró las vendas sucias a la papelera, y tras guardar las cosas salió del cuarto de baño, colocándose sobre las vendas un par de guantes de cuero sintético con los dedos al descubierto que, además de ocultar la presencia de aquella tela, la protegían de no despegarse bajo ningún concepto.
En sus bolsillos estaba su teléfono, sus llaves de casa y su pequeña libreta, que aunque sabía que esa noche no la iba a utilizar, siempre la llevaba por si acaso.
—Mamá, me voy, vengo después —la fémina pronunció aquellas palabras, pasando por delante de la habitación de su madre sin mirarla.
—¿Vas a salir de nuevo con ese grupito que solo sabe pelearse? —cuestionó, ella chasqueó la lengua antes de voltearse hacia su madre.
—¿Te importa? ¿Te afecta?
—No me hables así, no tienes motivo.
—¿No tengo motivo para hacerlo? —una risa aderezada con sarcasmo brotó de sus labios—. Lo único que haces bien como madre es darme una casa y comida, y sólo lo haces porque un juez te obligó.
—No te atrevas a calumniarme, Yui.
—¿Calumnias? Si solo te quedaste con mi custodia para joder a Papá, sabiendo perfectamente que con él estaría mejor que contigo. No me quieres, y tampoco me quisiste cuando te quedaste embarazada de mí —a la azabache le dolió decir eso, porque sabía que era verdad.
