# HARD-HEARTED ! ✧
━━tokyo revengers; intelligence,
manipulation & criminality.
❪ tetta kisaki x fem!oc. ❫
ㅤㅤ
━━━━ SUMMARY . . . % ! ━━━━
UNA historia en la que el antagonista
cobra el papel y el punto de vista de
un personaje principal.
────────...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
—MUCHAS GRACIAS, hasta luego.
Los pasos rápidos de la azabache avanzaron hasta retirarse de aquella floristería minutos antes de que llegase la hora concordada en la que Kisaki y Yui habían acordado verse, en un restaurante de comida rápida cercano. Oficialmente, era el cumpleaños del rubio, y después de varias horas quejándose de sí misma por no haberlo pensado con anterioridad, llegó a su cabeza la idea perfecta: regalarle al chico un bonsái exactamente igual al que ella tenía en su habitación. Con una sonrisa, observó durante unos segundos la decoración de flores que recorría toda la bolsa de regalo. Y es que ella supo, desde aquel día en que el rubio entró a su habitación, que la afición a la naturaleza que ambos tenían era idéntica; y cuando ese recuerdo llegó a su cabeza, la idea del regalo fue prácticamente instantánea.
Pensamientos sin sentido vagaban por su cabeza mientras caminaba; y, pese a que el tema de su familia se mantuviese en un segundo plano, en lo que a pensamientos intrusivos se refería, llevaba varias horas reflexionando acerca de Tenjiku.
Tenjiku era la pandilla más grande frente a la que habían estado liderando. Era un remanso de personas incontrolables que solo podían ser ordenadas con el uso de la violencia; mas ella odiaba la violencia; o más bien, odiaba aprovecharse de ella para controlar a las personas. Su arma más poderosa siempre había sido la manipulación verbal, pero últimamente se sentía débil; no creía ser igual de fuerte de lo que había sido la Yui de hacía unos meses, aquella chica capaz de hacerse temer con una amenaza poco previsible por la parte contraria.
Pero, por mucho que quisiese afirmarlo con vehemencia, todos sabían que eso carecía de sentido.
Simplemente, no hubo ninguna situación que le permitiera volver a sacar a relucir aquella faceta. Y quizá, también, aquella valentía que había tenido para mostrar sus sentimientos había sido, contra todo pronóstico, un objeto de manipulación contra sí misma.
—Yui, estás más guapa cuando no estás mirando a las musarañas —no supo en qué momento había llegado a la puerta del local, y mucho menos se dio cuenta de que el de luceros grises estaba frente a ella, hablándole y mostrándole una leve sonrisa.
—Si te soy sincera, de no ser porque me has hablado, probablemente me habría hasta pasado el sitio —soltó una leve carcajada, mirando al chico con ciertos vestigios de vergüenza mientras él reía—. Feliz cumpleaños, te quiero —murmuró repentinamente, manteniendo aquella sonrisa dibujada en su rostro y rodeando al chico con sus brazos.
—Yo también te quiero —sonrió, correspondiendo aquel abrazo, dando un pequeño beso sobre los labios de la chica cuando, instantes después, aquel abrazo se deshizo.
