EL FIN DE LOS DIOSES

CAPÍTULO XXVIII - NO HAY HIELO IMPOSIBLE DE DERRETIR

- ¿En verdad creyeron que las dejaría recuperar toda esta galaxia que esta bajo mi control? – dijo Firegel – Solo quería ver que tan lejos llegaban, y déjenme decirles que han superado mis expectativas

- Kler, detrás de mí – dijo Helena

- ¡No! – dijo Kler – la otra vez fui un estorbo, pero mi fuerza ha aumentado desde ese primer encuentro, esta vez si peleamos juntas podremos con ella

- Firegel comenzó a reír como nunca antes lo había hecho – Honestamente es el mejor chiste que he oído en mi vida. Siempre es bueno cuidar el humor antes del inminente final. Por cierto, tú, la mamá de está habladora, tú nombre es Helena, ¿cierto?

- Sí – dijo Helena

- Debo advertirte que no he olvidado nuestro último encuentro – un calor inmenso comenzó a rodear a Firegel mientras un aura roja la rodeaba cada vez más – y lamentablemente para ti, en este planeta solo el 15% de la superficie es agua.

- Deberías saber – dijo Helena mientras sujetaba su tridente – que el agua de la superficie en un planeta no es toda la que hay – Helena lanza con toda su fuerza el tridente hasta el cielo, dónde provoca una fuerte lluvia – KLER, ¡AHORA!

Los ojos de Kler comenzaron a brillar mientras generaba un huracán detrás de Firegel. Sin embargo, Firegel se mantenía inmóvil, el huracán no era capaz de someterla.

- ¿Crees poder hacerme algo con solo viento? – dijo Firegel – Eso no es nada – con solo un movimiento de sus alas fue capaz de deshacer ese huracán - ¿harán algo más que solo lluvia y aire?

- Solo era el calentamiento – dijo Helena mientras levantaba su mano – pero es hora de enfriarnos un poco

El frío se comenzó a esparcir a gran velocidad hasta que finalmente se había extendido por todo el planeta generando una helada total.

- Ese truco no te va a funcionar dos veces – dijo Firegel mientras su aura de calor seguía incrementándose, siendo capaz incluso de derretir el hielo que estaba a su alrededor – la primera vez que nos vimos, me confié demasiado, pero ya no más, no hay hielo que yo no pueda derretir.

Firegel emprendió vuelo directo contra Helena, con un puño de fuego equivalente al calor del sol, pero Helena logró cubrirlo con su hielo más fuerte, siendo capaz de no derretirse ante semejante calor.

Firegel entonces decidió usar su mayor virtud, su increíble fuerza con la que fue capaz de romper el hielo y darle un golpe en el abdomen a Helena, pero para la fortuna de la diosa, estuvo a tiempo para soportar el impacto con su tridente.

Firegel estuvo sorprendida debido a la fuerza que tuvo ese golpe, que no pudo con aquel tridente. Aprovechando aquella confusión, Kler se apareció por la espalda de Firegel y le dio una patada a la cuál Firegel estuvo atenta y fue suficientemente capaz de aguantar el impacto sin recibir algún daño.

- Debo admitir que tienes más valor que la última vez – Firegel agarra su pierna – pero te falta mucho más – la sujeta y la golpea contra el hielo dejando a Kler en el piso

- ¡NO VOLVERÁS A TOCAR A MI HIJA! – los ojos de Helena cambiaron y se volvieron de un color azul, había activado la ira del océano.

- Bien – dijo Firegel sarcásticamente – quiero ver tu máximo poder

- Te arrepentirás – dijo Helena

Al aumentar su velocidad y su fuerza considerablemente, Helena le empezó a dar golpes muy rápidos a Firegel pero ella los esquivaba muy fácilmente. En uno de sus ataques, Helena quizó volver a hacer lo de su primera pelea, y encadenó a Firegel con cadenas de agua, pero Firegel se soltó fácilmente. Se dirigió hacia Helena con toda su ira acumulada, y Helena no fue rival. Firegel le comenzó a dar golpe tras golpe. Helena trató de protegerse con escudos de hielo, pero era completamente inútil. No podía hacer nada. Luego de un rato de recibir golpes, el espíritu de pelea de Helena volvió, y comenzó a devolverlos. No conectaba ninguno, Firegel los esquivaba con facilidad, hasta que en un movimiento, Helena usó el tridente para hacerle un ligero rasguño a Firegel en su mejilla derecha.