EL FIN DE LOS DIOSES

CAPÍTULO XXIII - LO QUE NO TE MATA TE HACE MÁS FUERTE

- Ha pasado tiempo, ¿Qué tal? – dijo Tynan

- T...Tynan – Annia se dirigía a abrazar a su hijo, pero Achyra se pone enfrente de ella tapándole el paso

- Mamá, no te acerques, ¿quién crees que está orquestando toda esta invasión?

- No... no creo que él...

- Achyra tiene razón – dijo Tynan – para que mentir

- Pero, Tynan – decía Annia casi llorando - ¿por qué?

- La raza humana merece ser exterminada, además, debo probar mi lealtad a Darkus

- Eres un traidor – dijo Achyra

- Los traidores son ustedes, pudimos haber vivido como verdaderos dioses, alabados por los humanos, y en cambio, ustedes son los que les tienen que servir. Me dan asco. Por cierto, Achyra, ¿cómo está Brian

- Achyra piensa – Cierto, él no sabe que Brian está vivo y que tiene los poderes de Hades, puede servir el elemento sorpresa – le habla a Tynan – en coma, gracias a ti.

- ¿Sigue vivo? – se ríe un poco – Yo mismo me encargaré de matarlo cuando termine contigo

- Achyra corre y se pone a su costado – Sobre mi cadáver

- Eso se puede arreglar

Achyra dio el primero golpe a una velocidad que Tynan no pudo esquivar, golpe que hizo que Tynan chocará con los restos de uno de los tanques.

- ¡Achyra, no! – dijo Annia

- ¡Mamá sal de aquí!, ¡Él es peligroso!

- Peligroso es poco – dijo Tynan quién aprovechó la distracción de Achyrac

La pelea entre los hermanos comenzó, mientras Annia solo podía limitarse a observar.

- ¡Vámonos Annia! – le decía Tameris – debemos salir de aquí

- Pero... mis hijos

- ¡ESCÚCHAME!, ¡ESTAMOS EN UNA GUERRA!, ¡DEJA QUE ACHYRA SE ENCARGUE DE TYNAN!, nosotras tenemos una nueva misión, tenemos que usar el cañón solar, y nos falta manos. Te necesito.

- Annia mira a sus hijos pelear y respira – está bien

Mientras tanto, en Nueva York

Brian había ido a su vieja ciudad, a tratar de salvar a la mayor cantidad de gente que podía. Todo el planeta era un desastre, cada vez había más y más muertos. La humanidad contaba con las fuerzas de O.L.I.M.P.O. pero no era suficiente.

Brian luchaba con valor en Nueva York defiendo lo que podía él solo. Nave que aparecía, nave que Brian destruía con bolas del fuego del inframundo. Cada vez que aparecían tanques, Brian solo tenía que saltar sobre ellos y los destruía cómo si nada, pero eran demasiados.

- ¡Ayuda! – se escuchó a alguien gritar

- ¿Qué sucede? – aparece Brian

- Mi esposa... - decía el tipo – esta bajo los escombros, no puedo levantar esto

- Yo me encargo – dijo Brian quién con suma facilidad había levantado los escombros, pero al hacerlo y salvar a aquella familia, el ejército enemigo aprovecho y le disparaban en la espalda - ¡AH! – exclamó de dolor

Pronto Brian había sido rodeado, sin embargo, una granada cayó cerca y destruyo a la mayoría de enemigos. Entre el humo, había aparecido una misteriosa figura negra que asesino a todos los soldados, y luego de eso, se acercó a Brian.