CAPÍTULO XIV - NO ES TAN FÁCIL MATAR A UN DIOS

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- Gea – dijo Darkus – a que se debe esta llamada.

- Tenemos un problema – dijo Gea – mira – le muestra la grabación de Zahari – esto fue captado en un bar en Zahari

- Y debería interesarme porque...

- Ella es Atenea, no sé cómo, pero siguen con vida, los dioses del olimpo siguen con vida. ¡TÚ ME ASEGURASTE QUE HABÍAN MUERTO!

- Créeme – dijo Darkus – estoy tan sorprendido cómo tú. Da igual, no es importante.

- ¿No es importante? Ella...

- ¡SILENCIO! – dijo Darkus – tienes cosas más importantes que hacer, si no me equivoco, debes ir a Watus para la ejecución de Zeres.

- Si mi lord – dijo Gea asustada

- Darkus piensa – todo marcha según lo planeado. Pronto tendré a mi futuro recipiente con un poder tan destructivo que seré invencible.

En Zahari

Los equipos estaban decididos. Atenea junto a Ares, Tevxio y Xoros partieron en la nave de Kory hacia Daxar para ayudar con la rebelión, mientras que Kory fue con Helena y Kler a un puerto para conseguir una nave hacia Watus, esto ya que Xoros al ser su manera de escapar, no necesitarán una nave para el regreso.

Pasaron 3 días hasta que finalmente llegaron a Watus, sin embargo, no eran los únicos que habían llegado con anticipación.

- Esto es aburrido – le dijo Firegel a Gea – ya quiero que sea mañana, hace tiempo que no asesino a alguien.

- Estos días habrá muchos a los que asesinar – dijo Gea

- ¿A qué te refieres?

- Olvídalo, no es nada importante – dijo Gea, recordando lo que le dijo Darkus, no tomarle importancia, pero no podía, ella sabía el peligro que Atenea podía representar.

- Cómo sea, iré a dormir, prefiero hacer eso que aburrirme.

En la órbita del planeta:

- Listo – dijo Kory – apagué nuestra señal y camuflé la nave, no nos pueden detectar, entrar no será problema.

- ¿Y cómo entraremos? – preguntó Kler – estamos a más de 5000 metros de altura sobre el mar. Sin contar la profundidad de la prisión.

- Fácil – dijo Kory – debemos saltar y caer en el mar.

- ¿No sería más fácil volando? – preguntó Kler

- Sería muy difícil – dijo Kory – si volamos podrían confundirnos con alguna nave y nos descubrirían rápido, en cambio si hacemos caída libre no nos verán.

- Además – decía Helena – estarán distraídos – Helena comienza una tormenta marina – listo, tenemos una distracción, es hora – salta

- Te veo abajo – dijo Kler a Kory

- ¡Esperen! ¡no escucharon el resto del plan! –

- Parece que en la Tierra son impulsivos – dijo Latimus

- Sí... - Kory sonríe – eso es lo divertido – salta

En la prisión

- Esto es raro – pensaba Firegel – No es temporada de tormentas en este planeta. Bueno, siempre hay irregularidades en la naturaleza – se fija en la persona con la que estaba hablando – Es un poco triste, ¿sabes?

- ¿Qué es triste? – le dijo la persona con la que hablaba

- Que hayas dedicado tu vida a creer en Latimus, el ser que te eligió para tratar de salvar el universo, y que él no este cuando te ejecute yo misma dentro de unas horas, Zeres.

EL FIN DE LOS DIOSESDonde viven las historias. Descúbrelo ahora