CAPÍTULO XXII - EL REGRESO DEL HIJO PRÓDIGO

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La flota de Tynan se había posicionado en la órbita de la Tierra dando a conocer su presencia como señal de invasión. Era una gran flota, a pesar de ser solo una parte de toda la flota de Tynan, compuesta de 18 cruceros estelares, aproximadamente un millón de naves caza, y además la nave principal desde la cuál Tynan dirigía el ataque.

- Bien – decía Kartaro – terminemos con esto rápido – crea un agujero negro lo suficientemente grande como para absorber la Tierra – Todo el planeta será absorbido en una hora. Hasta entonces, no puedes permitir que escapen.

- Está bien – decía Tynan

- ¿Tienes prisa? – le preguntó Damon a Kartaro

- Hay un lugar al que tengo que ir ahora – se pone serio – y no es de tu incumbencia – crea un portal y se va

- Qué carácter – decía Damon sarcásticamente – Bueno chico, es hora de verte en acción – se sienta en el asiento del comandante – Veamos si logras cumplir tu objetivo.

- Lo haré – dijo Tynan

En la Tierra

- ¡Mierda! – dijo Hestia – sabíamos que vendrían, pero no tan pronto – usa su intercomunicador para hablar con Apolo - ¡Apolo!

- ¡Ya sé!, también veo las naves.

- Por favor, dime que tienes las naves listas.

- No – dijo Apolo desesperado – apenas tuve tiempo para preparar el 48% de lo que necesitamos.

- ¡Maldición! – dijo Hestia – Está bien, comunícate con la ONU y que comience la evacuación.

- ¡Entendido! – dijo Apolo y apaga su comunicador

- Hestia, estamos esperando órdenes – dijo Tameris

- Bueno, esto es una guerra, y creo que tú estás más capacitada que yo para dirigir esto. Encárgate de la defensa, tengo que comunicarme con Atenea.

- No tenías que pedirlo – agarra un micrófono para comunicarse con todas las amazonas de la isla - ¡ATENCIÓN A TODAS!, ¡EL MOMENTO HA LLEGADO! ¡A SUS PUESTOS DE BATALLA! ¡NO DESCANSAREMOS HASTA QUE EL PLANETA ESTE SEGURO Y DE SER NECESARIO MORIREMOS EN EL INTENTO!

Se pudo escuchar el grito de guerra de todas las amazonas, toda su vida habían entrenado para una guerra, sin embargo, nunca para una guerra de tal magnitud. El ejército de las amazonas contaba con 20 mil unidades, mientras el de Tynan, 2 millones de unidades terrestres. Pero había algo que Tynan no tenía en su ejército, el poder de los dioses del Olimpo.

Por otro lado, Hestia se comunicó inmediatamente con Atenea:

- ¡ATENEA! – decía Hestia

- No estoy disponible en estos momentos – esquiva un golpe y lanza un rayo que acaba con 10 enemigos mientras peleaba

- ¡ES UNA EMERGENCIA! – decía Hestia alterada

- ¡ESTÁ BIEN!, ¡Ares cúbreme!

- Será un placer – Ares activa la ira bélica - ¿Quién quiere ser el primero?

- Atenea va a un lugar dónde podía hablar - ¿Qué pasa?

- ¡YA LLEGARON!, ¡NOS ESTÁN INVADIENDO!

- ¿QUÉ?, ¿TAN RÁPIDO?, MIERDA. Muy bien, te estoy enviando un plan de defensa ahora mismo

- Hestia lo recibe - ¡Lo tengo!

- Bien, ahora escucha. Me comunicaré con Xoros para que pueda crear el portal para sacarlos de ahí, no ... tardar ...

- ¿Atenea? – decía Hestia

EL FIN DE LOS DIOSESDonde viven las historias. Descúbrelo ahora