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"¿Va a ser su primera sesión de quimioterapia?"

Yae asintió sonriendo, pero por dentro estaba ansiosa. A nadie le hacía ilusión pasar por quimio, se rumoreaban muchos de los síntomas, ¿y si dolía más de lo que imaginaba? y si, y si, y si.

"Probamos otros métodos anteriormente, sí evitaba que escalara pero no disipaba. Hace unas semanas vieron que el cáncer estaba evolucionando y había que encontar algún tipo de solución viable para detenerlo nuevamente así que se estableció día y hora para la primera sesión."

Ei miró a la pelirrosa directamente a los ojos pero Yae rápidamente la esquivó. Los ojos son el espejo del alma y ella lo sabía, sabía que si la enfermera leía sus sentimientos tal y como ella leía los libros se destruiría esa pequeña fachada que había creado y no deseaba eso. Claro que se dió cuenta, ¿qué dijo algo al respecto? no, no quería meterse en los asuntos de otra persona.

Es gracioso, Yae siempre mantuvo una relación estrecha con las enfermeras a cargo que pasaban pero por alguna razón con Ei era diferente ya que ella matenía la compostura, no se dejaba engatusar tan fácilmente y eso le atraía.

La noche anterior al aclamado día llegó. La pelirrosa estaba en la camilla recostada con un libro en mano cuando unos golpecitos la sacaron de su mundo, era la cena. Yae dejó el libro a un lado murmurando un "pasa" y esperando con una cálida sonrisa a que esos orbes morados cruzaran la puerta.

"Buenas noches, señorita. Espero que disfrute de la cena"

Esa voz, siempre tan recta, siempre tan misteriosa, ¿cuando llegará el día en el que dejes de tratarme de usted? ¿Cuándo llegará el día en el que tus dulces labios pronuncien cada una de letras de mi nombre con sutileza?

"Hey, quédate un rato, por favor."

Eutanasia [EiMiko]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora