-06-

894 108 19
                                    

Narrador Omnisciente

Pasaron las horas hasta que empezó a caer la noche, en su bello color anaranjado con toques rojizos pintando el cielo. Las clases extras de Bakugou y Todoroki por fin habían finalizado, llegando a la residencia para un merecido descanso luego de un ajetreado día de recuperación.

-bienvenidos- saludó Yaoyorazu al notar a los recién llegados, quien estaba tomando una taza de té con el grupo entero de chicas del salón, por lo que seguido de ella, las demás también dieron sus saludos.

-hola- respondió el chico de ojos heterocromáticos, dando un suave movimiento con su mano como modo de saludo.

Mientras que el cenizo pasó de largo sin tener las ganas de saludar, solo quería irse lejos de aquellos extras como les suele llamar, y descansar en su propia soledad. Tomar una ducha y dormir hasta el día siguiente, bueno, puede que también comer algo antes de acostarse, pues aún era "temprano" y el toque de queda todavía no se daba. Por lo que lo normal era ducharse y luego poder baja a comer algo ligero y por último dormir a su ajustado horario de las 8 de la noche. En su cabeza sonaba como un buen plan.

Subió a su piso por el elevador, no estaba mal si tenía que llegar a un cuarto piso. Y con la suerte de no encontrarse a alguien dentro de esas cuatro paredes de metal, por lo que el silencio era casi absoluto sino fuera por el ruido que generaba el mismo ascensor.

Al llegar a su respectivo piso fue de inmediato, pero sin apuro y pausa a su habitación, la tercera puerta para ser exacto de las cuatro que habían en ese piso y en la zona de los varones. En esa puerta donde al abrirla y prender la luz, lo primero que haría sería ir al baño a tomar una tranquila y merecida ducha de agua tibia. Ya lo había dicho antes, pero de verdad que sentía que lo llamaba para hacer tal acción que la podía casi hacer a la vuelta de la esquina.

Y ahí estaba, abriendo esa puerta, notando que estúpidamente había olvidado cerrarla antes con seguro, pero ya no importaba, no es como si un "valiente" se atreviera a husmear en la habitación de un cenizo, con problemas de ira y complejo de shine.

Había prendido la luz con el interruptor que se encontraba junto a la puerta. Haciendo que le pudiera echar un vistazo a su propio cuarto, ordenado como a él le gustaba a excepción por una zona en concreto.

Una cama con las sábanas salidas formando una figura en el centro de esta. Le recordaba a las películas cuando el protagonista se hacía el dormido ocupando sus almohadas para simular su propio cuerpo y poder huir de ahí. Solo que en este caso tal figura si se movía por su propia respiración. Sea quien sea que estuviera acostado en su cama era un idiota y un aprovechador de su espacio personal.

El bolso que tenía en mano fue directo al piso sin nada de delicadeza, por lo que generó ruido, al igual que sus pisada yendo hacia ese manto de sábanas.

Podía sentir un tic en el ojo izquierdo, causado por el enojo. Al igual que un puño cerrado al punto de poner sus nudillos blancos, listo para golpear al invitado no deseado en su habitación.

Tomó los cobertores ya cuando esta junta a su cama, y así arrancarlas de su sitio, revelar al sujeto que descansaba debajo de ellas.

Un mitad gato durmiendo cómodamente, haciéndose bolita con su cuerpo para conservar el calor corporal. Aunque ahora estaba mirando al causante de su despertada, con sus ojos cerrándose cada dos por tres por el cansancio.

Por qué siente que esto ya lo había vivido antes?

-Ki... ri... shi... ma- por cada sílaba dicha entre dientes su molestia aumentaba y su vena en su frente se hacía notar.

-Ba... ku... gou- habló del mismo modo destacando cada sílaba, pero con la notable diferencia del uso de tono, lo cual era uno bajo y un poco asustado.

Kirineko (Bakushima)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora