Narración Omnisciente
Se encontraba sentado, esperando y mirando por la ventana. Donde podía ver construcciones pasar junto a él y autos en marcha, como en el que se encontraba adentro.
Podía escuchar la conversación de sus mayores en los asientos de adelante, era apenas unas pausadas y con monosílabos, como si no tuvieran un tema de conversación o simplemente no les naciera la ocasión. Fuera de eso, era un viaje tranquilo, con su cabeza recostada sobre la ventana, afuera estaba semi-nublado y puede que pronto empiece a llover, o no, quien sabe.
En algún punto del viaje fue que su visión fue otra. Ya no habían casas, ni siquiera algún edificio, todo era un pequeño bosque, dando el indicio de que, donde fuera que vayan, era lejos de la ciudad. Tanto que si fuera por él, se tomaría una pequeña siesta como las que se ha estado acostumbrando, por mientras llevaban a su destino. Pero en vez de eso, simplemente mirada afuera, y escuchaba el motor del vehículo, quien iba a penas, justo ahora, no tenía ganas de dormir un rato.
-llegamos- de pronto escuchó una vos grave, haciendo que levante sus orejas, demostrando su atención, y que su cola se moviera un poco inquieta.
-vamos Kirishima- esta vez fue la voz de su profesor, lo que le hizo asentir y bajar del auto, siendo guiados por un guardia que manejaba un arma de doble mano y que tal parece, esperaba la llegada de ellos, o por lo menos eso supone el pelirrojo.
Decir que la cárcel donde estaba la villana aquella era pequeña era mentirle a cualquiera. Viendo desde afuera, uno puede imaginarse una construcción de por lo menos 4 pisos, llenos de prisioneros y guardias de alta seguridad.
-por aquí- el guardia de antes les dijo, yendo justo a las entradas de la prisión, unas grandes puertas de acero inoxidable que se abrieron luego de estar a un par de pasos de ella. Daba un ruido grueso y mostraba un gran pasillo- síganme- volvió a decir el tipo, doblando ahora hacia el lado derecho, donde se encontraba otra puerta al igual que las siguientes por las que pasaron.
No supo cuantas puertas fueron por las que pasó o por cuantas habitación y pasillos entró, pero al final terminó por llegar a una pequeña sala, donde tan solo habían tres sillas. Donde una de ellas estaba alejada y separada de las demás por un cristal transparente.
-con su permiso- dijo el guardia, para así irse y dejar solo tanto a profesor como alumno en dicho lugar.
En un silencio peculiar luego del portazo, en esas cuatro paredes de color claro y neutro.
-emocionado Kirishima?- preguntó su profesor luego de unos segundos.
-nervioso, más bien- respondió con sinceridad.
-bueno, sea como se, estaré a tu lado en todo momento, bien?- puso su mano sobre su hombro a modo de protección.
-s-si- respondió sintiendo su pulso aumentar un poco de intensidad, por muy poco que sea realmente. Pero por lo menos tenía a su profesor a su lado cuidándolo.
-tomemos asiento por mientras- sugirió Aizawa, señalando los dos asientos disponibles. Cosa que Kirishima accedió y ocupó uno de ellos. Observando en el proceso sus pies algo inquietos al igual que sus manos, moviéndose de un lado al otro a su demostración de angustia. No fue consciente, pero su cola también se movía sin parar.
Al poco rato que observaba sus manos fue cuando sintió una puerta moverse, no tuvo ni la necesidad de girarse pues la puerta que se abrió fue una de al frente, justo del otro lado de aquel vidrio y esa silla en solitario.
Dos sujetos, donde uno de ellos era un policía y el otro una mujer que se encontraba presa desde sus manos y una cuerda que le cubría cierta parte del torso, haciendo que las alas que poseía estuvieran inmóviles.
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Kirineko (Bakushima)
FanfictionKirishima iba por las calles patrullando con su compañero y senpai Tamaki y con Fatgum, pero nunca se imaginó que esa misma noche su vida cambiaría por culpa de una villana de apariencia singular. *** Los personajes no me preteneces, pertenecen a Ko...