-Entonces-Mercedes, mi terapeuta, revisó los apuntes que había tomado- estás en un proceso de redescubrirte, tratando de conectar con vos misma... Hablamos muy poco de tu última relación, nunca.. Nunca fuiste tan transparente como ahora, ¿sabes a que se debe ese cambio?
-Creo que...-hice una pausa y me acomodé aún más en el sillón- estoy harta de sentirme mal, vivo con un constante mal estar general que me agota, agota la poca energía con la que despierto todas las mañanas-tomé aire y solté un suspiro, mis ojos se pusieron vidriosos- odio llorar... Pero últimamente eso me pasa muy seguro, está volviendo la Lali débil, la vulnerable, ¡y eso no me gusta!
Mercedes se me quedó mirando.
-Yo siento que está volviendo una parte tuya muy importante... La sensibilidad hace a las personas sentirse vivas, lo sabes, ¿no?-elevó sus cejas- no es una maldición, muchas personas creen eso.. Porque ser tan sensible les afecta mucho, pero es positivo esto que te está pasando, te estas dejando sentir... Estás permitiendo que más personas te conozcan, y eso no siempre va a hacerte daño... Hay muchas personas que se preocupan por vos, como tus amigas que tienen un corazón gigante... Y creo que estas dos nuevas personas que estas conociendo tienen la misma intención, la de hacerte sentir bien, les importas.. Y eso te está asustando, ¿no?
Me quedé sin palabras porque tenía razón, quería negar con la cabeza pero no pude, ella estaba en lo correcto, y para poder "avanzar" tenía que aceptarlo.
-Sí...-mi voz tembló de los nervios.
No le conté una parte muy importante de todo esto, el que estoy metida en una especie de triángulo amoroso con Delfina y Peter, que ambos son hermosos seres humanos y sufrieron mucho, no quiero hacerle mal a ninguno de los dos, ella siempre se preocupa por mi, organiza salidas para que cambie de rutina y me cuida, mientras que Peter... Se mantiene al margen, no hablamos nunca más de lo que pasó, del beso que fue correspondido de ambos lados, él simplemente se hizo hacia un lado, revisó mis pechos de manera profesional por última vez y me dio el alta, dejé de ser su paciente, y en vez de que todo el clima se relaje se volvió frío, él formó un muro invisible entre los dos, los mismos muros que suelo construir yo para que no me lastimen.
Le pagué a mi terapeuta y me despedí de ella, abandoné su consultorio, me subí a mi auto y recibí una llamada de un número desconocido.
-¿Hola?-dudé, podía esperar cualquier cosa.
-Hola, soy Milvia, trabajo para la revista Playboy, hace un tiempo hable con una representante, Candela Vetrano, ¿estoy en lo cierto?
-Sí-afirme poniéndome nerviosa, Cande me había avisado de la oferta de la revista, iban a pagarme muy bien.
-¿Estas interesada? Vos serías la portada principal, pero tendrías que posar junto a otras chicas más porque es una edición importante, ¡es un nuevo aniversario de la revista!-Milvia intentó sonar entusiasmada, mientras en mi cabeza se desató una batalla campal de pensamientos auto tirándome mierda, no solo sería la portada, tendría que sacarme fotos con chicas mucho más bonitas que yo.
La voz de Peter diciéndome que "valgo la pena, soy maravillosa y hermosa" apareció y eso me hizo sobresaltarme, había olvidado esas palabras, porque normalmente me entran por un oreja y me salen por otra, no sé porque esta vez no pasó eso, tal vez porque ese recuerdo esta aferrado a un momento de confusión y deseo, cuando lo besé, cuando finalmente él no me rechazo, bueno, no de entrada, después se esfumó de mi vista y hasta ahora solo nos tratamos de manera cordial cuando nos cruzamos en el ascensor, él solo mandó a un pintor, no lo hizo él, no frecuentó mi departamento nunca más.
-Entonces, ¿estas interesada?-Milvia insistió.
Tomé aire y traté de calmarme, y como soy masoquista, y no puedo vivir en paz conmigo misma me puse en aprietos, fue una especie de "castigo" por haber sido tan tonta y haber alejado de mi a una persona que me agrada, mi vecino.
-Sí, ¡contá conmigo!-traté de sonar tan entusiasmada como ella.
-¡Genial! Voy a mandarte un mail con toda la información, la sesión de fotos sería esta semana, ¡va a salir todo hermoso!
Milvia se puso a decir varias cosas, pero no escuché nada, desconecté mi cerebro, seguro era mi nuevo mecanismo de auto defensa, esta chica esperaba mucho de mi, aceptar había sido un maldito error.
Corté la llamada con amabilidad y apoyé mi frente contra el volante del auto, otra vez repetí mi "mantra": "sos una estúpida".
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Jugando al veo veo
FanfictionUn juego de niños tradicional es el siguiente: Una persona pregunta "veo veo" y la otra responde "¿que ves?". Que pregunta tonta, ¿no? En el juego solo hay que adivinar en que objeto de un determinado color está pensando la otra persona, la idea es...