𝐂𝐚𝐩𝐢𝐭𝐮𝐥𝐨 𝟐

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Yasuhiro se encontraba conversando con los doctores encargados del cuidado de su madre antes de entrar a la habitación donde ella descansaba. Los médicos, con rostros serios, le dieron un diagnóstico desalentador. Love Cracks era una enfermedad implacable, y una de sus características más crueles era su capacidad para engañar. Las grietas que aparecían en el cuerpo de la señora Muto, aunque a veces desaparecían temporalmente, regresaban con más intensidad, como una ilusión de alivio que solo dejaba lugar a una agonía mayor. Durante su estadía en el hospital, Aiko había experimentado muchos altibajos, pero Yasuhiro se mantenía firme. Sabía que entrar con un rostro triste no serviría de nada; su madre necesitaba ver esperanza. Aunque la situación era incierta, Yasuhiro tenía en su interior la convicción de que ella se recuperaría. Aiko había hecho tanto por él desde que su padre los abandonó, y él no podía rendirse.

Desde pequeño, Yasuhiro había enfrentado dificultades que lo forjaron. Tras las palabras crueles de su padre, quien lo llamó patético antes de abandonarlo, Yasuhiro se dedicó al entrenamiento con una ferocidad incansable, desarrollando su fuerza para no solo sobresalir en judo, sino también para derrotar a cualquiera que se cruzara en su camino. Con 16 años, ya había integrado una pandilla dirigida por Mikey, buscando una mejor apariencia y un sentido de pertenencia. Además, deseaba con todas sus fuerzas enfrentarse nuevamente a su padre para vengar el daño que le causó.

Dentro de la pandilla, Sanzu fue quien se encargó de Yasuhiro, convirtiéndose en una figura de hermano mayor para él. A pesar de la fachada fría y distante de Yasuhiro, Sanzu descubrió el lado amable que ocultaba, una calidez que solo algunos podían ver. Aiko, al conocer a Sanzu, se sintió aliviada de saber que su hijo tenía un amigo confiable, alguien que, a pesar de su dureza, también llevaba consigo un profundo dolor del pasado. Yasu, por su parte, tenía un cariño maternal hacia Sanzu, porque en sus ojos podía ver la misma tristeza y pérdida que él había experimentado.

En la división de Mikey, comenzaron a circular rumores, pero Yasuhiro los desmintió de inmediato, explicando con calma que la mujer a la que visitaba en el hospital era su madre, quien estaba luchando contra una grave enfermedad. Sus compañeros comprendieron la situación y lo apoyaron sin reservas.

Cuando la división se expandió, se presentó una nueva pareja de gemelos, y Mikey, al ver al de cabello azul, pensó que sería el líder. Sin embargo, al escuchar el nombre del encargado, quedó confundido. La estructura interna de la pandilla estaba a punto de cambiar, y nuevas dinámicas comenzaban a formarse.

Mikey: Bueno, chicos, la cuarta división está al mando de Smiley, como le dicen de apodo.

Smiley: Hola, pedazos de mierda – dijo con una sonrisa burlona, dejando claro que no se trataba de una bienvenida amistosa.

Sanzu: ¿Quién demonios se cree él? – dijo irritado por la actitud del pelinaranja.

Yasuhiro: Parece algo inusual...

Smiley: Solo dos cosas: el que moleste a mi hermano no dudaré en romperle la cara y bajarle todos los dientes; y la otra, no porque tenga una sonrisa voy a ser amable.

Draken: Créanle, bajo esa sonrisa lo insulta peor que un excusado.

Mikey: Bueno, Muto, explícale tú y Sanzu algunas reglas que tenemos y la estructura de las divisiones.

Yasuhiro: Como ordenes, Mikey.

Sanzu: Oye, no olvides que tienes que ir a ya sabes dónde.

Yasuhiro: Será rápido, no te preocupes.

Sanzu: Bien, ustedes pelusas, vengan.

Smiley: Imbécil.

𝓛𝓸𝓿𝓮 𝓒𝓻𝓪𝓴𝓬𝓼Donde viven las historias. Descúbrelo ahora